Detenido en Utrera por obligar a un migrante a trabajar en condiciones de semiesclavitud y a vivir en un contenedor sin luz, sin agua y sin aseo
La investigación se inició en noviembre, cuando la Policía tuvo conocimiento de que un ciudadano extranjero había trabajado para un hombre cuidando de un rebaño ovino en una finca de Utrera (Sevilla) bajo la falsa promesa de regularizar su situación en España
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Juan Manuel Torres, portavoz de la policía nacional sobre la detención de un hombre en Utrera por obligar a un inmigrante a vivir en un contenedor, sin agua, sin luz, ni aseo
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Sevilla
Un hombre ha sido detenido en Utrera (Sevilla) acusado de delitos de favorecimiento de la inmigración clandestina y contra los derechos de los trabajadores por obligar a otro a vivir en un contenedor de diez metros cuadrados, sin agua corriente, sin luz ni aseo, mediante la falsa promesa de regularizar su situación en España.
Según ha informado este martes la Policía Nacional en un comunicado, la víctima trabajaba en condiciones de semi esclavitud y vivía en un contenedor en la finca del arrestado, quien quedó en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial.
La investigación se inició en noviembre, cuando la Policía tuvo conocimiento de que un ciudadano extranjero había trabajado para un hombre cuidando de un rebaño ovino en una finca de Utrera (Sevilla) bajo la falsa promesa de regularizar su situación en España. Los agentes comprobaron que ese hombre "contrató" a esa persona con unas condiciones laborales de semi esclavitud, con una jornada laboral desde las 08:00 hasta las 21:00 horas, sin ningún tipo de descanso, de lunes a domingo.
Además, le había proporcionado, a modo de alojamiento, un contenedor ubicado en la misma finca, de apenas diez metros cuadrados, sin agua corriente, sin luz y sin aseo y por el cual le cobraba 100 mensuales que descontaba directamente de su nómina.
Racionamiento del agua
El detenido facilitaba a su empleado una garrafa de agua en días alternos para cubrir sus necesidades, por lo que la víctima se veía obligada a racionarla. Incluso en algunas ocasiones optaba por no asearse con tal de poder beber agua.
Tras unos meses de trabajo, sufrió el golpe de un cordero en la cara que le provocó un importante hematoma en el rostro. Al comentárselo al encargado, este se negó a trasladarlo a un centro médico por miedo a que lo denunciara y simplemente le ofreció unos analgésicos. Al cabo de unos días y debido al dolor que seguía padeciendo, el detenido accedió a trasladarlo a un centro médico, aunque lo abandonó mucho antes de llegar, en la entrada de la localidad y lo obligó a que manifestara que se había caído.
Tres meses antes de este incidente, también dejó de abonar el salario de su trabajador justificando que esos importes eran gastos necesarios para regularizar su situación, por lo que procedió a trasladarlo a una casa abandonada en mitad del campo que también carecía de agua y luz.
Hasta allí fue trasladado con la promesa de un nuevo trabajo y, tras dos días sin tener noticias de su jefe, decidió abandonar el lugar.
Según la Policía, tras una ardua y laboriosa investigación, los agentes identificaron y localizaron al implicado y procedieron a su detención en la finca de Utrera.