Zaragoza

Las pocos aspectos positivos de la temporada del Real Zaragoza pasan por la explosión de los jóvenes talentos, en algunos casos sin ningún tipo de experiencia en el fútbol profesional. Giuliano Simeone es el máximo goleador del equipo blanquillo con seis dianas, nadie duda de la indiscutible importancia de el "Cholito", que se estrena este curso en la élite, tras su etapa de formación en el Atlético de Madrid y su paso por la tercera división.

Las lesiones de Mollejo e Iván Azón, este último marcado por la mala suerte, pero pese a su insultante juventud es otro de los pilares del Real Zaragoza. La ausencia de estos dos jugadores ha propiciado el debut de Pau Sans, la última perla de la Ciudad Deportiva que lleva una temporada colosal en el División de Honor Juvenil con 16 goles. Ha llegado para quedarse y apunta a ser, al menos hasta la recuperación de Azón, la pareja de Giuliano en la delantera, empezando por el partido del próximo lunes en Málaga, donde el Real Zaragoza se juega mucho.

Los problemas que acucian a Escribá en su delantera ponen negro sobre blanco el fracaso del fichaje estrella realizado por Torrecilla y Sanllehí el pasado verano. Una apuesta muy cara, que les ha salido torcida porque Pape Gueye no ha aportado nada, La Romareda lo ha sentenciado y al senegalés le ha pasado por encima en el escalafón incluso el chaval del equipo juvenil. El juego se sustenta en los futbolistas con menos batallas en sus botas. No solo en la punta del ataque, en la medular, el fútbol sobre el que gravita el Real Zaragoza pasa por Francho Serrano. Aunque ya suma 90 partidos con la camiseta blanquilla, a sus 21 años es un recién llegad al fútbol profesional.

Otro detalle que revela el fracaso de la planificación deportiva es el protagonismo que ha debido asumir el veteranísimo capitán, Alberto Zapater. Con 37 años, ya en el ocaso de su carrera, se ha convertido en uno de los pilares del centro del campo.

Cargando pilas

La plantilla del Real Zaragoza ha hecho un paréntesis en la preparación del partido del próximo lunes en La Rosaleda y será este viernes cuando retome los entrenamientos ya sin descanso hasta el domingo, día en el que viajarán en AVE a la capital de la Costa del Sol, donde espera un Málaga, necesitado de victorias para intentar conseguir una permanencia que a estas alturas tiene a ocho puntos. El Real Zaragoza está obligado a pescar en río revuelto para ver más cerca la orilla de la permanencia porque, de lo contrario, el agua le puede empezar a llegarle al cuello.

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