Rubi gestiona las miserias
Los futbolistas mostraron sus vergüenzas en el campo
El entrenador del Almería tiene un toro difícil en su vestuario. / UD Almería
Almería
No pinta bien la situación del Almería. El vestuario siempre ha sido complicado manejarlo y la temporada pasada pasaron cuatro entrenador y en esta a las primeras de cambio todo salta por los aires como si el entrenador catalán viviera en un polvorín. Futbolistas discutiendo otros dando la espalda y nadie poniendo orden. El preparador catalán en su afán por recuperar a Lázaro Vinicius se ha cargado eso que se llama buen rollo y toca coger el capote y hablar de nuevo con los futbolistas porque una crisis interna puede costar un ascenso. Cada futbolista es un mundo y lo que hace un mes parecía unión ahora es desencanto.
El entrenador del Almería sabe como se las gasta su vestuario en el capítulo de unión porque hay muchas estrellas y ante el Elche salieron las vergüenzas al campo ante la mirada de una afición que ya ni se acordaba de estos numeritos tan famosos la pasada campaña. Ha perdido el control del vestuario el entrenador y ha tenido mucho que ver esa terapia de choque para un Lázaro que no es capaz de conectar con nadie y juega solo. Ya lo debería conocer y se ha vuelto en su contra. A Rubi le vendieron la burra con Lázaro y tragó.
Volver a empezar en la jornada 27 no es fácil y le toca al entrenador poner orden hablando con sus pesos pesados que brillaron por su ausencia ante el bochornoso espectáculo dado entre Lázaro y Luis Suárez. Nadie paró máquinas salvo Robertone que se iba a por Lázaro cuando este fuera de si echaba por la boca insultos incontrolados. La vuelta de Lázaro divide al vestuario.
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División
El vestuario no está unido y hay que hacer un reset con la temporada en marcha y con muchos malos rollos que no solo llegaron ante el Elche y parece que vienen de atrás. Los malos resultados han sacado a flote toda la basura y ese mal rollo que puede acabar con los sueños de una afición que asiste desesperada a los malos modales de sus futbolistas. El vestuario está dividido y el entrenador no sabe que tecla tocar para no molestar a futbolistas que son intocables para él. No puede castigar porque no hay para elegir y lo que se vio en el campo no se arregla hablando. La plantilla está dividida. No hay duda.
Medidas
No tiene mucho para elegir. No puede levantar la voz a futbolistas que llegaron y ejercen como estrellas. Bastante hizo con levantarlos para una buena racha pero han vuelto a caer y con ello sacar a flote todo lo que pasa en el vestuario que a tenor de la imagen no es precisamente brillantez. Está atado el entrenador y su capacidad de diálogo igual no llega a unos futbolistas que sin los buenos resultados se vuelven vulgares y sacan todas sus miserias a competir. La imagen ante el Elche desnuda a una plantilla que tiene tanta calidad como falta de humildad.
Atado
El entrenador poco puede hacer para que sus futbolistas se lleven bien. No tiene un vestuario fácil y cuando los resultados no se dan afloran los malos gestos y se reprochan los fallos ante las miradas de los aficionados. No tiene margen de mejora el entrenador porque sabe que depende de esos que transmiten el mal rollo para subir a Primeras. Gestionar las miserias no es tarea fácil y si algo tiene claro la afición del Almería es que ha vuelto por sus fueros una plantilla plagada de estrellas donde cada uno va a su bola y si no se ganan partidos salpican los desencuentros. La vuelta de Lázaro ha sido una mala noticia para el Almería.
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...
