100 nuevos casos de trastornos de conducta alimentaria en menores se detectan cada año en Aragón
Según la asociación ARBADA, la navidad es una época donde los familiares de enfermos deben extremar las precauciones para evitar crisis
Trastornos de conducta alimentaria
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Zaragoza
Con la retirada de las luces navideñas, la rutina diaria ha vuelto a nuestras vidas. Sin embargo, para muchas familias, la transición ha supuesto enfrentarse a los efectos de unas semanas especialmente desafiantes en términos de alimentación. En Aragón, ARBADA, la Asociación de Familiares de Pacientes de Trastorno de Conducta Alimentaria, ha observado un incremento en las consultas durante este período.
Edurne Larrarte, presidenta de ARBADA, ha destacado cómo estas celebraciones han exacerbado los problemas asociados a estos trastornos. “La Navidad se vive en torno a una mesa, con comilonas y alimentos poco habituales, lo que genera ansiedad tanto en pacientes como en sus familias”, ha explicado. Además, ha subrayado la importancia de adaptar las reuniones a las necesidades de los afectados, recomendando, en algunos casos, encuentros más íntimos y controlados.
Para prevenir el impacto emocional de estas fechas, ARBADA ha organizado talleres previos a las fiestas en colaboración con el Instituto Aragonés de la Juventud. Mercedes Barcelona, trabajadora social de la asociación, ha resaltado la importancia de la comunicación y el apoyo familiar, ya que “los pacientes y sus familias necesitan herramientas para gestionar la ansiedad y las emociones durante estos días”.
Por su parte, el doctor Pedro Ruiz, jefe de Psiquiatría Infantil del Hospital Clínico, ha señalado que el impacto de los trastornos alimentarios es significativo y que, aunque las familias están más informadas, el apoyo en el hogar sigue siendo esencial. “La terapia basada en la familia es la más eficaz para adolescentes, ya que el entorno juega un papel crucial en la recuperación”, ha comentado.
El doctor Ruiz también ha reflexionado sobre el papel de las redes sociales, que han amplificado el culto al cuerpo y la exposición a imágenes irreales. “El problema no es nuevo, pero ahora estamos invadidos por un flujo constante de mensajes que perpetúan estándares de belleza inalcanzables”, ha afirmado.
En Aragón, cada año se detectan más de 100 nuevos casos de trastornos alimentarios entre menores. Organizaciones como ARBADA continúan trabajando en la prevención, educando a jóvenes y familias para enfrentar estos retos. Su labor, que llega a miles de estudiantes anualmente, es clave para combatir estas patologías que afectan tanto al cuerpo como a la mente. Con iniciativas como estas, el mensaje es claro: la prevención, la información y el apoyo emocional son esenciales para superar estas enfermedades y fomentar un entorno más saludable y comprensivo.
