Rosario Cordón, viuda de Francisco Cabrera: "Mi agradecimiento será eterno al personal del Virgen del Rocío por lo que hicieron por nosotros y el trato que nos dieron"
Después de 5 meses ingresado en el Virgen del Rocío, la viuda de Francisco Cabrera ha hablado en Hoy por Hoy con dos de los médicos que lo atendieron, el doctor de infecciosos Rafael Luque y la cardióloga Ana Campos, pero "han sido todos porque, más que atender a Paco, se encariñaron con él"
Rosario Cordón, viuda de Francisco Cabrera: "Mi agradecimiento será eterno al personal del Virgen del Rocío por lo que hicieron por nosotros y el trato que nos dieron"
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SEvilla
El 11 de noviembre del año pasado falleció en el hospital virgen del Rocío Francisco Cabrera, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas y uno de los científicos que formó parte del grupo que dirigió la limpieza y recuperación de la cuenca del Guadiamar, contaminada tras la rotura de la balsa minera de Aznalcóllar. Había nacido hace 75 años en Cádiz.
Francisco estuvo 5 meses en el hospital, primero combatiendo una bacteria que le atacó el corazón, y luego sometido a una operación en donde "casi se lo tienen que reconstruir", según cuenta su viuda, Rosario Cordón Puerto, en el programa Hoy por Hoy Sevilla dirigido y presentado por Salomón Hachuel.
Pasó por dos plantas del hospital: la 6ª de Infecciones y la cuarta de cuidados intermedios de cardiología, durante cinco meses, con uno en medio en que incluso le llegaron a dar el alta, pero tiempo más que suficiente para buscar el alivio y el soporte emocional en familia y amigos, pero sobre todo en los sanitarios, en sus cuidados y en la atención al paciente. Esto fue lo que vivió Rosario -una auténtica montaña rusa de esperanza y decepciones-. Por ello, hace unos días daba a conocer una carta donde tenía "la necesidad de expresar y compartir la experiencia vivida, en el entorno sanitario de la que temporalmente se convirtió en mi casa, y parte de los que allí trabajan, en mi familia: el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla".
Sigue diciendo Rosario en la nota: "La conexión establecida por parte de, Médicos, Enfermeros, personal Auxiliar, personal de Limpieza, Nutricionistas, Psicólogos y Fisioterapeutas, con el enfermo y su entorno, nos han hecho percibir el nivel de sensibilidad y calidad humana que todos ellos poseen. Se entregan a fondo. Se te quedan dentro".
Desde que falleció Francisco, no ha vuelto al hospital Virgen del Rocío, por lo que su interés con esta carta es "no dejar de dar las gracias a tantos sanitarios que atendieron a su marido de una manera excepcional". "No quiero que piensen que me he olvidado de ellos, o que estoy disgustada, todo lo contrario, jamás olvidaré lo que hicieron por nosotros y el trato que nos dieron". "No me puede despedir de nadie, pero quiero que sepan que mi agradecimiento va a ser eterno y que no se puede culpabilizar a los médicos de nada, ni a los enfermeros ni a celadores, todo el mundo ha entregado tanto que me he sentido muy arropada y querida".
Hemos contado con dos de estos profesionales en el programa: el infectólogo doctor Rafael Luque, de la 6º y Ana Campos, cardióloga de la 4º, ambos ocupados en los diferentes procesos del enfermo, aunque Rosario recuerda a muchos más: a la enfermera Esther, al doctor Arístide Alarcón, al jefe de planta de la 6º, doctor Cisneros a los cardiólogos Ángel Morales o Iris Estévez., a las limpiadoras, celadores... "Han estado más que cuidado, se han encariñado con él", concluye Rosario.
La doctora Campos ha contado que lleva a Paco "en el corazón, porque luchamos muchos y agradezco que te hayas sentido acompañada -dirigiéndose a Rosario- porque luchamos mucho, pero a veces hay que enfrentar la opción de que el paciente pueda fallecer y nosotros eso lo tenemos que enfrentar también".
Por su parte, el doctor Luque lamentó que "a pesar de todo el esfuerzo no pudimos sacarlo adelante". "El manejo de esta enfermedad tan compleja es de forma coordinada, y es un reto para todos, pero hay un factor fundamental, que es que el médico persigue la confianza del paciente y la capacidad para aceptar un pronóstico que puede ser difícil" refiriéndose a Francisco y Rosario. "Agradezco, a todos mis compañeros y a vosotros, la confianza que nos habéis transmitido y que los médicos necesitamos para seguir adelante." "Nuestro objetivo como médicos es preservar la vida y ayudar a la familia y al paciente a afrontar ese momento tan complicado de la vida", explica el doctor Luque.
Ambos doctores, Campos y Luque, han querido hacer un homenaje "al Sistema Público Andaluz, soy un ferviente defensor y ahora estamos en un momento crítico, donde la sociedad quizá no sea consciente de lo que puede perder".
Esta es la carta completa de Rosario Cordón a los sanitarios del Virgen del Rocío:
"Al final, no pudo ser.
A pesar de tanto empeño.
A pesar de que tantas personas se dejaron la piel, de manera incuestionable.
A pesar de haberse rozado lo imposible. No pudo ser…
Después de unos durísimos meses de tratamiento y dos operaciones de corazón, a causa de una severa endocarditis, el que ha sido mi marido durante casi 40 años, ya no está. Se llamaba Francisco Cabrera Capitán.
Siento la necesidad de expresar y compartir la experiencia vivida, en el entorno sanitario de la que temporalmente se convirtió en mi casa, y parte de los que allí trabajan, en mi familia: el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Más exactamente, las plantas 6ª Norte de Enfermedades Infecciosas y 4ª Sur de Cardiología, junto con la Unidad de Cuidados Intermedios de Cardiología. Sin olvidar, el impecable y complejo trabajo de los cirujanos que realizaron las intervenciones quirúrgicas, y la atención recibida en la UCI.
La conexión establecida por parte de, Médicos, Enfermeros, personal Auxiliar, personal de Limpieza, Nutricionistas, Psicólogos y Fisioterapeutas, con el enfermo y su entorno, nos han hecho percibir el nivel de sensibilidad y calidad humana que todos ellos poseen. Se entregan a fondo. Se te quedan dentro.
La crudeza de sentir que perdía a mi marido, ha estado mitigada por la fortuna de contar con el apoyo y el afecto de este lujo de personas. No se puede pedir más.
Ellos no lo saben…..Pero me han sostenido.
Mientras a mi marido le iban curando el cuerpo con su profesionalidad, a mí, me iban curando el alma con su humanidad.
He visto en muchos ojos lágrimas de emoción mal disimulada al contemplar y comunicar, tanto mejorías como empeoramientos.
Ha sido un largo tiempo en el que pude apreciar, los duros momentos a los que tienen que enfrentarse, cada vez que comunican situaciones complicadas a los familiares. No son inmunes al dolor ajeno. No solemos reparar en ello al estar inmersos en nuestro propio dolor, pero es algo a tener en cuenta, que habría que apreciar y valorar.
Han sabido mantener la distancia justa para no perder la objetividad, imprescindible en su profesión, pero también han sabido entender que el trabajo bien hecho, no es incompatible con la cantidad de amor que se pone en él.
He querido tomar suficiente tiempo y distancia para constatar que mis sensaciones, no son fruto de un arrebato de agradecimiento mientras vivía una etapa tan difícil, sino que, ya filtradas, proceden de la serenidad y la calma. No escribo desde la emoción, que es fugaz. Escribo desde el sentimiento. Y ese perdura.
No se puede perder de vista que La Administración, ha de cuidar “Más y Mejor” a los que se van dejando cachitos de sí mismos por el camino, mientras nos curan. Porque, de verdad la salud es lo primero? Entonces?.
Sintámonos orgullosos de contar con personas tan valiosas velando por nuestra salud.
Por mi parte, tienen todo mi respeto, mi admiración y mi agradecimiento.
Ha sido un privilegio conocerlos.
Rosario Cordón Puerto, viuda de Francisco Cabrera Capitán"