La Almería del pan con chocolate

“Soy Juan José Lozano Román y nací un 4 de septiembre de 1947 en la calle de La Reina, en el casco antiguo de la ciudad, una de las arterias más emblemáticas del barrio que junto con la Almedina. Al pie de la Alcazaba fue donde empezó a crecer la ciudad actual”. Esta historia la empieza el protagonista porque está en su derecho a los 77 años y la experiencia por bandera. Recuerda aquellos tiempos cuando la merienda era de obligado cumplimiento en Almería.

¿A qué colegio iba?

El primero fue el San José, de don Rafael López, ubicado en la misma calle donde nací, por entonces tenía cinco o seis años y al frente de la clase de párvulos estaba doña Pura, de la cual tengo recuerdos que me tiraba de las orejas y en invierno dolía bastante por los sabañones. Posteriormente pasé un tiempo al Obispo Diego Ventaja justo al lado y de nuevo al San José hasta que cumplí los 12 años que ingrese en la Escuela de Formación.

Colegio mañana y tarde.

En aquella época en el colegio asistíamos a clase de lunes a sábado por la mañana y tarde, los jueves por la tarde descanso y que no dejábamos de tomar la merienda al igual que el resto de la semana que nos preparaba mamá, y que casi siempre era una buena rebanada de aquellos panes redondos que estaban riquísimos con sobrasada y chocolate. El pan lo fabricaban en las panaderías que tenían su horno.

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No había ‘Prycas’, ¿no?

Compraba en la tienda de comestibles de Pedro Calvache en la misma calle y también en otras porque por lo menos, que yo recuerde, existían tres. Las tiendas de comestibles de los barrios no faltaban.

Merienda en compañía.

Siempre me la comía en la calle, era una rutina porque mi madre ya la tenía preparada, llegaba del colegio, cogía la merienda y a la calle a terminar rápido, jugar al fútbol en la plaza que teníamos nada más que salir de casa hasta que llegaba la hora de volver a cenar.

¿Su merienda favorita?

Pan con sobrasada y chocolate, un manjar. Mamá preparaba otras cosas, pero con frecuencia la sobrasada y chocolate muy bueno. Puesto a elegir el chocolate que era una onza para cada hermano y a comer.

¿Solo fútbol o algo más?

Los amigos empezaron a surgir de los propios vecinos y del colegio, pero mayormente vecinos que organizábamos los juegos que por entonces con aquellas edades disfrutábamos, al contra, al pillapilla, chinche monete, al nache y las canicas, y no olvido que los niños también jugábamos a la rayuela por las calles.

¿La tarea cuando la hacía?

La tarea siempre en casa de alguno de los compañeros del colegio y mi asignatura preferida las matemáticas, sobre todo las operaciones de quebrados. Los domingos el propio colegio organizaba la concentración de alumnos para asistir todos juntos a misa en la parroquia del Sagrario de la Catedral.

¿Le escribió a los Reyes Magos en su niñez?

Los tiempos han cambiado, pero antaño y en mi niñez no podía faltar la carta. La ilusión de pedir los regalos es especial para la familia y para los más pequeños, más.

No daba tormento en casa.

Es muy difícil decir si era bueno o malo pero lo que siempre tenía muy claro era no generar problemas a mis padres. Los propios vecinos sabían del comportamiento de cada niño en Almería.

¿Qué quería ser de mayor?

Nunca soñé con ser esto o lo otro, vivía siempre el día a día para no equivocarme de camino. De niño era difícil y complicado pensar o soñar que quería ser de mayor.

¿Coleccionaba algo?.

Juntaba estampas, dependía de las manías, y lo que estuviera de moda, siempre jugadores de fútbol, pero nunca terminaba alguna colección que empezaba.

Y del cine ¿qué?

Todos los domingos iba al gallinero al Hesperia y Cervantes, llenaba el bolsillo de pipas y garbanzos tostados y a disfrutar durante dos horas. Las películas que más me gustaban eran las del oeste, aventuras, históricas y de terror, fantasías, que más impresionaban, pero sobre todo las de terror.

¿Qué veía en la televisión?

En blanco y negro por supuesto, llegó a mi vida no tan niño cuando mis padres pudieron, mis programas favoritos eran los musicales. Los veíamos en familia.