Fin al sueño mundialista de Gijón: el ayuntamiento se niega a "firmar un cheque en blanco a la FIFA con dinero público"

El proyecto de El Molinón como posible sede del Mundial de 2030 se acaba el 22 de febrero de 2024, después de que el ayuntamiento de Gijón haya reiterado su negativa a aceptar las exigencias de FIFA, al entender que supondría "firmar un cheque en blanco con dinero público". El intento de esta tarde por parte de la Federación Española de Fútbol, la Federación Asturiana y el Sporting de convencer al equipo de gobierno para que firme la aceptación de esas condiciones en las próximas horas, con el mensaje de que no resultarían vinculantes si Gijón no es designada oficialmente sede no ha servido de mucho. Tras la reunión, desde el ayuntamiento se ha lanzado un comunicado en el que insiste en que "el primer paso debe ser conocer cuánto cuesta la organización y quién la paga, cuestión que tras año y medio sigue siendo una incógnita".

La reunión mantenida esta tarde en El Molinón no sirvió para nada. Los concejales Jesús Martínez Salvador y Ángela Pumariega escucharon durante hora y cuarto de boca de María Tato, responsable de la Comisión de de Seguimiento de Candidaturas para el Mundial de 2030, los argumentos federativos. No resultaron convincentes para un equipo de gobierno cuyo servicios jurídicos sí consideran que la firma de ese documento resulta "vinculante", por lo que el consistorio insiste en que esa firma sería "una irresponsabilidad".

Ampliar

Lamentan desde el consistorio que el Grupo Orlegi no haya presentado a estas alturas un plan de financiación. "El primer paso para cualquier operación de este tipo debe ser saber cuánto cuesta la organización y quién la paga, cuestión que tras un año y medio ha sido imposible conocer", expresan en un comunicado en el que además muestran su sorpresa por la ausencia de representantes del Principado, circunstancia que consideran "invalida" el encuentro.

En la reunión el Sporting presentó los resultados de un informe realizado por la Universidad de Oviedo, que cifra en 250 millones de euros el impacto económico del evento para la región. Unos datos a los que el equipo de gobierno no da veracidad, al considerar "imposible cuantificar los beneficios sin conocer previamente el coste". Desde el ayuntamiento reivindican su "interés en convertirse en sede del Mundial 2030 con las mejores garantías organizativas y financieras".

Ante el enconamiento de las posturas, la candidatura gijonesa se cae de la carrera por ser sede del Mundial. El resto de las ciudades interesadas continúan con opciones, con la duda de Valencia, donde las instituciones sí han firmado el acuerdo con la FIFA, siendo el club de Mestalla el que se ha desmarcado.