Susana Gaytán: "El cuerpo es muy sabio y por eso, después de comer, nos amodorramos para poder hacer bien la digestión"
Nuestra investigadora corrobora que existen evidencias científicas de que dormirse después del almuerzo tiene muchos beneficios para la salud: mejora el rendimiento laboral, impulsa el buen humor y previene enfermedades, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión
Susana Gaytán: "El cuerpo es muy sabio y por eso, después de comer, nos amodorramos para poder hacer bien la digestión
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Sevilla
Hoy es el Día internacional de la siesta y el proximo14 viernes, el del sueño. Susana Gaytán, profesora Titular de Fisiología en la Facultad de Biología e investigadora., ha estado en los micrófonos de Hoy por hoy Sevilla para hablarnos, precisamente, de las bondades de la siesta: "Una tradicional costumbre que es un aliado en la mejora de la salud y el bienestar".
Y es que cada 11 de marzo se celebra el Día Mundial de la Siesta, una práctica ancestral que sigue siendo objeto de debate en el mundo de la salud y la productividad.
Existen evidencias científicas de que dormirse después del almuerzo tiene muchos beneficios para la salud de cada persona y para su lugar de trabajo. Mejora el rendimiento laboral, impulsa el buen humor y previene enfermedades, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
Diversas investigaciones recientes confirman que un breve descanso diurno, de entre 10 y 30 minutos, puede tener efectos positivos tanto en el rendimiento cognitivo como en la salud en general. Para la mayoría de las personas adultas se recomienda dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Sin embargo, durante la infancia y la adolescencia estas recomendaciones varían aumentando, mientras que se vuelven ligeramente inferiores para las personas de mayor edad.
No obstante, en todos los casos, si bien es cierto que una siesta no reemplaza el sueño nocturno, sin duda puede ser una magnífica estrategia complementaria en determinadas situaciones. En concreto, hay muchos indicios de los beneficios de ese sueño breve (de 10–30 minutos) de la conocida “siesta de después del almuerzo”. La sensación de sueño después de comer, (conocida como somnolencia postprandial), se debe a varios procesos fisiológicos, como la redirección del flujo sanguíneo hacia el sistema gastrointestinal para facilitar la absorción de nutrientes, la liberación de ciertas hormonas o neurotransmisores y la activación de nuestro sistema nervioso autónomo que promueven estados de reposo y relajación, contribuyendo a la sensación de cansancio.
En definitiva, estos procesos combinados, hacen que después de comer experimentemos una disminución de la alerta que una siesta corta puede aliviar influyendo positivamente en nuestra atención, memoria y en general mejorando nuestro estado físico sin interferir en el sueño nocturno.
Por cierto, que el próximo viernes 14 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de dormir bien. Además, se pretende tratar las causas y síntomas de la falta de sueño, un problema que si no es tratado a tiempo puede ocasionar serios problemas de salud.
