Sociedad

El acusado de atropellar a una madre y a su bebé de once meses: "Siento condenaros de por vida como lo estoy yo"

La fiscalía sigue pidiendo para él nueve años de cárcel y su defensa tres y medio.

Francisco J. Olmo

Sevillla

"Lo siento mucho. Siento condenaros de por vida como lo estoy yo". Así ha terminado el juicio celebrado este miércoles a Francisco, el acusado de atropellar a una madre y a su hija de once meses en un paso de cebra en Castilblanco y después darse a la fuga hace más de cuatro años. Suceso en el que la niña murió por traumatismo craneoencefálico y raquimedular severo. La Fiscalía reclama nueve años de cárcel por conducir presuntamente bajo los efectos de sustancias estupefacientes como cocaína y tetrahidrocannabinol.

Según la guardia civil este hombre circulaba a unos 59 kilómetros por hora en una zona de cincuenta. No frenó y no se paró a auxiliarlas. El acusado dice que se le cayó un mechero se agachó a cogerlo y se vio encima del paso de cebra. Luego se fue a casa de su padre, que llamó al 112.

Durante la sesión, el acusado ha admitido su negligencia y su responsabilidad por estos hechos, pero ha negado que en esos momentos estuviese bajo la influencia de sustancias estupefacientes o que condujese a velocidad excesiva, alegando que no vio a la madre que cruzaba el paso de peatones con su carrito de bebé, que intentó esquivarla con su coche y que si se marchó del lugar del siniestro fue porque estaba "muy asustado" ante la posibilidad de que alguien le hiciese "daño" como represalia por lo sucedido. "Si le pasara a mi hija no sé lo que haría yo", ha manifestado paradójicamente el acusado, asegurando que está arrepentido.

Durante la vista, los padres mostraron su dolor con frases como "Cada día es como volverse loca" o "Todos los días son tristes".

Consumo de drogas durante la noche previa

El acusado precisó que la noche previa consumió "una papela de cocaína y heroína de un par de micras y un porro", asegurando que en el momento de los hechos no sufría "ninguna" merma de sus facultades para conducir como consecuencia de dicho consumo previo.

Según su relato, había cogido su coche para reunirse con su padre e ir juntos a trabajar, como habían hecho por la mañana, y cuando circulaba por la citada avenida a los mandos de su vehículo cayó al reposapiés del mismo un mechero que llevaba sobre su pierna. Tras agacharse para recoger el mechero, según su versión de los hechos, se encontró que tenía delante un vehículo más y una retroexcavadora, ante lo cual invadió "el carril contrario" para evitar una colisión por alcance, arrollando finalmente a la madre y a su carrito de bebé.

 
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