Teatro.
El comentario de Julián Granado.
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/BFBAUAZ7PVDVBLCU52SDMHPFCY.jpg?auth=e31e4ea5103a501dbf35d49aed9e3d077d86e029d53dc9a6baff071776273b4b&quality=70&width=650&height=365&smart=true)
El «Paso Cambiado» de Julián Granado
![El «Paso Cambiado» de Julián Granado](https://cadenaser.com/resizer/v2/BFBAUAZ7PVDVBLCU52SDMHPFCY.jpg?auth=e31e4ea5103a501dbf35d49aed9e3d077d86e029d53dc9a6baff071776273b4b)
El comentario de Julián Granado.
03:15
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Morón de la Frontera.
Hace años, demasiados para la mala memoria de algunos, existió un político andaluz de memorable recuerdo y nombre Alfonso Guerra. Comediante satírico, sabía con tres caricaturas crucificar al contrario en la cruz de la burla y el escarnio. Su mano se adivinaba en campañas despiadadas como la del “Usted es un tahúr del Mississippi” o la del “doberman facista”. Pero su estilo, que apelaba a los más bajos instintos del electorado, terminó por volverse contra él, ser considerado de mal gusto, y sacado por ello del tablero de juego. Hasta el punto de que, no hace mucho, una simple acusación de indecencia contra Rajoy, en esa línea guerrista, estuvo a punto de costarle el futuro al entonces principiante Sánchez. ¡Cuánto ha llovido desde entonces, y en qué poco tiempo!
Hoy por hoy, el método Guerra se copia mal y por sistema, hasta la náusea. Interpretado por malos actores que no han pasado por otra escuela que la de la imitación insolvente.
Por aficionados incapaces de representar un solo papel creíble y convincente. Un hatajo todos de suplentes que en las tablas nunca llegarán a titulares, y en el fútbol no pasarían de defensas rompepiernas. Lectores todos, como zombis, de discursos enlatados.
Declamadores de ripios para hacer rimar Franco con estanco. Mimos obligados porque no aciertan a aprenderse la letra sin que se la soplen desde la caracola. Teatro, sí. El Parlamento, la rueda de prensa o la campaña electoral…, todo puro teatro, y afectado simulacro. ¿Teatro vanguardista? ¡Qué va! No puede ser más rancio. ¿Costumbrista, tal vez? De malas costumbres será, y peores debates de patio vecinal. ¿Teatro del absurdo?
Desde luego. Y vulgar, y miserable teatro comercial, que más allá del patético aplauso de la claque, no concita más que la indiferencia del público electoral, cuando no su abucheo.
¡Oh, teatro! Corral de comedias, espejo de ramplonería del que el propio Guerra… abominaría.