"Vivo el día a día, sin pararme en lo que estoy haciendo y feliz por los reconocimientos que ahora sí estoy recibiendo aquí"
El jerezano Antonio Vadillo, entrenador del Palma Futsal, recibirá el 19 de marzo la Medalla de la Provincia de la Diputación, y el sábado será homenajeado por el Xerez Toyota Nimauto

Declaraciones de Antonio Vadillo en Ser deportivos Jerez
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Jerez de la Frontera
Antonio Vadillo, técnico del Palma Futsal, doble campeón de Europa y de la Copa Intercontinental y elegido mejor entrenador del mundo 2023 y 2024, va a recibir este sábado un más que merecido homenaje en la previa del partido entre el Xerez Toyota Nimauto y el Melilla FS. Para el jerezano, “es un orgullo” volver a pisar el Ruiz Mateos, “llevo tantos años fuera que me hace mucha ilusión, ahí crecí, y estoy muy contento del homenaje que me darán”.
Elogia el trabajo que el presidente del Xerez Toyota Nimauto está haciendo al frente del equipo, “son años de duro esfuerzo que al final tienen su recompensa, cada vez que juegan aquí hay un ambientazo”.
Las instituciones ya han empezado, algunas muy tarde, ha reconocer la labor del que ha sido considerado en los dos últimos años el mejor entrenador de fútbol sala del mundo, por eso añade que “algunas veces, en años anteriores, me he quejado de que quizás no estaba recibiendo el reconocimiento en mi tierra, aunque yo no soy de quejarme mucho Pero echaba de menos que las instituciones no se acordaran de mí, y ahora tengo que decir que estoy muy agradecido de recibir estas muestras de cariño y reconocimiento”. Y es que la Diputación de Cádiz, el próximo 19 de marzo, le entregará la Medalla de la provincia. Preguntado sobre su extraordinario palmarés deportivo, reconoce que “voy al día a día, ni siquiera yo mismo me paro a pensar en lo que estoy haciendo en mi carrera como entrenador y a veces no le doy el valor que tiene. Seguramente, cuando me pare ya me daré cuenta de todo. Pero esto es efímero y lo sé, así que lucho por ser cada vez mejor entrenador, pero también para que me reconozcan como una buena persona. Llevo solo siete años en los banquillos, y aun mucho por aprender”.
Irá al Ruiz Mateos que, quién sabe si pronto dejará de llamarse así para llevar su nombre, algo que para el jerezano, “son palabras mayores, pero sería un privilegio, he pasado allí toda mi infancia, mi adolescencia y sería todo un orgullo para mí”.