El Sporting se despide de la Copa con un pobre partido
El gol de Íñigo Vicente para el Racing apea a los rojiblancos del torno del K.O.
El Sporting quedó apeado de la Copa del Rey a manos de un Racing de Santander que demostró ser mejor equipo que el gijonés. Lo constata su clasificación en la Liga y lo volvió a dejar en evidencia en un partido paupérrimo futbolísticamente en el que también quedó claro por qué los suplentes de uno y otro equipo lo son. Pero cuando aparecieron los buenos del Racing, al Sporting se le vieron las costuras. Dejar a Íñigo Vicente rematar solo dos veces en el área es un error imperdonable que cuesta caro. Al final, después de minutos igualados por abajo, en la nada futbolística sobre el patatal en el que se ha convertido El Sardinero, el portero Christian Joel fue el mejor del Sporting, evitando un resultado más abultado. Nadie llorará demasiado porque el equipo gijonés quede apeado de la Copa (no la iba a ganar, ténganlo claro), pero el partido deja en evidencia que el fondo de armario rojiblanco es escaso y lo que verdaderamente preocupa es que eso pase factura en la Liga.
La apuesta de Rubén Albés era arriesgada. Mucho. No se reflejó en el once lo que prometió Albés en la previa, cuando adelantó que no habría tanto revolución como en Soria, en la eliminatoria anterior. Juntó en el campo a todos los que no juegan nunca: Christian Joel, Kevin Vázquez, Kembo, Mbemba, Bernal, Oyón, Caicedo... Como José Alberto hizo lo mismo, la primera parte fue un dolor futbolístico. Encima, sobre semejante césped. Si la imagen del Sporting fue pobre, la del Racing fue aún peor. Si bien es verdad que el Sporting tuvo una doble ocasión de gol, primero en las botas de Campuzano y posteriormente con un disparo de Oyón al palo, Christian Joel ya tuvo que intervenir tanto al principio como al final de ese primer tiempo. Todo el peligro llegaba con balones largos, a la espalda de las defensas. La del Sporting sufría.
José Alberto reaccionó antes que Albés, reclutando a Arana tras el descanso. Su presencia empezó a notarse. Christian Joel seguía salvando al equipo, tanto de los aciertos del rival como del fuego amigo. La entrada de Otero le dio un poco de aire al ataque del Sporting, pero insuficiente. En las botas del colombiano estuvo la única oportunidad para adelantarse, pero Parera le tapó bien y el rebote, para desgracia del Sporting, se marchó fuera. Y, sin embargo, el Racing sí aprovechó la que tuvo un minuto después. Un lamentable desajuste defensivo del equipo permitió que un jugador de la calidad de Íñigo Vicente ya no únicamente recibiera solo en el área sino que pudiera volver a disparar tras el rechace en el cuerpo de Kembo. El gol que acabó con las esperanzas del Sporting, por más que Albés, ya demasiado tarde, tirara de titularísimos (Dubasin, Olaetxea, Guille Rosas...) para intentar deshacer el entuerto o, al menos, prolongar el asunto. No hubo oportunidad. Al equipo gijonés ya solo le queda La Liga. Pero con la preocupación de que, cuando tenga que recurrir a la segunda unidad, el nivel de la misma parece más bien escaso. A cruzar los dedos para que la salud acompañe.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...