Zaragoza

Niños, jóvenes, gente de mediana edad, abuelos acompañando a sus nietos. El zaragocismo pasa de generación en generación, a pesar de que el club lleve una década alejado de la primera división. Este "veneno" se transmite de padres a hijos y buena prueba de ello es la cita de este miércoles en La Romareda a la que han acudido, a pesar del intenso frío, cerca de 3.000 aficionados. Los más pequeños han vitoreado a sus referentes futbolísticos y a la conclusión del trabajo técnico y táctico desarrollado sobre el césped, los jugadores han repartido regalos y no han parado de hacerse fotos y firmar autógrafos. El Real Zaragoza cuenta con 25.500 abonados esta temporada y actos como el de esta mañana demuestran que el zaragocismo va más allá del fútbol, se trata de un profundo sentimiento.

Escribá y sus jugadores han trabajado muy bien acompañados y con la mirada puesta en el partido ante el Mirandés, el primero del año, que se jugará el próximo domingo a las 16,15 horas en ese mismo escenario. No han participado con el grupo Zapater, Bermejo, Vada y Gueye. De cara al encuentro del fin de semana, Cristian Álvarez y Azón serán las principales novedades en la convocatoria, tras superar sendas lesiones de larga duración. El portero argentino se lastimó a primeros de noviembre y el delantero aragonés, a mediados de octubre. Sin duda, dos refuerzos importantes de cara al inicio de la segunda vuelta del campeonato.

Estreno de Alarcón

Otro de los alicientes del partido ante el Mrandés será el estreno del último fichaje. El chileno, Tomás Alacrón, cedido por el Cádiz, tiene opciones de estrenarse con la camiseta del Real Zaragoza. Lleva con el grupo desde el regreso de las vacaciones de Navidad y Escribá lo ve preparado para aportar desde el primer día.