Zaragoza

Nueve puntos de veinticuatro y cuatro goles en ocho partidos son datos que hablan por sí solos. Números demoledores que de no cambiarlos reflejan por donde va a caminar esta temporada el Real Zaragoza. Más allá de los frías estadísticas están las sensaciones y éstas son para echarse a temblar. El equipo va de mas a menos con lamentables partidos como el del Lugo, el jugado en Miranda o el último donde acabó con la paciencia del zaragocismo. No fue capaz, ya no de marcar, sin no de generar ni una sola ocasión ante un rival con unos menos desde el minuto 39 de la primera parte y con dos menos durante 22 minutos.

Una oda a la incapacidad en el campo y desde el banquillo porque Carcedo no supo leer la situación, manteniendo cuatro defensas y dos medio centros en todo momento y no juntando a sus dos puntas de referencia porque Gueye saltó al campo cuando se fue Iván Azón. El entrenador ha perdido el crédito para el zaragocimso, pero su mentor, Raúl Sanllehí, mantiene su confianza en el técnico.

No solo se trata de una cuestión de entrenador porque la confección de la plantilla, sin excusas este curso al contar con el séptimo límite salarial de la categoría, está plagada de innumerables carencias con tres laterales derechos, tres zurdos, alguna de las fichas más altas destinadas a futbolistas con un rol más que secundario y el gol, el problema crucial del fútbol. sin resolver desde hace cuatro mercados.

Descanso

Carcedo ha concedido descanso a su plantilla y este jueves comenzará a preparar el próximo encuentro en La Romareda, el escenario donde el Real Zaragoza recibirá al Oviedo el domingo a las 16,15 horas.