El Sporting sigue asomado al abismo
El equipo gijonés sumó en Burgos su primer punto a domicilio desde el cambio de entrenador (0-0), pero las victorias de la Ponferradina y el Oviedo complican la situación

Cuéllar sale a despejar un balón en una acción defensiva del Sporting. / LaLiga

Gijón
¿Qué es lo máximo que se puede esperar de un equipo que jugándose la vida (la permanencia, tampoco nos pongamos tan dramáticos) no genera ni una ocasión de gol? Pues, como mucho, que empate a cero. Desde ese punto de vista, no queda otra que dar por bueno el punto sumado por el Sporting en Burgos, tras ver a un equipo que no está muy claro si es consciente del jaleo en el que se ha metido, con la Ponferradina apretando por abajo y situada ya a cuatro puntos. El discurso, con esta dinámica de relativización del resultado en beneficio de un "proceso" hacia no se sabe dónde si , no parece ayudar a que el equipo afronte los partidos como lo que son: auténticas finales por la permanencia. La palabra sigue siendo tabú. Aunque quizás lo que más pese en el rendimiento sea el bajo nivel (competitivo, de calidad y de carácter) de la plantilla y que la idea (sacudida por una nueva vuelta de tuerca en El Plantío) parezca todavía cogida con pinzas.
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Lo mejor del partido de este domingo fueron el punto, que permite al Sporting mantener el colchón psicológico de algo más que un partido de ventaja sobre el descenso, y que, siendo peor que el Burgos, el Sporting esta vez no fue avasallado por el rival, como sucedió unos días antes contra el Mirandés o fuera de casa en Andorra, por ejemplo. El que no se consuela es porque no quiere. El equipo sumó el primer punto a domicilio de la 'era MAR' gracias a que Insua sacó un balón sobre la línea de gol, Cuéllar realizó varias paradas notables y el larguero repelió una ocasión clarísima del Burgos en la primera mitad. El bagaje ofensivo del Sporting fue paupérrimo: solo dos tiros entre los tres palos, ambos carentes de todo peligro.
En un nuevo giro de los acontecimientos, el Sporting se pareció más al de Abelardo que al que pretende implantar Ramírez, con un fútbol mucho más directo. El entrenador canario tomó alguna decisión plausible, como la de adelantar a Marsà al mediocampo y apostar (por fin) por Varane como titular, adelantando la posición de Pedro Díaz. Otras resultaron más discutibles, como la de acabar ubicando a un delantero (Cristo) como extremo y a un extremo (Otero) como punta. Terminar el partido sin delantero, además de una clara muestra de que el Sporting firmaba el empate en El Plantío, empieza a convertirse en costumbre en este equipo.
El Sporting sumó y, con ese punto, logra que la distancia con el descenso supere la barrera psicológica de un partido. Pero, más allá de distancias con respecto a otros, el equipo gijonés debe hacer sus propias cuentas. La situación (tanto la del equipo gijonés como la del descenso en general) es muy situación a la del año pasado a estas alturas. La Ponferradina tiene 33 puntos, tres más de los que tenía la Real B en la jornada 32 de la pasada campaña, en la que hicieron falta 44 puntos para salvarse, siempre y cuando la reacción de la Ponfe se quede en un amago. Si damos por buenos esos números para salvarse este año, el Sporting podría necesitar tres victorias para conseguir la permanencia. Son los partidos que ha ganado el equipo gijonés en los últimos cinco meses. Toca estrujar el calendario para ver de dónde pueden salir esos puntos para llegar al objetivo. Ese que desde dentro nadie menciona, como si más que fútbol esto fuera una partida al 'Tabú'.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...