El naufragio de la corbeta Gneisenau, en la memoria de Málaga 124 años después

Málaga

Este lunes se cumplen 124 años de uno de los episodios de la historia trágica de Málaga que sigue vivo en la memoria colectiva de los malagueños, el naufragio de la corbeta alemana “Gneisenau” el 16 de diciembre de 1.900 frente a la costa malagueña. La Gneisenau realizaba prácticas de tiro en el mar de Alborán y se vio sorprendida por un fuerte temporal de levante que provocó que el barco golpeara con el espigón del puerto y se abriera una vía de agua. Murieron 41 tripulantes y 100 mas sufrieron heridas de diferente gravedad. También se dice que fallecieron una docena de malagueños, al acudir en auxilio de los tripulantes, aunque este dato no ha podido contrastarse con certeza.

El profesor Francisco Cabrera Pablos ha pasado por el programa Hoy por Hoy Málaga para recordar este hecho histórico. Dedicado toda la vida a la docencia, es uno de los grandes conocedores de la historia del Puerto de Málaga y autor de más de una docena de libros sobre infraestructura, urbanismo, comercio portuario y fortificaciones. Cabrera asegura que aún hay detalles de esta tragedia sin investigar como por ejemplo el proceso de extracción de los restos del buque del fondo del mar. "Hay un expediente en el archivo de la Autoridad Portuaria fechado el 6 de marzo de 1901, apenas cuatro meses después de la tragedia, que a instancia de un empresario de Málaga, José María Caballero, solicitó autorización a la entonces Junta del Puerto para volar con dinamita el casco de la Gneisenau, porque sobresalían los restos y eso era un indudable peligro para la navegación" según relata el profesor Cabrera.

El motivo de que la Gneisenau se encontrase en aguas malagueñas era estrictamente diplomático: la potencia alemana trataba de obtener concesiones en el norte de África, por lo que la presencia de su flota en estos territorios era frecuente. En aquellos momentos, el buque escuela acababa de dejar una embajada extraordinaria en Marruecos. Después arribó al Puerto de Málaga, el 13 de noviembre de 1900, donde aguardaba a que el embajador alemán cumpliese su cometido para salir rumbo a Mogador y recoger la embajada, objeto que jamás realizaría.

La corbeta alemana fondeaba a unos 700 metros al sureste del espigón de Levante del Puerto de Málaga, en una zona que, según los informes militares alemanes, era especialmente adecuada en invierno por la calidad del fondo marino. Cada día, la Gneisenau se adentraba en el mar de Alborán para hacer prácticas de tiro pero la mañana del 16 de diciembre de 1.900 se vio sorprendida por un fuerte temporal de levante que provocó el hundimiento.

Cabrera recuerda cómo la prensa mundial se hizo eco del suceso, exaltando la actitud valerosa y desinteresada del pueblo malagueño lo que provocó que el tres de enero de 1901 la Reina Regente otorgara a la Ciudad el título de Muy Hospitalaria mediante un Real Decreto. Poco después el Gobierno alemán hizo un importante donativo al Hospital Noble por los servicios prestados con motivo de la catástrofe de la fragata y además costeó el famoso puente de hierro sobre el Guadalmedina después de las inundaciones de septiembre de 1907 que arrasó el puente de la Aurora. Actualmente se le conoce como el Puente de los Alemanes. Ya puedes escuchar la entrevista al completo.

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Como dato curioso de la época, días después de esta tragedia el pintor Pablo Ruiz Picasso visitó su ciudad natal para pasar la Nochevieja con su amigo Carlos Casagemas y pudo observar los restos del naufragio de la nave alemana en el puerto de Málaga. Una imagen que inmortalizaría en una pintura que se puede ver en el Museo Picasso de Barcelona. Aquel viaje a Málaga fue el último que hizo a su tierra el genial pintor.