El tornero de Alsina Graells

Almería

La vida y la obra de José Rodríguez López da para mucho. Nació hace 81 años en Adra, un 12 de agosto de 1943. Su padre fue profesor de carpintería en la Escuela de Formación Profesional y su madre Rosario López se dedicaba a las labores del hogar.

En el año 1951 por motivos laborales de su padre se vinieron para Almería comenzando sus primeros pasos en el Colegio en la Graduada de la calle Arráez, donde permaneció dos años, pasando al colegio San José hasta que cumplió los 12 para su ingreso en la Escuela de Formación. Su vida en la capital empezaba a girar sobre el Casco Histórico de la ciudad y allí sigue disfrutando de esa Almería pura de toda la vida que nunca cambiará. Ahora jubilado, disfruta feliz como en aquellos tiempos mozos.

Cataluña

En la Escuela de Formación cursó estudios de mecánico tornero saliendo con su título de Oficial con 18 años y marchándose a Cataluña a la localidad de Terrassa donde firmaría con empresa llamada Electra Industrial.

Con 21 años regresa para Almería a cumplir con la patria en el Campamento Álvarez de Sotomayor, de Viator. Terminado el servicio militar regresa de nuevo a Terrassa para retornar a la misma empresa, pero ya con el nombre de AEG.

No se hizo rico en su etapa catalana y lo fiaba todo a un buen empleo en Almería que le acabaría llegando cuando empezaba a ‘chapurrear’ el catalán a nivel de compañeros.

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Almería

A principios de 1972 vuelve definitivamente a la ciudad donde era feliz colocándose en Alsina Graells con su profesión de tornero, donde ha permanecido durante 32 años, es decir, hasta la jubilación. Eso era lo que buscaba en la vida: un sueldo estable para formar una familia y tener cubiertas las necesidades. En 1970 contrajo matrimonio con su novia de siempre Esperanza Ortiz en la Catedral. Una vez casados nacieron dos niñas Mónica Esperanza y Margarita María. Y tan felices.

Federación

En 1982 llegó a la Federación Almeriense de Fútbol siendo en ese tiempo su delegado Juan José Melero y posteriormente con Nicolás Uclés Belmonte (q. e. p. d.). De momento lleva 43 años de federativo. Le gusta tener contacto con el mundo del balón, ya que a lo largo de su vida el fútbol ha formado parte de la dieta diaria, sin olvidar otros deportes que tanto le gustan a Joseíllo. Es una persona muy querida en Almería.

En la casa del fútbol almeriense hace de todo y le gusta realizarlo bien porque la idea es que los niños de Almería puedan competir en las mejores condiciones. Hoy no se entiende la casa del balompié sin la presencia de Joseíllo entre esos despachos ayudando.

Comenzó a jugar al fútbol en los torneos que se celebraban en la semana de San Fernando en las pistas de futbito que se habilitaban en las plazas de la capital en la categoría de infantiles representando a la Escuela de Formación. Pura historia.

Futbolista

Con 14 años Matías Pérez se lo llevó al Hispania, donde vivió el ascenso a Tercera División del club. Posteriormente pasó por el San Quintín, Hércules y vuelta de nuevo al Hispania, finalizando con Pegaso en Tercera Regional.

Su etapa de jugador la recuerda con el cariño de los compañeros con un ambiente donde por encima de los marcadores estaba juntarse para disfrutar del fútbol en todo su sentido amateur. Pudo entrenar o dirigir a un club pero le gustaba más ayudar en la Federación Almeriense.

Jubilado

En la actualidad vive felizmente con su familia. A sus 81 años continúa como federativo. En televisión solamente ve deporte en todas sus disciplinas y películas. Referente a la política nunca le ha gustado, ve el telediario y nada más. Dice que la política “es para los políticos”. De alcohol nada, por lo tanto, ni vino ni cerveza. Relacionado con la cocina, solo para comer porque no es dado a los fogones.

Hay que tener en cuenta que la familia desde que en 1951 se vino de Adra para la capital sus domicilios han estado en el Casco Histórico. A su mujer Esperanza Ortiz, la conoció en la Plaza Cepero donde eran vecinos.

Se siente un privilegiado por saborear esa Almería de pocos que tanto le ha dado a lo largo de la vida. No mira muy lejos en el tiempo y sigue aportando a los que le rodean ese ambiente sencillo y cercano de un maestro tornero que se colocó en Alsina para toda la vida y pasó por Barcelona. Joseíllo, un referente en Almería.