Avances insuficientes y tardíos para el siglo XXI
La firma de Setefilla García Cobo en Hoy por Hoy Jerez
Jerez de la Frontera
AVANCES INSUFICIENTES Y TARDÍOS PARA EL SIGLO XXI.
Empezamos el año con dos noticias significativas: la primera, el nombramiento de la monja Simona Brambilla como la primera mujer “ministra” en la historia del Vaticano; y la segunda, en el concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, la inclusión, por primera vez, de una obra compuesta por una mujer, el vals de la compositora austriaca Constance Geiger.
Ambos hechos representan avances en la visibilidad de las mujeres, no cabe la menor duda, pero también evidencian cuánto queda por hacer en términos de igualdad estructural, tanto en la Iglesia como en otros muchos ámbitos.
La noticia del nombramiento de una mujer como “ministra” de la Santa Sede subraya lo excepcional que sigue siendo que una mujer ocupe un alto cargo en esta institución. A pesar de los esfuerzos del papa Francisco por abrir espacios para la mujer, las propias estructuras eclesiásticas continúan siendo un freno para un cambio más amplio y significativo.
En cuanto a la Filarmónica de Viena, es justo preguntarse: ¿ninguna compositora alcanzaba el nivel de calidad exigido hasta ahora? Y más aún: ¿por qué nunca hemos visto a una mujer dirigir este prestigioso concierto?
No nos engañemos: el siglo XXI no debería ser el tiempo de celebrar avances tardíos, sino de consolidar la igualdad real. Estos pasos, aunque importantes, son insuficientes para revertir siglos de exclusión. La verdadera transformación llegará cuando la presencia femenina en estos espacios deje de ser noticia y se convierta en algo normalizado.
