La opinión de Marcos Martínez: José Antonio Santaella
Una de cal y otra de vizcaina
Morón de la Frontera
No es raro que al asomarnos al mundo de hoy encontremos una parte importante de egoísmo, otra de avaricia y otra bien despachada de insolidaridad. Todo esto agitado convenientemente nos da como resultado un cóctel de sociedad individualista que no es capaz de ver más allá de su propio ombligo y sí de pisotear al prójimo para conseguir lo que sea.
Marcos Martínez: José Antonio Santaella
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En consecuencia, cuando aparece ante nosotros alguien que se sale de estos moldes, hay que estarle agradecido y decirlo bien alto, porque el mundo está falto de gente así. Dicho esto, quiero dedicar esta viscaína a alguien que ha pasado por nuestro pueblo en estos últimos dos años. José Antonio Santaella, entrenador del club baloncesto Morón.
Muchas personas en este pueblo no son conscientes de que este cordobés ha llevado y defendido el pueblo de Morón por todos los rincones de la geografía española. En cada rueda de prensa resaltaba el esfuerzo que en esta localidad se hace para tener un equipo de baloncesto en estas categorías. No han sido pocas las entrevistas a nivel nacional en las que mostraba con orgullo lo que Morón es.
A veces, parecía que hubiera nacido en el barrio del Pantano, San Francisco. Por cierto, fuera poco, el tipo se presentó en el reino de Moronia con el fin de hacer feliz a la gente. Menudo objetivo se marcó el colega. ¿Y saben lo mejor? Que lo ha conseguido con creces.
Solo hay que ver cómo la grada del Alameda salta de alegría en cada partido. Hay veces que se gana, otras que se pierde, pero en la clasificación de gente feliz hemos ganado por goleada. Aunque en este caso sería mejor decir que tenemos los mejores porcentajes en triples de felicidad. Los no iniciados en el baloncesto de nuestro pueblo podrán pensar que exagero. Para nada. Pregúntenle a cualquier aficionado del club baloncesto Morón por nuestro entrenador. Todo el mundo destaca su humildad, su trabajo y su implicación con este pueblo.
Solo así se puede entender que en el resultadista mundo del deporte, Santaella estaba y está por encima de ganar o perder un partido. Como él pregona, simplemente se trata de ser feliz. Así que, como es de bien nacidos ser agradecidos, no tengo más que mostrarle mi reconocimiento. Seguro que Santaella sigue teniendo un plan. Ser y hacer feliz. Mil gracias y vuelve pronto a tu casa, entrenador. A tu casa de Morón.