Fútbol

La peligrosa involución del Real Zaragoza

El equipo de Miguel Ángel Ramírez camina a pasos agigantados hacia un abismo insospechado

Miguel Ángel Ramírez, junto a Fernando López y Juan Carlos Cordero, en su presentación como entrenador del Real Zaragoza / Real Zarag

Miguel Ángel Ramírez, junto a Fernando López y Juan Carlos Cordero, en su presentación como entrenador del Real Zaragoza

Zaragoza

Llegados a este punto, tras sumar 5 de 18, y más allá de los números, viendo las sensaciones que transmite el equipo, las alarmas suenan con fuerza en el Real Zaragoza. La propiedad, intachable en su gestión económica, se ha topado con un problema mayúsculo por los errores en las decisiones deportivas desde su desembarco en mayo de 2022.

La situación actual del equipo comienza a tornarse en insostenible. La llegada del nuevo entrenador ha borrado por completo las virtudes que tenía la plantilla y se ha empeñado sin éxito en corregir los errores defensivos, que arrastra desde principio de temporada por una mala planificación deportiva en los fichajes. El Real Zaragoza ha defendido mal desde el primer día de curso por falta de calidad. Ramírez insiste en un asunto que ni la propia dirección deportiva, encabezada por Juan Carlos Cordero, tuvo a bien corregir en el mercado invernal con la contratación de un par de centrales de jerarquía que elevaran las prestaciones defensivas.

Hasta la llegada del nuevo inquilino del banquillo de La Romareda, el Real Zaragoza se caracterizaba por pisar el área contraria, generar ocasiones y ser uno de los equipos que más goles marcaba. El perfil de futbolistas con los que cuenta la plantilla lleva irremediablemente a apostar por una filosofía de juego acorde a sus características. Sin embargo, el desembarco del técnico canario significó darle la vuelta a la tortilla. Apostar por una filosofía para la que plantilla no tiene armas y dejar de lado aquello que mejor sabe hacer.

Miguel Ramírez es uno de los responsables, pero no el único del lío en el que se ha metido el Real Zaragoza. Quién eligió a Ramírez también. Mariano Aguilar, consejero de máxima confianza de la propiedad, y Juan Carlos Cordero, cuyo contrato termina a final de temporada y la idea inicial de la entidad es renovarle, no han acertado en las elecciones de los entrenadores. A nadie escapa que a Víctor Fernández no lo propusieron ellos. El currículum de entrenadores del tándem Aguilar- Cordero son Ramírez y Velázquez, que sustituyó la temporada pasada a Escribá y al que tuvieron que despedir tras 14 jornadas porque el equipo se marchaba por el sumidero a Primera Federación.

El adiós voluntario de Víctor Fernández el pasado mes de diciembre les abrió otra oportunidad al director deportivo y al Consejero Aguilar de no repetir el fiasco de Julio Velázquez. Su apuesta fue por un entrenador joven, con escasa experiencia en el fútbol profesional español, que se reducía a temporada y media en el Sporting de Gijón. Más allá de eso, ni mejor ni peor, la elección fue por la de un técnico con una filosofía futbolística diametralmente opuesta a la de su antecesor.

La situación es tensa con una afición que no aguanta más, tras 12 años en la categoría de plata. Una afición que ha sostenido al club en los momentos más duros de esta insoportable travesía. Los zaragocistas más veteranos no se explican cómo su equipo ha podido llegar a este punto, mientras los más jóvenes siguen al pie del cañón intentando ayudar desde la grada para que llegue el día en el que puedan ver al Real Zaragoza en primera, a ese Zaragoza que sus padres, tíos o abuelos les han contado, que protagonizó episodios muy importantes a nivel nacional e internacional.

Con 15 jornadas por delante, 45 puntos en juego, el Real Zaragoza necesitará sumar 16 para alcanzar la famosa barrera de los 50, en los últimos años han sido menos, que asegura la permanencia. Una temporada más, y ya son demasiadas, su objetivo del ascenso, explicitado sin tapujos por todos y cada uno de los máximos responsables del club, se ha convertido una vez más en una quimera. El problema no se reduce a ver imposible optar a subir de categoría, lo preocupante es que le acecha el insospechado abismo del descenso.

Casi tres años después de llegar para salvar económicamente al Real Zaragoza, un aspecto prioritario para la supervivencia, los errores acumulados en la parcela deportiva deben hacer reflexionar a la propiedad si no quieren ver eternizarse al club en la categoría de plata o incluso, en una de estas, derivar en un descenso de consecuencias incalculables.

Santiago Sáez

Santiago Sáez

Redactor de Deportes. Cubre la información del Real Zaragoza desde 1995, año en el que se incorporó...

 
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