De la ebanistería a la luthería

Huelva

David Rodríguez Gómez, conocido en el mundo del arte de la carpintería como Tato Rodríguez, atesora una trayectoria fascinante que le ha convertido en un reconocido luthier. Desde muy joven, Tato mostró una pasión innata por la madera y el diseño. Su verdadera vocación: la ebanistería. Tato Rodríguez empezó su formación en Valverde del Camino (Huelva) y continuó en Málaga, donde adquirió las habilidades necesarias para trabajar en diversos talleres especializados. Su carrera profesional despegó con la empresa Rumoga, un taller onubense donde perfeccionó su técnica durante dos años. Gracias a su talento, fue solicitado para intervenir en la restauración de puertas y ventanas de la emblemática Casa Colón de Huelva.

Con el tiempo, Tato estableció su propio taller en Aljaraque, donde trabajó durante una década antes de formarse como carpintero de ribera en los Talleres Sande. Su experiencia no solo se limitó a la construcción de ferrys; también ha intervenido en la reparación de barcos históricos como el Juan Sebastián Elcano. La Fundación Nao Victoria confió en sus habilidades para construir réplicas de embarcaciones históricas, incluyendo el Galeón Andalucía y la Nao Santa María.

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Tiempo después regresa a Huelva donde Tato Rodríguez abrió un nuevo taller en Gibraleón, centrado en la fabricación de muebles, suelos y puertas. Sin embargo, su vida dio un giro cuando conoce a Agustín Sánchez, un maestro carpintero y constructor de guitarras.

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Bajo su tutela, Tato aprendió el arte de la luthería y comenzó a crear guitarras artesanales utilizando maderas de primera calidad. A pesar de que su trayectoria como luthier es relativamente corta, las guitarras de Tato Rodríguez han ganado reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional. Artistas flamencos destacados han solicitado sus guitarras únicas, lo que demuestra que se ha ganado un lugar privilegiado el mundo de la lutheria.

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