Del gasto social récord a la Andalucía asfixiada
Tiene menos recursos para mantener la sanidad, la educación o los servicios sociales de los que le corresponden
La Columna de Andalucía Javier Alonso( 16/09/24)
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Sevilla
El sistema de financiación autonómico es injusto y perjudica a Andalucía, que tiene menos recursos para mantener la sanidad, la educación o los servicios sociales de los que le corresponden. Esta afirmación, que habrán escuchado muchas veces, la comparten todos los partidos políticos, los sindicatos, los empresarios y las principales instituciones y entidades andaluzas.
Pero aunque sea una realidad no puede convertirse en un cheque en blanco que justifique cualquier sobreactuación ni en una excusa cada vez que hay un problema de gestión.
Recordarán que hace apenas un año cuando se aprobaron los Presupuestos de 2024, el Gobierno de Juanma Moreno nos presentó una comunidad autónoma saneada, con un volumen de gasto social e inversiones de récord, con más recaudación e ingresos que nunca y sin problemas con la deuda o el déficit.
Ahora, a las puertas del nuevo presupuesto de 2025, hemos escuchado al Gobierno andaluz dibujarnos una comunidad asfixiada, con la Sanidad, la Educación o la dependencia al límite, preocupada por su endeudamiento y por el déficit y en la que será muy difícil aplicar nuevas bajadas de impuestos cómo se habían anunciado.
¿Qué ha cambiado en este año?
Cuando se plantea esta pregunta, el Gobierno de Juanma Moreno señala a Cataluña y pone sobre la mesa el agravio por la falta de financiación estatal a Andalucía
Pero el pacto de Cataluña es, de momento, sólo un papel, que legítimamente se puede rechazar y denunciar, pero que en ningún caso se ha llegado a convertir en medidas concretas.
Tampoco ha cambiado nada en el sistema de financiación autonómica. Es el mismo, con sus injusticias y sus carencias, desde el año 2009.
Por tanto, si la situación de asfixia no es tan grave, el Gobierno de Juanma Moreno debería tener precaución con las sobreactuaciones porque en política suelen conducir a incoherencias y contradicciones.
En cambio, si realmente hay una situación límite sobrevenida porque hay más necesidades de gasto o porque hay una previsión de caída de ingresos. No sirven las excusas, lo que hay que hacer es actuar de forma urgente:
Andalucía puede presionar para que el PP acepte en el Congreso la flexibilización del déficit del Gobierno central que daría un margen de 400 millones de euros el año próximo
Andalucía puede liderar una propuesta de todas las comunidades autónomas de quita de deuda que tendría un impacto en nuestro caso de casi 16.000 millones
Andalucía puede sentarse con el Gobierno central y firmar un acuerdo para lograr un fondo de nivelación de 1.500 millones de euros.
Andalucía puede revisar su política fiscal y buscar nuevas fuentes de ingresos. La tasa turística por ejemplo es una opción.
Todos recordamos cómo ante la crisis de Doñana o de la sequía, el Gobierno de Juanma Moreno demostró capacidad de diálogo y de buscar acuerdos. ¿Por qué ahora no?
La ciudadanía elige a sus gobiernos para que les resuelva sus problemas, no sólo para que los describan y señalen a un culpable. Esa estrategia sirve y moviliza en el corto plazo, pero a medio plazo puede generar desafección y desconfianza.