La jornada partida
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El comentario de Chema Caso en 'La Ventana de Asturias' (11/05/22)
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Asturias
Solo los creídos de sí mismos se estiman. No se sabe que extraña neurona les asiste en su megalomanía, qué licor duro les conduce al delirio sin resacas, sin tormentos, sin preguntas. Aunque solo fuera eso: interrogación sobre una supuesta parodia de sí mismo, ridículo, como todos, finalmente.
Ya sé que esto no se parece en casi nada a lo que fue o será una columna de opinión. Pero hoy en primera de El País pude leer que ahora, después de tantos años luchando por la jornada continua en escuelas, colegios e institutos, leo que quieren volver a la jornada partida. La propuesta, abierta ya la puerta del debate, se me presenta como un nuevo-antiguo devaneo-desvarío.
Así si uno mira la tarde de un domingo, después de comer en casa de su madre, como siempre, magnífico, entiende que la vida, lo que se cuenta por vivir, es un final, nunca un principio. Luego viene el lunes, claro. Pero queda la véspera latina en soledad preguntándose ¿cómo se arreglaron aquellas mujeres para sacarnos adelante en jornada no continua sino a destajo?
Y uno al atapecer dominical se vuelve más párvulo y menos porque dejó atrás, detrás, cuanto y cuando era más. Más pequeño. Porque ¿cuándo fuiste grande?