"Donde no se puede dormir, no se puede vivir"

Zaragoza

El ruido vuelve a ser un problema en muchas calles del centro de Zaragoza, pero también en Delicias, Torrero y Margen Izquierda. Agrupaciones vecinales de todos estos barrios han guardado un minuto de silencio en la plaza del Pilar pidiendo lo que no tienen en sus calles y que les impide tener el necesario descanso, derecho fundamental.

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HOY POR HOY ZARAGOZA Y EL DIA INTERNACIONAL DE CONCIENCIACION SOBRE EL RUIDO (24/04/24)

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Miguel Morte, portavoz de Stop Ruido, pide al Ayuntamiento que actúe, que multe y reduzca el ruido. Las molestias ocasionadas por los veladores se han convertido hasta el momento en 600 denuncias tramitadas. Dicen los vecinos que el ruido les impide descansar, produce estrés y muchos terminan medicándose por la irritabilidad e impotencia que produce no poder dormir en sus propias casas.

De momento han conseguido que la oposición municipal constituya una mesa donde se puedan dar a conocer estas situaciones, iniciativa que el Justicia de Aragón ya solicitó en 2019, pero, como dicen los vecinos, el gobierno municipal hizo oídos sordos.

Otras consecuencias del ruido: Los casos de sordera se van a adelantar veinte años

La exposición al ruido nos pone en alerta, por tanto se manifestará en "episodios de estrés que aumentan el riesgo de diabetes, hipertensión e infartos prematuros; pero, además, resta años de vida porque desaparece la calidad de vida", como dice la otorrino del Hospital Clínico, María José Lavilla, que añade que el problema con el ruido se ha trasladado del mundo laboral, el ruido industrial, a los ámbitos del entretenimiento y ocio. El uso constante de auriculares "está empezando a generar problemas en la población de cuarenta años, está envejeciendo el oído prematuramente". Dice la doctora Lavilla que "una exposición contínua a 80 decibelios o más produce daño irreversible en el oído". La pérdida de oído es permanente, no se puede recuperar; por eso esta especialista recomienda el uso de audífonos en cuanto aparezcan los problemas. Si desconectamos el oído del cerebro perderemos mucho antes la capacidad de interpretar los sonidos.