A mí me va bien
El comentario de Julián Granado.
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El comentario de Julián Granado.
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Morón de la Frontera.
A los que sufrimos el franquismo escolar nos impartían clases de FEN (siglas por abreviar de Formación del Espíritu Nacional). Una asignatura destinada a inyectarnos la consigna de Una España Grande y Libre. La misma vacuna patriótica, seamos realistas, que les habrán administrado a los niños estadounidenses, de adultos convencidos de que Dios bendice a América más y mejor que a otros; o a los franceses para que aprendan a pronunciar “grandeur”, o a los brexingleses para que decidan irse a vivir, muy orgullosos ellos, fuera del patio de vecinos europeo.
Lo curioso es que si hoy por hoy se preguntaen la calle por el grado de satisfacción nacional, 9 de cada 10 españoles afirman que España va mal. Pasan, o hacen caso omiso, de los indicadores económicos, que nos colocan, por ejemplo, a la cabeza de la recuperación occidental contra la inflación. Pero lo más curioso es que, repreguntados por su caso personal, y los motivos de su descontento, los encuestados responden: “No, si a mí me va bien”. Claro que si a 9 de cada 10 les va bien, no entiendo cómo a España le va mal. Debe de ser que nos hemos vuelto todos solidarios con los pocos perdedores que confiesan no irles bien. O que es otra España, que no la económica, la que va de culo y capa caída: la España de la justicia, será, o de la democracia, o de la igualdad, o de la decencia política, o la veracidad de los medios y la desmesura de las redes. Esa España conceptual y de pronto preocupada por cuestiones morales y de principios, que tratan de anteponer a la boyante economía de mercado. Al dogma capitalista, con el que había terminado por comulgar incluso la irreductible izquierda sociológica. ¡Vaya! Tanto traicionar nuestras convicciones éticas, para que ahora resulte que ni el alto nivel de vida y ni el generoso Estado del bienestar nos harán más felices, a los desgraciados, si la corrupción política instalada en las alturas nos quita el sueño. Total, que después de tantas renuncias ideológicas por el camino, en la próxima Ley de Educación me veo venir de nuevo las clases de FEN.