La tecnología arruina la tarde en El Molinón
El VAR, recuperado tras una avería eléctrica, anuló el que hubiera supuesto el gol de la victoria por un polémico fuera de juego muy anterior al tanto de Campuzano

Pedro Díaz se lleva el balón, presionado por Salva Sevilla, durante el Sporting - Alavés. / LaLiga

Gijón
El mundo evoluciona que es una barbaridad, y el fútbol (a su ritmo) también. Los cambios son inevitables, pero no siempre mejoran las cosas. Sobre el papel, siempre es mejor buscar un criterio científico que una opinión individual y subjetiva para tomar decisiones en las que hay tanto en juego. El problema llega cuando el criterio es tan voluble, cuando no resulta convincente y, cuando ya en otro plano, perjudica al propio espectáculo y más que mejorarlo, lo enfanga. La anulación del gol que hubiera supuesto la victoria del Sporting ante el Alavés, por estar el tobillo de Aitor García mínimamente adelantado en un momento de la jugada muy anterior al gol de Campuzano, será una decisión objetiva pero de las que pueden llevar al desencanto con un deporte que se arriesga a perder cierta esencia.
Que el fútbol es un carrusel de emociones es algo sabido. A veces, como este domingo, suben y bajan en cuestión de minutos. Quién podía esperar, en pleno momento de euforia cuando en el minuto 97 Campuzano marcaba el gol que hubiera supuesto la tercera victoria consecutiva del Sporting, que cuatro minutos después sobre El Molinón habría tal sensación de chasco. El empate final permite al equipo gijonés seguir sumando y mantener el colchón de nueve puntos sobre el descenso. Pero es que la victoria, más allá de cábalas casi quiméricas con respecto al playoff, le hubieran dado al Sporting la tranquilidad definitiva.
Curiosidades de la vida, lo que parecía una solución acabó siendo un problema. Dispuesta la tecnología a convertirse en la gran protagonista de la tarde, nada más comenzar la segunda mitad un fallo eléctrico interrumpió el partido al cortar la conexión de los árbitros de césped con la Sala VOR, en la que se toman en última instancia las decisiones polémicas. Se hubiera podido continuar el partido si no se hubiera encontrado solución pero (lamentablemente para el Sporting, a la vista de lo sucedido) en unos minutos se restableció la comunicación.
No fue el de este domingo un partido futbolísticamente espectacular aunque sí bien competido por el Sporting, contra un candidato al ascenso directo del que cabría esperar algo más en cuanto a la propuesta. Hizo muchas cosas bien el equipo de Miguel Ángel Ramírez, dominador de forma abrumadora del balón en los primeros minutos. Entre las cosas que no hizo bien el equipo estuvo lo de casi siempre: la definición. A pesar del buen partido de Jeraldino y del trabajo a destajo de Juan Otero, el equipo no era capaz de convertir sus momentos de dominio en goles; ni siquiera en ocasiones. También le costaba al Alavés, que sin embargo tuvo la única ocasión de gol de la primera mitad (un balón que se le fue alto a Tenaglia tras recibir en el punto de penalti). Alguna más tuvieron los vitorianos tras la reanudación, como un disparo de Salva Sevilla que salvó Cote a menos de un metro de la línea de gol y que, tras recibir el rechace, Jason envió arriba, precisamente en el momento en el que se produjo el fallo eléctrico. Y Cuéllar tuvo que intervenir para evitar los goles de Guridi, Toni Moya o Villalibre en el minuto 69 que fue de auténtico estrés para el Sporting.
Pero los cambios mejoraron el ataque rojiblanco: Aitor García amenazó con marcar en el minuto 88, estrellando en el palo un gran pase de Christian Rivera. Y en el amplísimo descuento al que obligó el parón anterior, Campuzano marcó un gol que tanto él (discutido de nuevo por el público) como el Sporting necesitaban como el comer, pero un fuera de juego previo de Aitor García acabó con la ilusión del catalán y de la de todo el estadio, que lo celebró como si fuera el gol en una final. En parte lo era, para la tranquilidad definitiva de un equipo que sigue sumando, pero que se quedó con la miel en los labios.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...