Bernabé Navarro: un regalo de la vida
Portero, entrenador, directivo, gerente y cocinero
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A sus 93 años pone buena cara a la vida con la cabeza a pleno rendimiento. / Rafa Góngora
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Almería
Se llama Bernabé José Navarro Góngora e hizo muchas cosas buenas en la vida, pero lo mejor siempre está por llegar, ya que a sus 93 años va como un reloj y su cabeza no para de dar vueltas. No tiene la movilidad de otros tiempos, aunque no se rinde y cada día lo tiene bien organizado porque su carrera ha sido la gestión y tener a su cargo a muchos padres de familia cuando dirigía desde Almería la empresa de autobuses Alsina Graells Sur.
Excelente cocinero, padre y abuelo ejemplar, nos vamos a ceñir a sus facetas deportivas que son inmensas y han quedado para la historia del fútbol almeriense. Bernabé Navarro Góngora no para de soplar velas y hace menos de un año presentaba la historia del Tabernas, el club de sus amores. Tuvo muchos más, pero el equipo de su pueblo es su fibra sensible y por él vive y muere siempre.
Es un regalo que la vida y el balompié nos dio y los que le conocieron en su ‘salsa’ saben bien de qué estamos hablando porque es un hombre del balón las 24 horas del día. De un fútbol que nunca volverá y que aún le corre por las venas.
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Portero
Su padre no quería pero le tiraba el fútbol y mientras estudiaba puso en marcha un equipo en su pueblo. ‘Parió’ el Tabernas sin ser su primer presidente (todavía era un niño), y lo dotó de todo lo que estaba a su alcance. Se ponía debajo de unas porterías que le podían caer en la cabeza, lo fichó el Almería y de allí al Burgos de Segunda y otros clubes como el mejor Adra de la historia, que se fijaba en un portento bajo los palos. No se arrugaba, pudo llegar mucho más lejos pero le salió un trabajo y aparcó su carrera.
No jugaba por dinero pero le pagaban bien y dejó huella en todos los clubes por los que pasó porque ya apuntaba maneras de buen entrenador dirigiendo y colocando a su equipo desde la portería. El banquillo iba a ser su siguiente estación y aprovechó los últimos años de futbolista para ir aprendiendo todo lo que necesitaba para sacarse la titulación y poder entrenar. Los Almerías lo volvieron a llamar, aunque la decisión estaba tomada y colgó los guantes para siempre.
Entrenador
Cuando sacó toda la titulación necesaria y con buenas notas, se puso a dirigir de abajo arriba. Muy inteligente, comenzó en el Zapillo Atlético para probarse y lanzar una carrera por toda la provincia de Almería. Puso siempre la frontera provincial como condición, ya que las ofertas que venían de otras provincias eran rechazadas por buenas que fueran, porque siendo gerente de una gran empresa como Alsina Graells Sur tenía clara la prioridad. El Bernabé Navarro entrenador por los campos de polvo y tierra era un señor de traje que dirigía a los equipos que él mismo diseñaba. Hacía plantillas de mucho nivel.
Siempre firmaba a los mejores porque eran ellos los que querían jugar con Bernabé. Cobraba su dinero. Su perfil era elevado. Un entrenador caro para las directivas y barato para el fútbol por los logros conseguidos. Siempre cumplía los objetivos y solo trabajada donde estaba a gusto. Era un entrenador que no se correspondía con las categorías en las que dirigía y cuando se cansó de dirigir lo dejó sin hacer ruido y lo seguían llamando aquellos clubes a los que entrenó.
Director
El cargo de director deportivo no estaba inventado cuando ya ejercía funciones en los clubes para los que trabajó. Antes un entrenador solía llegar con su colla de futbolistas y en eso era Bernabé el número uno. En los despachos realizó gestiones sobresalientes como la creación del Polideportivo Almería, la apertura del Franco Navarro, y otras donde sin tener vínculo con las entidades echaba un cable porque conocía al dedillo toda gestión deportiva y se movía bien en el apartado federativo. Hizo muchos favores (no cobrados ni reconocidos), pero todo por Almería y nada le importó.
Tiene escritas sus memorias que dan para mucho y más de uno se va a sorprender de la capacidad de este tabernense portero, entrenador y director que siempre será del Tabernas y puede presumir de haber llevado al mismísimo Papa de Roma, Juan Pablo II, en una Alsina. Bernabé Navarro sigue al pie del cañón adaptado a los tiempos y a una movilidad que no le arruga porque siempre sabe estar y nunca se rinde.
Su cabeza continúa impecable y a su Almería que no se lo toquen, pero puestos a elegir la camiseta amarilla del Tabernas que es el club que ‘parió’ siendo un niño. Una persona querida y respetada en la provincia.
Bernabé Navarro es un regalo de la vida.
![Tony Fernández](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/e299993f-c1c7-4c0b-8981-6df680f04f77.png)
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...