Sociedad

Juntos, de la mano, inseparables: Joaquín Barberán y su hija Lara protagonizan una emocionante Rompida de la Hora en Calanda

Los calandinos estuvieron acompañados también por el director de cine Nacho Velilla; Joaquín Juste, presidente de la DPT, y Alberto Herrero, alcalde de Calanda. Los tambores y bombos seguirán sonando hasta este sábado a las 14.00

Calanda en la Rompida de la Hora 2024 / Camila Ortiz

Alcañiz

Faltaban veinte minutos para romper la Hora en Calanda y Joaquín Barberán ya no podía controlar sus nervios. El rompedor de este año sabía la responsabilidad que ello suponía y por eso vivía esos últimos instantes inquieto, resoplando, pensando en si todo iba a salir bien. «Y verás cuando bajemos allí abajo», repetía para si mismo desde la planta alta del Ayuntamiento. Lo cierto es que el ambiente de aquel edificio no acompañaba: allí, como siempre, los medios y las visitas habían creado desde primera hora un ajetreo que pondría nervioso a cualquiera, quizás el mismo que podía verse fuera desde primera hora en una plaza llena de turistas. Pero existía un instante en el que Joaquín y sus nervios desaparecían por completo, y ese era cuando miraba a su hija Lara, junto a quien minutos más tarde de todo aquello viviría un momento que recordarán para siempre. Juntos, de la mano, inseparables: una Rompida única.

Verlos minutos antes en aquel Ayuntamiento era como si el tiempo se hubiese detenido y nada más importara. Desde que llegaron no se separaron. De hecho, que rompieran la Hora juntos este Viernes Santo fue una decisión de última hora que se acabó de forjar precisamente durante esos instantes previos. Joaquín llevaba días soñando con este momento y quería compartirlo con su hija, y por ello preguntó esa misma mañana si ella podía acompañarlo para dar el primer golpe en el bombo grande. «Esto es algo que te ocurre una vez. Estos días pensaba para mi mismo: ‘igual no lo vive nunca’, y por eso tenía claro que quería que viniera conmigo», decía Barberán. Pero a Lara, en cambio, no le dio tantos detalles. «Esta mañana solo me dijo ‘vente al Ayuntamiento’, pero no sabía nada más, y ahora aquí estamos”, contaba entre risas la joven poco antes de salir.

En esas horas previas antes de salir al pasillo hacia la plaza ambos hicieron un amigo con quien recordarán para siempre haber vivido este momento. Era Nacho Velilla, el productor de cine invitado este año que minutos antes también dejaba ver sus nervios. De hecho, se sinceró rápidamente con rompedores locales. “No sé muy bien cómo es el toque”, dijo, pero Joaquín y Lara, como cualquier calandino, le aseguraron que no tardaría en poder seguir el ritmo. “En cuanto toquen lo sentirás, ya verás», afirmaban.

Para los tres no fue difícil acabar creando esa intimidad tan especial que solo existe entre aquellas personas que reciben el privilegio de romper la Hora. Se contaron quienes eran, compartieron dudas, nervios, e incluso un debate que parecía ir más allá y en el que Calanda debe sentirse orgullosa. “Yo creía que la gente joven se había desvinculado de tradiciones locales como esta…pero aquí es diferente. Me sorprende la cantidad de adolescentes y niños”, contaba Nacho. “Aquí esto no es así. Se vive desde siempre y para siempre”, contestaron orgullosos los calandinos.

Su conversación terminó con abrazos y ánimos, y entonces las puertas del Ayuntamiento se abrieron, este año un poco antes de lo habitual. Es por ello que hubo que esperar más minutos en silencio en frente del bombo grande, aunque esto también sirvió para que los protagonistas pudieran tomarse todavía más fotografías de recuerdo. El padre de Joaquín, y abuelo de Lara, incluso aprovechó la ocasión para acercarse y reunirse con ellos para una rápida instantánea. Todo ello mientras para Nacho Velilla “los minutos parecían horas” y Alberto Herrero, alcalde, observaba con emoción lo que iba a ser una de sus Rompidas más emocionantes al poder vivirla junto a su amigo de toda la vida, Joaquín.

Como es tradición, el Ayuntamiento solo les había regalado una maza a cada uno para este gran momento. Una para Joaquín, otra para Nacho y otra para Joaquín Juste, presidente de la Diputación de Teruel que también asistió como autoridad invitada. El cineasta zaragozano utilizó la propia, y también lo hizo Juste, a quien le gustó tanto que entre entre risas dijo: “ahora ya no la soltaré”. Pero Joaquín y Lara compartieron e hicieron sonar la misma juntos, de la mano, inseparables. Y como no podía ser de otra forma, fue así cómo dieron el primer gran toque en uno de los días más importantes para Calanda. Tras ello, los tambores y bombos empezaron a sonar, y el resto, como cada año, ya no se puede explicar con palabras.

 
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