El Sporting se deja dos puntos en Riazor, pero mantiene (de momento) el tercer puesto
El equipo regresó de La Coruña con un punto de frustración por un empate que, en todo caso, le mantiene entre los mejores
Gijón
No es recomendable, si se es sportinguista, irse de El Molinón cinco minutos antes del final de los partidos para evitar atascos o zapear si se está siguiendo el encuentro por televisión. Los finales de partido de los rojiblancos son intensos, a veces para bien y otras para mal. Lo de Riazor puede englobarse en este segundo grupo: la pérdida de dos puntos que el Sporting tenía en su mano, en un partido más o menos controlado y en el que, aunque por fases, el equipo gijonés había sido superior a su rival. Pero un fallo de entendimiento de Nacho Martín y Nacho Méndez, seguido del fallo de un Cote que ya no tendría que haber estado en el campo por una cuestión física, derivó en el gol de Mella que supuso que el sportinguismo terminara la tarde frustrado por lo que pudo ser y no fue.
Un equipo que quiere estar arriba debe evitar situaciones así en la medida de lo posible, pero erradicarlas es casi imposible. A pesar de eso y de la falta de puntería de un plantel que genera mucho para lo que marca, el Sporting sigue entre los mejores. A falta de que se jueguen los partidos aplazados, el Sporting mantiene el tercer puesto, sigue codeándose con los mejores, en La Coruña (donde hace dos semanas cayó el Eibar) fue mejor que su rival y, al menos, no perdió. El equipo gijonés compite con todos los rivales, como demuestra el hecho de que sigue siendo uno de los cuatro equipos que no ha perdido ni un solo partido por más de un gol de diferencia; el resto no pueden decir lo mismo. Ni un solo descalabro para un equipo que, evidentemente, tiene que mejorar determinadas cosas y muestra algunas carencias que solo el acierto en el mercado de invierno podría corregir.
El partido de La Coruña dejó conclusiones de todo tipo: la relevancia de Guille Rosas en el juego del Sporting (también, y quizás sobre todo, en el ofensivo), la confirmación de que Maras es un jugador válido, que da lo que puede prometer un central, la mejora de Róber Pier con respecto al inicio de temporada o la gran cantidad de ocasiones que necesita el Sporting para marcar un gol. Decía Albés, al acabar el partido, que los delanteros de 25 o 30 goles solo estaban al alcance de clubes que pudieran pagar por ellos 12 millones de euros. Había tono hiperbólico en el mensaje del entrenador: nadie pide un jugador de esas cifras; al Sporting le bastaría con un jugador que lograra la mitad. Y basta con mirar los máximos goleadores de Segunda de la temporada pasada para comprobar que en el mercado hay algunos: el máximo goleador fue Braithwaite, que sí tiene capacidad económica para comprar el Espanyol (el rumor está sobre la mesa), pero no es el caso de Peque (traspasado del Racing al Sevilla por cuatro millones de euros), el jugador del Eibar Jon Bautista o el propio Miguel de la Fuente, que estuvo en la órbita del Sporting hasta el último minuto del mercado de verano de la temporada pasada. Lo que parece claro es que, lamentablemente, Caicedo (que en Riazor no jugó ni un minuto) no es el hombre que le va a aportar al Sporting esos goles que le faltan y que a Juan Otero, por sus características, tampoco se le pueden exigir. Campuzano aporta minutos de calidad y algunos tantos en momentos cruciales, pero tampoco es un goleador y Albés prefiere dosificarle.
La otra duda, ya recurrente, que deja el domingo es para qué sirve el VAR si ni siquiera se revisa el posible penalti a Dubasin. Pero eso ya no depende del Sporting.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...