Acepta dos años de cárcel por causar a su hija de cinco meses daño cerebral severo al zarandearla
Su pareja en aquel momento, también procesado, se ha declarado inocente y ha alegado que estaba trabajando con su padre en León
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legs of a newborn on a gray-blue background / Kseniya Ovchinnikova
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Gijón
La madre acusada de causar un daño cerebral severo a su hija de cinco meses tras zarandearla porque lloraba ha reconocido los hechos y ha aceptado dos años de prisión, cuatro de retirada de la patria potestad y cuatro de alejamiento de la menor. La Fiscalía ha alcanzado un acuerdo con la defensa de la madre por el que, tras el reconocimiento explícito de los hechos, ocurridos en febrero de 2021, ha rebajado su petición inicial de tres a dos años de cárcel durante el juicio celebrado ante la titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Oviedo.
El entonces novio de la acusada, que también está procesado en la causa por un primer episodio violento hacia la pequeña en enero de 2020, se ha declarado inocente y ha alegado que él se encontraba en esa fecha trabajando con su padre en León. La Fiscalía ha pedido para él una pena principal de tres años y de forma alternativa un año de prisión como presunto autor de un delito de lesiones, mientras que la acusación particular que ejerce el Principado de Asturias, ha solicitado dos años de cárcel y su defensa la libre absolución.
La acusada ha afirmado que "asume los cargos" imputados en febrero de 2021, pero ha negado cualquier responsabilidad en las lesiones sufridas por su bebé el 13 de enero de 2020, porque, según ha explicado, ella estaba duchándose ese día cuando oyó "un golpe seco" y al ir a ver qué ocurría su madre le comentó que su novio había "lanzado al aire" a la menor. La abuela materna ha corroborado que presenció cómo su nieta empezó a llorar y al girarse para verla presenció cómo "el novio de su hija la sacó del carricoche, la cogió por las axilas, la tiró por el aire tres o cuatro veces, la volvió a dejar y se marchó", dando un portazo cuando ella le llamó la atención diciéndole: "¿pero ¿Qué haces, estás loco?".
El padre biológico de la menor ha testificado que tras separarse de la acusada él se quedó con otro hijo menor de edad que tenían en común y que también presentaba golpes por el cuerpo y tenía la cara morada.
El perito médico que atendió a la pequeña en la UCI Pediátrica ha afirmado que en febrero de 2021 llegó una niña al servicio de Urgencias de madrugada con convulsiones, fue tratada con medicación y fue conectada a un respirador y al día siguiente se le hizo una resonancia magnética y se vieron lesiones que ratificaron que tenía el "síndrome del niño zarandeado". Ha expuesto que las pruebas de la resonancia y el estudio oftalmológico confirmaron sangrados cerebrales con hemorragias que eran “demoledoras”, ha descrito, al haber sido sometida a una fuerza intensa y con sacudidas repetidas y hematomas provocados en distintas fases y días.
A su juicio, los zarandeos podrían haber empezado “semanas previas y repetidas en el tiempo” con un maltrato continuado, pero ha descartado “tajantemente” que las lesiones se hubieran producido por “tirar al bebé al aire”. Una de las cosas que más le llamó la atención al perito es que los acusados llevaran al bebé al pediatra al día siguiente y no avisaran a una ambulancia el mismo día de las lesiones.
La forense también apreció hematomas antiguos con coloración amarilla que no eran de tipo instrumental, sino manual, mientras que una trabajadora del Instituto de la Infancia y una pediatra del HUCA han corroborado lesiones del síndrome del niño zarandeado que eran "de libro".