Miguel Poveda: “Granada tiene esa tarea pendiente con Federico, pero nunca es tarde”
El cantaor barcelonés anuncia su nuevo proyecto: abre el Centro Cultural Federico de Granada en la casa donde el universal poeta pasó sus años de adolescencia

El cantaor Miguel Poveda anuncia el centro cultural Federico García Lorca de Granada
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Granada
Habla de Granada con la naturalidad de un residente experimentado. Durante la entrevista, menciona de corrido la Tertulia del Rinconcillo, el extinto Teatro Cervantes, detalles de que le conceden la venia para levantar la mano y pedir la palabra ante un foro, Granada, pasivo, acomodado, adormecido en su sueño, encantado de mirarse otro día más al espejo, encantado y paralizado por su belleza marchita.
Pero Miguel está decidido y comienza a hablar. Cauto y respetuoso, cuenta al foro que dará vida en la Acera del Darro al Centro Cultural Federico de Granada, que organizará rutas guiadas por la ciudad, que será un punto de referencia para los amantes de Lorca esparcidos por el mundo; que habrá versos y drama, poesía y tragedia. Teatro. Investigación y conocimiento. Conferencias.
Y Poveda se enciende, y lo cuenta todo, y dice ante el Foro de gerifaltes que “Lorca es de todos”, se justifica, y también añade que viene a “sumar”, que le encanta esa palabra; y, con los ojos vidriosos de dignidad, aprieta los dientes y suelta ante el Foro que “Granada tiene esa tarea pendiente, pero nunca es tarde”; y cuenta que se ha reunido con el concejal de Cultura, que “fue una reunión seria”, y que se abrazó y lloró con Laura García Lorca cuando le contó todo lo que había soñado en Granada para Federico.
El Foro escucha incómodo; tuerce el gesto, serio, rudo, embozado en su capa. Pero Miguel ya está lanzado: “Yo quiero la ayuda de todo el mundo (...), luego, la conciencia de cada uno será la conciencia de cada uno si la tiene”. Poveda no espera la aprobación de nadie porque siente que todo es por Federico, que Federico es la estrella que guía y que sana.
“En esa casa vivió sus años de adolescencia, los que más marcaron su carácter, su vida y su obra, como contó su hermano Francisco”, prosigue Miguel Poveda entonando su Cante Jondo, Enlorquecido y dispuesto a soportar todo lo soportable mientras se adentra en una tierra singular, que un día sepultó sus ríos y mató a sus poetas, y todavía mantiene la memoria metida en un cajón.
“Estoy aquí para dar todo mi amor y para tender una mano para que esto cambie y me vean como un granadino más”, finaliza valeroso y convencido. Se despide del Foro satisfecho. Sonríe con los ojos, asiente, avanza firme y sueña Federico.