El Dr. Ricardo Fernández Valadés, nuevo Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la Ciudad de Jódar
El acto de entrega tenía lugar este viernes, 28 de febrero, Día de Andalucía, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Jódar
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El Dr. Ricardo Fernández Valadés, nuevo Hijo Predilecto y Medalla de Oro de la Ciudad de Jódar
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Jódar
Acto de reconocimiento para un galduriense, este, viernes 28 de febrero, Día de Andalucía, entrega del título de Hijo Predilecto y Escudo de Oro de la Ciudad al Dr. Ricardo Fernández Valadés, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Jódar, que de nuevo, como suele ser habitual, se quedó pequeño, ante la gran afluencia de familiares, amigos y vecinos y vecinas del pueblo. También presencia de una representante del Centro de Salud ‘Ricardo Fernández Valadés’, Antonia Godoy Cano, párroco de las dos parroquias de Jódar, Juan Guerrero Moreno, el jefe accidental de la Policía Local, incluso el padre y la niña, de Baeza, operada el año pasado, Nabila, a la que el equipoque encabeza Ricardo Fernández Valadés, del Hospital ‘Virgen de las Nieves’, implantaban un paladar artificial.
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Público asistente en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Jódar / Antonio Plaza
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Público asistente en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Jódar / Antonio Plaza
Era su hermano Antonio Fernández Valadés, el encargado de presentar un semblante de Ricardo Fernández Valadés, haciendo un extenso y sentido recorrido por la trayectoria personal y profesional de Ricardo, desde su nacimiento, en la localidad de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), con menciones a su extenso currículum, “… Se me ha encargado presentar este acto y voy a tratar de hacerlo lo más breve y lo menos aburrido posible.
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Momento de la intervención de Antonio Fernández Valadés, presentando a su hermano Ricardo / Antonio Plaza
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Momento de la intervención de Antonio Fernández Valadés, presentando a su hermano Ricardo / Antonio Plaza
Nuestra familia, a excepción de nuestro abuelo paterno, Antonio Fernández Mengíbar, que fuera farmacéutico de Jódar, remanece de La Mancha, un pueblo de Ciudad Real que se llama Torre de Juan Abad.
Fue ahí donde nuestro abuelo se estableció con su primera farmacia y donde ejerció hasta 1946, en que se vino a Jódar. Aquí ejerció como farmacéutico hasta su muerte. Por circunstancias, a nuestro padre, que fue maestro nacional, le asignaron escuela en la Torre de Juan Abad y, estando allí, el 6 de diciembre de 1960, nació Ricardo.
Pasado un curso o algo más, nos volvimos a Jódar, pues a mi padre le dieron ya plaza en Bedmar y, posteriormente, en Jódar, donde ejerció hasta su jubilación.
Cuando pienso en esta infancia, siempre me vienen a la mente los mismos recuerdos, que no por ser los primeros son los más relevantes, pero sí los más entrañables. En Jódar siempre hemos vivido en la calle Numancia número 4, la calle del Cura, una casa grande en la que nuestros padres y los cuatro hermanos, Pedro, Ricardo y Inmaculada, la más pequeña, vivíamos en la parte de arriba y mis tíos, Juan del Río y Isabel, con sus ocho hijos, en la parte de abajo.
Podéis imaginar qué alegría una casa con doce niños, donde no te hacía falta salir para tener a alguien siempre dispuesto a jugar. Durante los inviernos, me acuerdo que hacía mucho frío en nuestra casa y de calefacción nada. Pedro, Ricardo y yo dormíamos en la misma habitación, la habitación que le decíamos de las tres camas, y para quitarnos el frío nuestra madre nos daba cuatro o cinco mantas a cada uno, pero de esas que no calientan y cuando te levantas parece que te habían dado una paliza.
Otras veces, en una palangana, echaba alcohol, le prendía fuego y cuando se consumía estaba la habitación al rojo vivo. Al levantarnos, en la cocina y en el comedor, nuestra madre preparaba el desayuno y nuestro padre hacía las tostadas sujetando el pan con un tenedor delante de una estufa de butano. Creo que lo hacía, entre otras cosas, para colocarse delante de la estufa.
Recordarás, Ricardo, cuando nos operaron a los dos de las anginas en la misma mañana y estuvimos una semana metidos en la cama hinchándonos de helados porque decían que eso ayudaba a cicatrizar las heridas.
Tampoco quiero dejar de recordarte cuando estábamos comiendo todos en la mesa y te pedíamos que nos pasaras el agua, el pan u otra cosa. Todo acababa por el suelo. Y nuestra reacción, vaya manos que tienes de cirujano. Pues mira por dónde, cirujano y de niño.
Cómo olvidar, en las vísperas de Navidad, a nuestra madre preparando tortas de manteca, magdalenas y mantecados y nosotros llevando las latas al horno de Felipe.
Durante los veranos la cosa cambiaba y las tardes y las noches giraban en torno al cine de verano, el cine ‘Gran Cinema’ que nuestro padre regentó durante un montón de años. Todas las noches íbamos al cine. Allí cenábamos y volvíamos cuando terminaba la proyección de la película, que algunas veces eran las dos o las tres de la mañana porque había incluso triple sesión.
Al despertar en los veranos, eso no se nos va a olvidar nunca. Lo primero que se oían eran las voces de mi padre al teléfono hablando con las comercializadoras de las películas para contratar las películas que habían a proyectar en el cine. En estos veranos se te ocurrió la brillante idea de aprender a proyectar las películas y más de un verano estuviste todas las noches sin poder salir de la cabina. Anotabas lo que se te iba debiendo pero al final, si no me equivoco, la deuda no fue saldada.
Debo decir que a pesar de las restricciones propias de la época, los cuatro hermanos, junto a nuestros padres, tuvimos una infancia muy feliz. En tu época de adolescencia mi relación fue menor y me hubiera correspondido a mi hermano Pedro revivir las experiencias que llevasteis a cabo tanto en el instituto de bachillerato donde ejercisteis el bachiller y vuestro posterior traslado a Granada para realizar vuestros estudios universitarios.
Las experiencias, se, de buena tinta que fueron intensas y más que divertidas.
Antes de pasar a un repaso a la actividad profesional, quiero tener un emotivo recuerdo para nuestros padres, que estén donde estén, seguro que están disfrutando de este acto.
Ricardo es licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada entre los cursos 77 al 83.
Obtuvo el grado de licenciado el 17 de enero del 84 en la modalidad de tesina con la calificación de sobresaliente titulando la tesina ‘Contribución al estudio de los cuerpos extraños y respiratorios en el niño’.
Posteriormente fue doctor en medicina y cirugía por la Universidad de Granada, el kit siendo el título de la tesis, ‘Calidad seminal y aspectos inmunológicos en adultos tratados en la edad pediátrica’ .
También ha llevado a cabo un máster en Ingeniería Tisular por la Universidad de Granada.
A la misma vez ha hecho dirección de ocho tesis doctorales, direcciones de trabajo y fin de grado. Su formación como especialista fue como alumno MIR en el Hospital Provincial de Madrid, hoy Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Él fue facultativo especialista de cirugía pediátrica en el Hospital General de Especialidades ‘Ciudad de Jaén’ y servicio de cirugía pediátrica del Hospital General de Especialidades ‘Virgen de las Nieves’ de Granada.
Actualmente jefe de servicio de cirugía pediátrica del Hospital Universitario ‘Virgen de las Nieves’ y codirector de la unidad multidisciplinar de fisuras labiopalatinas y malformaciones craniofaciales de este hospital.
Como docente es profesor asociado de ciencias de la salud en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, profesor máster en Ingeniería Tisular de la Universidad de Granada, profesor del programa de doctorado en Medicina Clínica y Salud Pública de la Universidad de Granada, profesor máster en actualización en cirugía pediátrica Universidad Tecnológica, acreditado por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía para las competencias profesionales en cirugía pediátrica con la calificación de excelente, máxima calificación posible. Pertenece a grupos de investigación para el estudio y tratamiento de los pacientes con fisuras labiopalatinas y el grupo de Ingeniería Tisular.
Ha hecho cuatro patentes relacionadas con materiales utilizados en Ingeniería Tisular. Pertenece a la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica, a la Sociedad de Pediatría de Andalucía Oriental y a la Sociedad Española de Fisuras Faciales. Más de 80 publicaciones nacionales e internacionales relacionadas con la cirugía pediátrica, contaminación ambiental e Ingeniería Tisular.
Y ha tenido también muchos reconocimientos, entre otros, premio de la Real Academia de Medicina y Cirugía del Colegio de Médicos de Granada en el año 2017, Medalla de Andalucía al Grupo de Ingeniería Tisular de la Universidad de Granada en 2018. Académico correspondiente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental Ceuta y Melilla. Académico de número sillón número 14 de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental Ceuta y Melilla. Vicesecretario de la Junta de Gobierno de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Andalucía Oriental Ceuta y Melilla. Aparte de más de 200 comunicaciones a congresos nacionales e internacionales. Sin olvidar, por supuesto, que en 2004 este mismo ayuntamiento, decidió premiar su labor otorgando su nombre al Centro de Salud de Jódar.
Si a esta trayectoria profesional unimos la humildad tanto como persona como profesional que te caracteriza, tu gran amor por la profesión y la atención profesional y humana desinteresada de todo aquel que te ha solicitado, es por todo ello que te hacen merecedor de este nombramiento.
Enhorabuena, hermano…”.
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Momento de entrega del cuadro conmemorativo a Ricardo Fernández Valadés y ramo de flores a su esposa, Marilola / Antonio Plaza
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Momento de entrega del cuadro conmemorativo a Ricardo Fernández Valadés y ramo de flores a su esposa, Marilola / Antonio Plaza
El testimonio del homenajeado, Ricardo Fernández Valadés, con una intervención en la que hacía mención expresa a los muchos galdurienses con méritos para este tipo de reconocimientos, “… Hoy es un día especial para mí y me siento profundamente honrado de estar aquí recibiendo esta distinción de nuestro querido pueblo de Jódar.
Recibir una distinción es fruto de la generosidad de quienes la otorgan, ya que no tienen ninguna obligación de hacerlo y que, con toda justicia, podrían haberlo otorgado a otro destinatario con iguales o mayores méritos que el que la recibe. Distinción que recibo con ilusión, orgullo y satisfacción.
Además, implica la responsabilidad de seguir trabajando y dejando siempre a nuestro pueblo como se merece, como una ciudad que destaca por el trabajo y dedicación de sus paisanos en toda la geografía española y de fuera de España. En la vida hay que tener suerte. Yo me considero una persona afortunada. Tuve suerte al nacer en una familia estupenda y vivir en un magnífico pueblo.
También he tenido suerte en conocer a personas que me han aportado y ayudado a lo largo de mi vida personal y profesional. Y también hay que tener suerte al tomar decisiones, que creo que también en esto he sido afortunado, ya que por eso estamos hoy aquí. En este salón de plenos de nuestro ayuntamiento, creo que la primera vez que entré yo por aquí fue cuando me midieron para ir a la mil y no sé si era exactamente en este salón o no. Por distintas circunstancias no la hice.
Este ayuntamiento está en la plaza en la que de joven, cuando acababa la feria, nos veníamos a ver amanecer después de haber pasado unos días estupendos. Y también estoy junto a la iglesia en la que fui monaguillo cuando era párroco don Manuel Agudo.
Quiero comenzar agradeciendo a todas las personas que han hecho posible este momento, a las autoridades locales por considerarme digno de este prestigioso galardón, a mis padres Antonio y Rosa, a los que todo debo, a Andrés y Eulalia. Todos ellos seguramente, donde estén, estarán disfrutando conmigo. A mi mujer Marilola, también paisana, ella es ‘Curilla’. ‘Curilla’ como mi suegro, que era una de las personas que más ha querido a su pueblo Jódar y que siempre lo ha llevado a gala. Él era de Jódar, Jaén, Andalucía, España. A mis hijos Ricardo, Francisco y Antonio, por su apoyo incondicional, por ser fuente constante de inspiración y por haberme permitido robarles parte de su tiempo para dedicarlo a mi trabajo.
A mi hermano Antonio, al que le agradezco sus palabras de todo corazón y que me ha puesto ya la lagrimilla en el ojo. A Pedro e Inmaculada y hasta a mis cuñados y cuñadas. Y, por supuesto, a todos los vecinos de Jódar, quienes con su cariño y confianza me han demostrado que uno puede ser profeta en su tierra.
Es el segundo reconocimiento público que me hace este pueblo, ya que hace 20 años, como ya se ha comentado, al Centro de Salud de Jódar le pusieron Centro de Salud ‘Doctor Ricardo Fernández Valadés’. Gracias de nuevo.
En Jódar tuve una infancia feliz. De niños jugábamos en las calles, íbamos a coger ranas a los huertos, jugábamos al fútbol en la era, entonces los balones eran papeles de periódico liados en una bolsa y atados con cuerdas, pero bueno, lo pasábamos bien. No nos podíamos aburrir. Y no había ni videojuegos, ni teléfonos móviles, ni nada.
Pero íbamos a robar lechugas y añosas al huerto de ‘Pilisi’ y a Palomares. Yo creo que ya han pasado más de 20 años y el delito ya ha prescrito.
Cuando llegaba la feria, que yo creo que sigue siendo la mejor de la provincia, venía mucha gente de todas partes. Nos reuníamos en pandillas y disfrutábamos de pollo asado y de pinchito. Entonces la única forma de comer pollo asado y pinchito era que llegara la feria. Y me acuerdo de la caseta de Alaska, que era donde ponían los pinchitos de cordero más ricos que he probado.
Entonces, cuando mira uno hacia atrás, después de 40 años de vida profesional, de más de 40 años, se da uno cuenta que lo que ha logrado no es fruto solo de él, sino del trabajo y dedicación de muchas personas. Nada se consigue solo. No puedo dejar de mencionar mis estudios de formación en Jódar. Puse estudios en la escuela de la ermita, las dos escuelas que había al lado de la ermita. Entonces había un profesor que se llamaba Don Alejo y algo me enseñó ya muchos años. Después estuve en el colegio de Fátima, me acuerdo de Don Saturnino, que sigue siendo un referente a nivel de los maestros de Jódar. Y luego en el bachillerato, con los profesores como Don Lucas al lado, que entre otros me transmitieron el placer del estudio. Estos centros educativos no solo me brindaron una excelente formación académica, sino que también me inculcaron valores fundamentales que han guiado mi trayectoria profesional y personal.
En la universidad de Granada, que creo que es la universidad de Jódar, porque hay muchísimos paisanos que han hecho allí su estudio universitario, me hizo médico, pero fue en el servicio de cirugía pediátrica de Gregorio Marañón, en donde me formé como cirujano.
Allí ya operé algún paciente. En Jaén, aprendí que en los pequeños servicios también se hace una buena asistencia. Por cierto, el otro día fui a ver dos paisanos gemelos que nacieron en Granada, y que fui a verlos cuando nacieron, y el padre me dijo que yo lo operé cuando trabajaba en Jaén. Claro, yo no me acordaba de él. Había crecido mucho.
En el servicio de cirugía pediátrica de Granada, en donde llevo ya casi 35 años, he desarrollado mi labor asistencial. Agradezco a todos mis compañeros, sus enseñanzas, y en especial a Don Carmelo, que fue mi jefe. Hace unos 20 años comencé a trabajar en el grupo de ingeniería tisular de la Universidad de Granada. Me abrieron las puertas a la investigación, y este grupo ha conseguido grandes avances en terapia avanzada.
Gracias por haberme permitido. Gracias, Miguel, que estás por ahí escondido. Fruto de estas investigaciones, hemos puesto de nuevo Jódar en las redes y en la prensa escrita. Se decía que un galduriense había hecho la primera intervención. Bueno, mi sorpresa ha sido que me he encontrado aquí a la niña que operamos, que se llama Nabila, y que es de Baeza. Yo no sabía que iba a venir, y la verdad es que me alegro. Podríamos haber pasado la revisión, que la tenemos el día 14.
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En primer término, a la derecha en brazos de su padre, la niña Nabila, a la que el año pasado se le implantaba un paladar artificial / Antonio Plaza
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En primer término, a la derecha en brazos de su padre, la niña Nabila, a la que el año pasado se le implantaba un paladar artificial / Antonio Plaza
Además, quiero recordar con especial cariño mis prácticas de verano con el pediatra Don Julián Madero. Bajo su tutela aprendí no solo aspectos técnicos de la medicina, sino también la importancia de la empatía y el trato humano de los pacientes. No era muy amigo de recetar, y me acuerdo que se le llamaba el agua y sal, medicamento que tiene muchas aplicaciones.
A lo largo de mi carrera como médico he intentado siempre atender a los enfermos con cariño. La verdad es que siendo niños es especialmente fácil, y como no, en mi hospital y sobre todo en mi servicio a los pacientes de Jódar se les ha tratado con cariño, pero un cariño algo más especial.
Quiero dedicar este honor a todos aquellos que día tras día trabajan incansablemente por el bienestar de Jódar, a mis colegas del centro de salud, médicos, enfermeras y demás personal sanitario, que con su quehacer y compromiso son fundamentales en la vida de nuestros paisanos, a los pacientes por su confianza y por permitirme ser parte de su vida, y a todos los que de una u otra manera contribuyen al bienestar de nuestro pueblo.
Jódar ha sido cuna de grandes profesionales en diversos campos, desde la ingeniería artificial, los Herrera son un referente mundial, hasta la medicina, tenemos importantes cirujanos cardíacos, ginecólogos, etc. Y la física, uno de los másteres más solicitados en física lo imparte nuestro paisano Lucas.
También tenemos muchos paisanos muy importantes a nivel de la música, con la flauta, la trompeta, el cante, nuestra paisana Gemma es admirada en todo el mundo. Y yo tengo un amigo que es cirujano en Sevilla y siempre me pregunta por ella y alguna vez le he mandado un vídeo con ella cantando para darle envidia.
También tenemos grandes literatos como mi vecino Manuel Ruiz Amezcua que el año pasado fue homenajeado con este mismo galardón y que también es muy apreciado, conozco mucha gente que me pregunta por él, entre ellos el presidente de la Real Academia de Medicina de la Andalucía Oriental.
También en el derecho, Lorenzo del Río, mi primo, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, este y otros muchos más son referentes a nivel nacional e internacional de Jódar, además sé que ejercen de jodeños o galdurienses.
Es decir que la calle Numancia ha dado mucho juego ya que muchos de estos han nacido y vivido allí.
Nuestro pueblo ha visto nacer y crecer a personajes ilustres que han llevado el nombre de Jódar con orgullo a nivel nacional e internacional. Si uno busca en la red aparece como el pueblo con más investigadores por número de habitantes, el que tiene más catedráticos, etc. Como decía será el agua, el aire o algo será pero el caso es que Jódar es importante por eso. Estos profesionales no solo destacan por sus logros sino también por su compromiso y excelencia en su dedicación.
Es un honor formar parte de este pueblo lleno de talento y esfuerzo. Y si nos remontamos unos años atrás tenemos figuras como el historiador y arqueólogo Juan de Mata Carriazo, el hispanista Juan López Morillas, el arabista Pedro Martínez Montávez, el compositor Pedro Gámez Laserna y el poeta Almendros Aguilar, entre otros muchos.
Y los jóvenes vienen empujando, premios a los colegios, alumnos en Harvard y como decía mi padre, más adelante hay más.
Hace poco en un acto de entrega de los reconocimientos a la ciudad de Granada, hablando con uno de los galardonados, estamos Paco Herrera y yo, y dijo el que fue galardonado con medalla de oro, el doctor Campos, director del grupo de investigación de ingeniería tisular y al que todos le debemos mucho, dijo - “… Ya están aquí los de Jódar…”- Y efectivamente, ahí estaban los de Jódar, los de Jódar estamos en todos lados y siempre intentando representar a nuestro pueblo con orgullo.
Recuerdo además un día en quirófano que dio la casualidad de que el cirujano, que era yo, la anestesista, que era una galduriense también y la enfermera, éramos de Jódar, nos faltaba el enfermo. Eran de Jódar.
Cuando vuelvo al pueblo, y vuelvo siempre que puedo, ya al llegar a la partición y ver ‘La Cuerda’, o si vengo desde Úbeda a los pinos de la ‘Fuente Garciéz’, me siento en casa. Me encanta venir a Jódar, poder salir y en unos pocos metros saludar a mucha gente, sentarte solo en una terraza y en poco tiempo estar acompañado de alguien con quien tomar un vino, si es posible con caracoles o con choto frito. Tomar en Jódar los mejores churros del mundo, es una cosa de las que no perdona ni mis hijos ni mi mujer, un desayuno de churros con churros en Jódar. Cuando alguno no viene le hacemos una foto y se la mandamos para que vea lo que se ha perdido.
Este reconocimiento me impulsa a seguir adelante con más fuerza y compromiso.
Los galdurienses seguiremos estando en todos sitios y seguiremos dando lo mejor ya que somos los mejores. Juntos seguiremos construyendo un futuro próspero y lleno de oportunidades. Recibir esta distinción es un recordatorio de la importancia que tienen los pueblos y del trabajo de sus habitantes.
Jódar es un pueblo lleno de historia, cultura y sobre todo de personas maravillosas que hace de este lugar un hogar. Son muchos los que nacen y los que se hacen grande este pueblo y cada uno de ustedes contribuye a la grandeza del mismo. Por esto es un privilegio poder compartir este momento con todos ustedes.
Finalmente quiero expresar mi gratitud una vez más, gracias por este honor, por su apoyo, por creer en mí y este es un momento que atesoraré por siempre y me comprometo a seguir siendo digno de la confianza que se ha depositado en mí. Siempre me sentiré en deuda con mis paisanos. Muchas gracias a todos y ¡Viva Jódar! ¡Viva!...”.
Al final del acto, ya en la Plaza de España, a la puerta del Ayuntamiento, teníamos la oportunidad de compartir unos minutos con el propio Ricardo Fernández Valadés, en una breve entrevista, “… Nada, estoy muy contento, la verdad es que en el pueblo siempre me han recibido muy bien, me tienen mucho cariño y bueno, pues yo también le tengo mucho cariño al pueblo y esto pues para mí es un orgullo. - Eso está claro, que de lo que se da, se recibe, se da y se transmite, se comparte. - Pues sí, la verdad es que bueno, cuando me han buscado siempre he estado, siempre que puedo, cuando puedo se hace, cuando no se puede, pues no se puede hacer, pero para mí que venga alguien de Jódar allí a verme a mi servicio con un niño, pues sobre la marcha. - Que además lo has comentado en tu intervención, que es que además tu actividad con los niños es que son especialmente gratificantes, evidentemente. - Sí, los niños sobre todo que te dan cariño y es muy fácil darles cariño a ellos también. - Que bueno, ya en tu trabajo preguntar, ya vas más de 40 años ya ejerciendo. - Sí, en la pediátrica más de 40 años. - Que la medicina, pues lo que se suele decir, que ha evolucionado una barbaridad, pero que todavía hay que seguir investigando. - Sí, bueno, sobre todo en los últimos 20 años es cuando más me he dedicado a la investigación y sí, en medicina siempre hay que seguir investigando y siempre se va a encontrar mejor forma de tratar a los pacientes. - Aquí hemos además tenido el ejemplo de esa niña de Baeza, que has comentado, que ha sido uno de los últimos trabajos. - Eso ha sido una sorpresa, yo no sabía que iba a venir, se habrá enterado, porque tiene amigos aquí en Jódar y ha venido de Baeza. La verdad es que sí, es una niña pequeñita que operamos en junio del año pasado y que está bastante bien. Ha sido la primera que le pusimos una mucosa palatina artificial. - Que en cualquier caso, como digo, la medicina, la investigación avanza. Estáis ahora en algo concreto, así que tú puedas decirnos. - Bueno, seguimos con investigación de tejidos artificiales para paladar. Estamos también ahora trabajando en uretra y este grupo ha hecho también córneas y piel. Vamos, yo hay muestras que salen de vez en cuando en las noticias, sobre todo y principalmente por el desarrollo de la piel que hizo este grupo de investigación. - Ya se ha acabado su pregunta, te voy a terminar, Ricardo. En tu ámbito, la medicina pediátrica, cuando salen estadísticas una y otra vez y siempre se habla de la falta de pediatras en los centros de salud… - Bueno, yo es que pediatra no soy, yo soy cirujano pediátrico. Cirujano pediátrico solo hay en hospitales de tercer nivel y bueno, ahora mismo no sobran pero tampoco hay una falta excesiva. Sí hay una falta de pediatra y sobre todo pediatra a nivel de asistencia primaria. - Yo lo pregunto más que nada porque esa atención del pediatra en asistencia primaria es muy importante. A la hora de, lo que siempre se suele decir, de prevenir, que hoy por hoy la medicina también se basa muy mucho en eso… - Yo creo que el principal pilar de la medicina es la asistencia primaria y lo que pasa es que no sé por qué no se le da la importancia que tiene. Pero es la base de la medicina. Si funciona bien la medicina a nivel primario, funciona bien el resto de la medicina...”.