El Sporting no remata la faena
Los rojiblancos no pudieron transformar en gol ninguno de sus diecinueve disparos y tienen que conformarse con el empate ante el Cartagena (0-0)

Jordan Carrillo se va de dos rivales en el Sporting-Cartagena. / LaLiga

Gijón
Tiene este Sporting algunas virtudes muy valorables y, por contra, algunos defectos que resultan más desesperantes que criticables. Nadie puede negarle a este equipo su voluntad de proponer fútbol. Es un equipo que no aburre, que lo intenta, que tiene espíritu. Pero eso choca frontalmente con sus limitaciones, que son considerables. La entrega no compensa en ocasiones la falta de calidad para, por ejemplo, definir de cara a la portería rival. Y en partidos como el de este domingo contra el Cartagena, eso se paga. No es algo censurable, porque el equipo hace lo que puede. Pero le faltó lo que algunos consideran falta de suerte y otros falta de calidad para marcar. El 0-0 deja un poso de cierta frustración, y al mismo tiempo un punto más en el camino hacia la permanencia, que es el objetivo primario y que acabará convirtiéndose en el único mientras la entrega y el trabajo no vayan reduciendo la influencia de las limitaciones propias.
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Salvo excepciones, el Sporting transmite y compite. Lo hizo contra el Cartagena, en uno de esos partidos que se agradecen en una categoría muchas veces tan pastosa. Fue un partido divertido, de ida y vuelta y que tuvo fases verdaderamente frenéticas. Digno de agradecer por parte de los espectadores. Diecinueve veces chutó el Sporting, siete entre los tres palos. Falló lo habitual: la puntería.
Si hubo un minuto que ejemplificó lo que fue el partido ese fue el seis de la primera parte. Estaba el choque en una de sus fases más álgidas y en cuestión de segundos se pasó de que la madera evitara el gol de Tejera para el Cartagena a que Juan Otero tuviera en sus botas la ventaja para el Sporting, con un gran chut a la media vuelta que repelió el portero Aarón, que fue una pesadilla para los rojiblancos.
Hubo muchas más ocasiones para los dos equipos; numéricamente más para el Sporting, aunque el Cartagena volvió a estrellar otro balón en el larguero, ya en el minuto 84, en un chut de otro exoviedista: Ortuño.
También el Sporting se encontró con el larguero en otro remate del colombiano Otero, acompañante en punta de Uros Djurdjevic. Ambos estuvieron muy trabajadores, pero completamente negados de cara a gol. La sequía de Djuka sigue siendo preocupante y exacerba sus reacciones inadecuadas e imprudentes, que en esta ocasión pudieron salirle caras. Desplazar un balón previo a una falta del rival delante de los ojos del colegiado es un comportamiento totalmente absurdo que pudo acarrearle perfectamente la expulsión cuando, más tarde, se llevó por delante a Alcalá en una falta durísima. El colegiado fue generoso, porque nadie hubiera alzado mucho la voz si hubiera tenido a bien mostrarle la segunda amarilla al delantero del Sporting y dejarle fuera no solo de este encuentro sino también del derbi. Gracias a ese indulto arbitral, Djuka pudo probar al portero rival en un mano a mano en el que quizás optó por chutar demasiado pronto, teniendo margen para haberse aproximado más a la portería.
En el revolucionado once de Abelardo, condicionado por la cercanía del partido de Lugo más que por la proximidad del derbi, entró Jordan Carrillo, que mostró un recital de calidad y personalidad. Hizo un notable partido el mexicano, partiendo desde el costado derecho y reivindicando más presencia en el equipo. Evidentemente tiene margen de mejora y debe acabar más de las cosas que empieza, pero también se agradece en un fútbol en el que los regateadores son una especie en peligro de extinción un futbolista que encare. Tanto él como el infatigable Zarfino tuvieron ocasiones de esas que no se deben desaprovechar.
También se vio a un mejor Jony, lejos aún del jugador que fue, pero siendo de nuevo aprovechable. Trabajó incansablemente y en algunas fases del partido se hinchó a poner centros, aunque pocos encontraron rematador en el área.
Además regresaron al equipo Mariño (no pasó apuros), Christian Rivera y Diego Sánchez. Gragera hizo otro señor partido como central, el puesto en el que Abelardo considera que tendría aún más futuro en el fútbol, por más que el canterano prefiera su papel de mediocentro.
Un punto más para un Sporting que el sábado, en el derbi, debe confirmar si verdaderamente tiene ese carácter que, salvo excepciones, se le ha aplaudido en esta primera vuelta.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...