Las lecciones del COVID-19 cinco años después
Quienes lo vivieron en primera línea creen que deberíamos haber aprendido más cosas. Lo mejor, la rapidez en la actuación y que se hizo “equipo”

Hoy por hoy Zaragoza y el covid 5 años después (04/03/25)
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Zaragoza
En una fecha como la del 4 de marzo, pero hace cinco años, no teníamos ni idea de lo que se nos venía encima. Fue entonces cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en Aragón. Dos días después, el 6, la radio contó el primer fallecido por coronavirus en la comunidad: estaba ingresado en el Hospital Provincial de Zaragoza.
Cinco años después volvemos a poner la mirada en ese día. Rosa Magallón, profesora titular de Medicina de Familia e investigadora de la Universidad de Zaragoza, en COVID persistente, recuerda que "ese día estaba en las trincheras", trabajando en la consulta de atención primaria en el centro de salud del Arrabal. "Me acuerdo perfectamente del 4 de marzo de 2020, cuando saltó definitivamente la alarma sobre esa amenaza que veíamos ahí en China y que no nos iba a llegar, pero que nos llegó y se nos vino encima casi sin saber".
Señala que "mirándolo retrospectivamente ¿cómo fuimos capaces de hacer esto? La situación fue de incertidumbre, hicimos lo que pudimos y una cosa buena es que hicimos equipo, equipazo y fuimos capaces de desarrollar el trabajo, cambiar nuestra perspectiva al igual que los pacientes que también de alguna manera contribuyeron a esto".
Oportunidades
De la pandemia han surgido también oportunidades, como la de desarrollar un clúster sanitario aragonés, que desde la investigación, las empresas, la asistencia... ha unificado miradas y criterios sobre la protección de la salud.
Una empresa aragonesa, Cestest Biotec, se convirtió en proveedora para más de 130 países de las famosas PCR. Llevaba menos de dos décadas de actividad. Su misión, investigar y desarrollar herramientas de diagnóstico rápido de enfermedades infecciosas. Carlos Genzor, socio fundador, recuerda ese día "con mucha emoción y mucho estrés" porque "no sabíamos lo que iba a pasar, pero sabíamos que teníamos que hacer algo". De hecho, señala que "cuando en diciembre en China empezaron a salir las primeras informaciones de casos, nos pusimos ya un poco alerta y a trabajar". Fue en febrero cuando tuvieron el primer prototipo. El problema fue "la alta demanda que tuvimos, con una capacidad productiva que hubo que multiplicarla casi por diez".
Al final de todo esto, dice Genzor, aprendes "a trabajar en equipo y que hay que reaccionar rápido".