Zaragoza

No es habitual que un club profesional no cuente con un máximo responsable de la parcela deportiva por encima de su entrenador. Torrecilla fue destituido el pasado 6 de noviembre, a la vez que el entrenador Juan Carlos Carcedo, cuando el club decidió dar un golpe de timón por la deriva en la que se había metido el equipo. Ya han pasado más de dos meses y medio y la entidad continúa con la plaza vacante cuando, además, el mercado de invierno está a la vuelta de la esquina. Desde el 1 de enero y durante todo ese mes los clubs podrán fichar y reformar sus plantillas.

En el caso del Real Zaragoza está claro que necesita cambios por la desastrosa planificación del pasado verano cuando Raúl Sanllehí confío en el trabajo de Miguel Torrecilla y dio un valor extraordinario a una plantilla que venía de salvarse y nada más porque es claro y mediano que con estos mimbres el equipo no da, ni de lejos, para el objetivo que anhela el zaragocsimo desde hace una década y para el que aterrizó la nueva propiedad.

El club aragonés desea que Juan Carlos Cordero, que ocupa la dirección deportiva del Club Deportivo Tenerife, se haga cargo del mismo puesto que dejó vacante Torrecilla en las oficinas de la Ciudad Deportiva. En el club canario están en pleno proceso de cambios por la llegada de una nueva propiedad y Cordero renovó en mayo hasta 2025 con los anteriores gestores. Todo hace indicar que el ejecutivo saldrá del equipo chicharrero, aunque no lo hará gratis, y menos a estas alturas de película por una cuestión de imagen con el mercado a punto de abrirse. En el mejor de los casos, Juan Carlos Cordero llegaría al Zaragoza pasado dicho mercado para empezar a diseñar el proyecto deportivo de la próxima temporada.

Así las cosas, sin director deportivo, Fran Escribá y el omnipotente, Raúl Sanllehí, el hombre que maneja el día a día de todas las parcelas del Real Zaragoza, deberán acometer los fichajes del próximo mercado. Condición sine qua non dar salidas porque la plantilla no tiene fichas libres. Por eso, jugadores como Lasure, Quinteros, Petrovic y James Igbekeme, que regresa de su cesión, deberían encontrar otro destino. Vital el caso del serbio porque es una de las fichas más altas de la plantilla y liberaría una buena cantidad de la masa salarial.

Con las posibles salidas y el remanente que se guardó el club, el entrenador y el director general tendrán que darle una vuelta a la plantilla. El presidente, Jorge Mas, afirmó en su última visita a Zaragoza que se acometerían dos fichajes, pero la pretensión del técnico es conseguir cuatro refuerzos de futbolistas titulares que eleven el nivel y ocupen perfiles de los que la actual plantilla adolece como jugadores de banda, un centrocampista organizador, vertical y con capacidad, así como un delantero. El fiasco del fichaje de Gueye obliga a buscar otro atacante, aunque el senegalés tiene difícil salir por el elevado coste que supondría romper el contrato de cesión con el Ostende belga.

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Bermejo, lesionado

Sergio Bermejo se perderá un mes de competición. Sufre una rotura en el aductor de la pierna izquierda, tas las pruebas a las que fue sometido por la lesión sufrida durante el partido del pasado lunes en Leganés. Será baja para la vuelta de la competición, prevista para el domingo 8 de enero con el partido ante el Mirandés en La Romareda. Sin embargo, Escribá espera poder contar con Cristian Álvarez e Iván Azón para el primer partido del 2023.