Un estudio señala el carácter "manipulable" de las trabajadoras contratadas en origen para trabajar en Huelva
Un estudio publicado en la Revista Jurídica de la Universidad Autónoma de Madrid, revela la discriminación de género en la migración circular de temporeras marroquíes en Huelva.
"Sigue el mismo patrón de selección" - Nerea Jalvo
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Huelva
El sistema de contratación en origen en Huelva ha sido presentado en distintos estudios como un modelo exitoso de migración circular, promovido incluso por la Unión Europea. No obstante, Nerea Jalvo, autora de la investigación titulada Campos de fresa y discriminación de género: la migración circular a través de la narrativa de las mujeres marroquíes en Huelva, señala que estos programas funcionan como mecanismos de control social y de género, asegurando la disponibilidad de una mano de obra barata y manipulable.
El estudio destaca un patrón recurrente en la selección de mujeres temporeras: un modelo de contratación en origen que prioriza a mujeres jóvenes, procedentes de zonas rurales, con bajos niveles de educación y, especialmente, con responsabilidades familiares. Este último factor, según Jalvo, se utiliza como una estrategia para garantizar su retorno al país de origen, ya que se presume que su compromiso con el cuidado de los hijos dificultará su permanencia en España tras finalizar la campaña.
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"Sigue el mismo patrón de selección" - Nerea Jalvo
Sin embargo, Jalvo indica que la teoría se diferencia mucho de la práctica. La investigación pone en duda la efectividad de estos criterios y señala que, en realidad, el programa no logra garantizar el retorno de las trabajadoras. De hecho, muchas de ellas optan por permanecer en España en situación irregular con la esperanza de ofrecer una mejor calidad de vida a sus familias.
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"La teoría se diferencia mucho de la práctica "- Nerea Jalvo
A pesar de ello, la autora del estudio subraya que la contratación en origen sigue siendo una de las estrategias más utilizadas en el sector agrícola onubense. Además, enfatiza que, aunque la Unión Europea ha respaldado estos programas como un modelo ideal de migración ordenada, en la práctica, las condiciones laborales de estas mujeres son precarias y sus opciones de mejora, limitadas.
El estudio destaca que es fundamental replantear los criterios de selección y mejorar las condiciones de trabajo de estas mujeres, garantizando sus derechos laborales y eliminando los sesgos de género que las hacen más vulnerables a la explotación y la manipulación.
