Ha muerto Juan Antonio Román
El mago del fútbol almeriense
Almería ha perdido a uno de sus sabios del balón. Nos ha dejado Juan Antonio Román Castillo, el hombre que tanto enseñó a los almerienses ese fútbol de calle que se hizo profesional con el paso de los años. Nunca tuvo secretos el mundo del balón para este mago que trabajó con los mejores futbolistas las artes que solo él conocía y manejaba como nadie. Dejó su huella en Cádiz, Granada y especialmente en Sevilla donde triunfó como profesional y se ganó el cariño de su afición para toda la vida. Tuve la ocasión de asistir a un partido con él en la Ciudad Deportiva del Sevilla y hacía gentes con las viejas glorias del club. Su etapa en el fútbol almeriense está salpicada de 'misiones imposibles' porque lo llamaban los presidentes para hacer el milagro que solo podía Juan Antonio Román. Tenía 82 años.
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Su vida era el fútbol y no la supo vivirla de otra forma. Enseñaba a los jugadores todo lo que él aprendió pero jamás abría su tarro de las esencias donde guardaba ese 'otro fútbol' que manejaba como nadie. Era amigo de los árbitros y siempre un señor del balón hasta que comenzaba el partido y entonces "el pan de mis hijos está en juego" y salía el Román que pocos conocimos. Su familia era fundamental y ganó mucho, mucho dinero que supo invertir. Se trajo de Sevilla el amor a la cerveza y me paseó por La Pinta con un 'tiesto' de litro antes de visitar a su amigo Baldomero que suministraba la ropa deportiva en Sevilla.
Le vi jugar al fútbol y estrenar su carnet de entrenador. Creo que fue de los primeros tras el Maestro José Antonio Segura López, conocido como 'Míster Gorrilla'. En Motril puso su flamante documento para lanzar una carrera deportiva con su Seat 124 azul con el que se fue cruzando Andalucía y la Región de Murcia. Hizo de todo en el mundo del balón y antes de que naciera la figura del director deportivo ya lo hizo Román en el Poli Almería firmando para Pepe Meca los mejores entrenadores. Hay que recordar que el primer técnico que tuvo el Poli fue Juan Antonio Román, con Manolín Artero como segundo. Era un mecánico del fútbol: lo arreglaba todo.
Futbolista
Cuando empezó a jugar en el Estadio de La Falange le apodaban 'El Bejarano'. Yo nunca le llamé así porque me quería mucho por nuestra relación familiar. Lo vi jugar solo en el Cartagena y Almería pero me contó su vida en el Balón de Cádiz, el Granada y especialmente el Sevilla donde hizo fortuna y supo invertir parte del dinero ganado en locales comerciales. Su etapa en el club hispalense fue intensa con años de gloria en Primera División y aquellas giras por América donde aprovechaba para comprar oro que estaba más barato que en España y como en la Aduana a los equipos no se les controlaba tanto se sacaba unas pesetas. La dimensión de Román era tan grande en Sevilla que muchos años después de su retirada vino a comentar un partido para la Cadena SER en la Ciudad Deportiva y no paraban de saludarlo con infinito cariño. Ganó fama y mucho dinero con un club al que amaba.
Entrenador
Me ha tocado vivir toda su etapa como entrenador, primero siendo un niño que veraneaba en Motril y luego como redactor deportivo. En Motril me tocó ser su guía para llevarlo al Escribano Castilla, a la pensión y a la playa donde estaban los mejores sitios para comer pescado. Yo entraba y salía de su vestuario y conocía a todos los futbolistas como años después me abrió las puertas del Poli Almería y de todos los equipos para los que trabajó. Me trató como a un hijo y confiaba mucho en mí porque si me decía que no contara algo no lo hacía. Conocí gracias a él el otro fútbol que le dio mucho dinero a lo largo de su carrera porque no todo era entrenar. Me decía que "hay que conocer a todo el mundo" y vaya si era famoso porque no hubo equipo rival que no preguntara al pisar Almería por Juan Antonio Román. Salvó a los equipos del abismo e hizo ganar mucho dinero a todos los presidentes para los que trabajó. Le gustaba pasar inadvertido pero nunca lo logró porque iba por la calle y lo paraba todo el mundo. No vendía humo y si firmaba un contrato es porque lo podía hacer. No hubo otro como Román.
Persona
Lo mejor de todo fue conocerlo y beber de su fútbol. Les confieso que tengo mucho de Juan Antonio Román. Nuestras familias se conocían de toda la vida y mis tíos de Motril cuando fue contratado para entrenar al equipo de la Costa Tropical le abrieron las puertas de su casa y allí fue uno más. Muy cercano en el trato y siempre con una sonrisa y esa 'guasa' interminable cuando ponía armonía en los entrenamientos gastando bromas. Muy almeriense en el trato y marcando las distancias con aquellos que no eran de su agrado. Aguantaba las críticas como nadie y sabía esperar su momento. Nunca, jamás, sacaba pecho porque sabía que en el fútbol como la vida "la humildad por bandera". Si hay una frase que resume la vida de Juan Antonio Román: "Hasta que pita el árbitro todo puede pasar". Y ha pitado para desgracia de los que lo hemos querido siempre. No habrá otro. Para mí siempre será 'El Mago', ese hombre que me abrió los ojos y que tanto me ayudó cuando yo empezaba en esta apasionante profesión. No inventó el fútbol pero le faltó poco.
¡Qué grande Román!
Está en el Tanarorio-Crematorio Mediterráneo de Huércal.
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...