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El mayor golpe a las narcolanchas catalanas se salda con ocho detenidos en Málaga

La investigación ha permitido constatar que, por primera vez, una organización criminal especializada en tráfico de hachís y asentada en el sur de España, concretamente en Málaga, se habría coordinado con otra arraigada en Cataluña, en Manlleu (Barcelona), para organizar los desembarcos de droga en territorio catalán

Un desembarco de hachís en la costa catalana / MOSSOS

Un desembarco de hachís en la costa catalana

Málaga

La Agencia Tributaria y los Mossos de Esquadra, en una operación conjunta, han detenido a 40 personas e intervenido más de 18 toneladas de hachís en una operación contra la principal red de introducción de esta droga por vía marítima en Cataluña.

Según han informado este miércoles os responsables de este operativo, durante los nueve meses que duró la investigación, tutelada por el Juzgado de Instrucción número 4 de La Bisbal d'Empordà, el equipo conjunto detuvo a 40 personas, 26 de las cuales ingresaron en prisión.

Se les atribuyen delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, y se les han intervenido más de 18 toneladas y media de hachís valoradas en el mercado ilícito en 36 millones de euros, así como cinco armas de fuego.

La investigación permitió descubrir un entramado criminal con una fuerte capacidad para introducir hachís a través de las costas catalanas. El pasado 11 de junio se desplegó un operativo con más de 200 efectivos policiales y 14 entradas y registros en diferentes localidades de Cataluña, Málaga y Zaragoza. El balance fue de 36 detenidos y 80 kilogramos de hachís intervenidos. Los arrestados pasaron a disposición judicial el 13 de junio y el juez ordenó prisión para 22 de ellos.

Grupo Málaga

La investigación se inició en septiembre del año pasado, cuando los Mossos localizaron en Begur (Gerona) una furgoneta varada en la playa con casi tres toneladas de hachís valoradas en 5,3 millones de euros. A raíz de este incidente, fueron identificadas las personas que habrían participado en el desembarco y que ya estaban siendo investigadas por Vigilancia Aduanera, por lo que se formó un equipo conjunto.

Ante las pérdidas económicas por el abandono forzoso de la droga o la frustración policial de desembarcos, las organizaciones criminales incrementaron su actividad ilícita para recuperarse, aumentando los alijos. El entramado investigado no dudaba en modificar su forma de operar y las personas con las que trabajaba para aumenar su capacidad y beneficios. Se calcula que realizaban un desembarco cada dos semanas, con una media de tres toneladas por embarcación.

Las pesquisas constataron que, por primera vez, una organización especializada en tráfico de hachís asentada en Málaga se coordinó con otra arraigada en Manlleu (Barcelona) para llevar a cabo con éxito los desembarcos en Cataluña, aunque ambas también tenían capacidad para gestionar envíos de forma independiente.

El grupo de Málaga, formado por ocho personas, se desplazaba a Cataluña para encargarse de la recepción de la droga en las calas y su distribución en Europa. Contaron con la ayuda e infraestructura del grupo de Manlleu, formado por más de 24 personas, que buscaba y controlaba los puntos de desembarco, avisaba de las ubicaciones exactas, preparaba la logística y ayudaba en parte de la distribución.

 
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