El proyecto de Asturias 2030 no está muerto. Al menos no a ojos del Grupo Orlegi, propietario del Sporting y principal impulsor de la candidatura gijonesa para el Mundial. "Hasta el 31 de julio hay tiempo. Si Asturias y Gijón quieren, El Molinón será sede", respondía el presidente ejecutivo del Sporting David Guerra este domingo en Carrusel Canalla. Admite que en este momento "el balón está en el tejado de los políticos", en concreto de la alcaldesa Carmen Moriyón, que públicamente daba el debate por "zanjado" con declaraciones y una campaña de publicidad. En un tono conciliador (aunque admitiendo la sorpresa por la reacción del consistorio) Guerra mantiene los argumentos con los que intentarán cambiar la opinión de la primera edil: insiste en "el gran retorno" que tendría el evento para la región, define esta posibilidad como "una gran oportunidad" e insiste en que "no hay ningún interés oculto" detrás del proyecto de Orlegi. También hace autocrítica del desarrollo del proyecto y lanza un mensaje tranquilizador al sportinguismo: la apuesta por el club no se verá afectada en absoluto por la probable puerta cerrada al Mundial.

Candidatura viva

"Si Asturias quiere, Asturias puede. Hay tiempo hasta el 31 de julio. Mantenemos líneas abiertas con la Federación e intentamos mantener a Asturias en esta carrera por ser sede del Mundial. El balón está en el tejado de los representantes políticos. Aquí estaremos para apoyar y ayudar".

Asturias se lo puede permitir

"¿Por qué Asturias no va a poder ser sede del Mundial? Vemos un enorme potencial. Aquí se respira fútbol y hay muchas ganas de la gente para aprovechar el Mundial para un desarrollo que va mucho más allá. Veo muchas más razones para el sí que para el no. Que la inversión va a retornar, no solo para la ciudad sino para toda la región, es una obviedad. El gran retorno del Mundial serviría para desarrollar las infraestructuras. Nosotros, como club, tenemos un estadio que (si no es ahora) dentro de un tiempo tendremos que afrontar un cambio. Lo vemos como una oportunidad para todos, para mejorar las condiciones de nuestros aficionados. Y al ser una infraestructura pública, el ayuntamiento tiene mucho que decir".

Protagonismo de Orlegi

"Las fases se han confundido un poco y, en este proceso, han sucedido muchas cosas. Entre ellas cambios en las administraciones, incluso en la Federación. Hubo dos procesos electorales y cambió el panorama. Han sucedido tantas cosas que el club se convirtió, de manera anómala, en el hilo conductor de todo esto. Este es un proyecto que no tiene que ver específicamente con una parte privada como el Sporting, sino que es un proyecto de ciudad y de región, por lo que deben liderarlo las administraciones públicas. Nosotros nos hemos involucrado pensando en grande, creyendo en lo que estamos haciendo. Esto es cuestión de tres, debemos caminar todos juntos y apoyarnos, y por eso firmamos un protocolo común".

Primer proyecto desorbitado

"El proyecto inicial, que planteaba una obra de 300 millones para el estadio, quizás fue demasiado grande. Pero simplemente se planteaban opciones de lo que se podría hacer, por nuestra experiencia en otros lugares, por la de los arquitectos. No era algo escrito en piedra, sin porque era algo que se podía poner encima de la mesa. Aquello no era posible o no es lo que se quería; sin ningún problema. El primer impacto tenía que ser importante para que Asturias tuviera un posicionamiento. Volvimos a hablar, había otra serie de visiones y acomodamos aquel proyecto. Que en ese entusiasmo nos pudimos dejar llevar y que pareciera que éramos los únicos líderes, puede ser. Pero este es un proyecto de todos"

Recelo de los políticos

"No notamos desconfianza. Respetamos al cien por cien la decisión de los representantes de los asturianos elegidos democráticamente. Otra cosa es que estemos de acuerdo o no. No hay ningún interés oculto detrás de esto. Cuando llegamos aquí ni conocíamos esta posibilidad, pero lo vimos como una gran oportunidad para la región. No era algo que trajéramos en la mente".

Tensión con la alcaldesa

"No creo que se hayan roto relaciones ni nada por el estilo. Tenemos una gran lealtad institucional con el Ayuntamiento. El Sporting y el Ayuntamiento de Gijón tienen que ir siempre de la mano. Es momento de reflexionar. Se han dicho muchas cosas por las dos partes. Hasta julio hay margen; si somos capaces entre todos, si Gijón y Asturias quieren, vamos a ser sede del Mundial. Esto va mucho más allá de dos partidos del Mundial. No estamos molestos; sí nos pudo venir por un comunicado que no esperábamos, cuando en una reunión con la Federación todos acordamos seguir trabajando y esperar una llamada. Aquel comunicado nos pilló fuera de juego; además se hablaba de un grupo que había estado invirtiendo desde el principio. Eso nos causó sorpresa. Pero sigo creyendo que debemos caminar juntos de la mano, con lealtad institucional, para sacar esto adelante".

¿Peligra el proyecto de Orlegi en el Sporting?

"En absoluto. El convencimiento es total. La apuesta de Orlegi por el Sporting no tiene fecha de caducidad. Este ejemplo del proyecto del Mundial es el ejemplo de cómo trabajamos: involucrándonos al 100%. Este club lo tiene todo para crecer y tener un proyecto maravilloso. Que tengan muy claro los sportinguistas que aquí vamos a estar y que vamos a llegar hasta arriba. Nos estamos dejando la piel por este proyecto".