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Piden un año de cárcel para una empleada del Hospital Universitario Central de Asturias acusada de acoso laboral a una subordinada

La demandante tuvo varias bajas laborales por ansiedad y estrés entre 2015 y 2016 y en 2017 la gerencia reordenó el organigrama y ambas dejaron de trabajar en el mismo departamento

Exteriores del HUCA, hospital donde trabajaba la fallecida. / EFE/ J. L. Cereijido

Exteriores del HUCA, hospital donde trabajaba la fallecida.

Asturias

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita la condena de un año de prisión para una trabajadora del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acusada de acoso laboral a una subordinada. El Ministerio Fiscal sostiene que desde septiembre de 2013 hasta febrero de 2017, la denunciante trabajó como auxiliar administrativo en un departamento del HUCA.

Desde el inicio de su trabajo, la acusada infligió a la víctima de forma continuada, un trato despectivo, autoritario, con agresividad verbal y menosprecio a todas las laboras que realizaba. La acusada no permitía acudir a la víctima a todos los actos que organizaba, criticaba su comportamiento y forma de vestir, le encargaba funciones que no le correspondían por cualificación y controlaba su trabajo, de forma que le cambiaba frecuentemente los horarios y los descansos. También la hacía ir a trabajar fuera de su horario, la reñía hasta hacerla llorar y le decía, cuando las cosas no iban bien, que era por su culpa.

La acusada obligaba exclusivamente a la víctima a elaborar unas agendas para cumplimentar de 08.00 a 15.00 horas poniendo todo lo que hacía cada media hora. Asimismo, la reñía cuando iba a tomar el café reglamentario porque decía que dejaba sola la oficina. En una ocasión, en abril de 2015, la acusada accedió al ordenador de la víctima para buscar en su historial de internet páginas inapropiadas en su horario laboral, ordenando que continuara con sus labores una vez comprobó que no era así. En otras ocasiones la grabó y sacó fotos en el pasillo para decir que nunca estaba en la oficina. También la seguía al baño porque decía que siempre estaba fuera de su puesto de trabajo.

Todo ello motivó que la demandante tuviera varias bajas laborales por ansiedad y estrés entre 2015 y 2016. En junio de 2016, Inspección de Trabajo advirtió al HUCA de que en los hechos denunciados podía haber indicios racionales de criminalidad, que podían dar lugar a una imputación penal y solicitó la apertura de una investigación interna y la realización de una evaluación de riesgos psicosociales.

En octubre de 2016, la acusada se dirigió de forma brusca y autoritaria a la víctima, riñéndola fuertemente por discrepancias en el desarrollo del servicio, que finalizó cuando la víctima sufrió una fuerte crisis de ansiedad que motivó su traslado a Urgencias. A consecuencia de este episodio, la víctima causó baja por ansiedad hasta el 24 de mayo de 2017.

Finalmente, en febrero de 2017, la gerencia del Área Sanitaria IV reordenó el organigrama y ambas dejaron de trabajar en el mismo departamento. La Fiscalía considera que los hechos relatados son constitutivos de un delito de acoso laboral y añade a la pena de cárcel una indemnización con 2.000 euros en concepto de daño moral más los intereses legales correspondientes.

 
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