Esperar a que baje la marea
El comentario de Carlos Prieto en 'La Ventana de Asturias' (12/07/2022)
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Asturias
Menudo mes de julio que llevamos; hablan de la cuesta de enero, pero la de este verano está siendo más empinada que la del Angliru. Cada día que pasa todo sube: desde el mercurio de los termómetros, a la luz, el gas, la gasolina, la cesta de la compra... hasta la sidra, y el recibo del Sporting. No sé dónde va a parar esta locura, con un IPC descontrolado que el Gobierno no sabe cómo frenar y nos va a conducir a una situación límite, por muchos conejos que saque de la chistera, por muchas promesas que lancen sus ministras; al final, efectos mágicos, fuegos de artificio, que lo único que hacen es endeudarnos más. Un poco de pan para hoy, más hambre para mañana. Porque que yo sepa, estamos cada día más asfixiados por muchas sonrisas que se proyecten desde la Moncloa diciéndonos lo bien que vivimos y que no nos damos cuenta que los demás están peor. Y lo que más me preocupa es que, dicen los expertos, lo peor está por venir. Auguran un otoño caliente, con la economía a punto de reventar y la paciencia de los ciudadanos al límite. Pero bueno, veamos la botella medio llena, ya saben que todo esto cambia de un día para otro y que lo que hoy es negro mañana puede ser blanco. Basta con que se llegue a un acuerdo en Ucrania para dar la vuelta a la tortilla. Y pasaremos de sanciones a acuerdos, de recelos a confianzas. Porque a veces da la sensación de que vivimos inmersos en una gran juego en el que los dueños del tablero hacen lo que quieren cuándo y cómo quieren. Establecen las reglas y los demás a callar. Bastante es que nos dejan participar. No se preocupen está demostrado: todo lo que sube baja, y ahora estamos en pleamar. Esperemos a que baje la marea. Así que, queridos oyentes, disfruten del momento. Carpe diem. Yo les dejo entornada esta Ventana de Asturias, para que no entre mucho calor, pero que sí les permita seguir escuchando nuestra radio del alma. Merece la pena.