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Sociedad

El C.P. ‘Maestros Arroquia – Martínez’ de Jódar rinde memoria y recuerdo por los fallecidos en el accidente de tráfico del 8 de junio de 1974 en su 50 Aniversario

El acto central ha contado con la presencia de algunas de las supervivientes, aún conmocionadas y emocionadas

El C.P. ‘Maestros Arroquia – Martínez’ de Jódar rinde memoria y recuerdo por los fallecidos en el accidente de tráfico del 8 de junio de 1974 en su 50 Aniversario

El C.P. ‘Maestros Arroquia – Martínez’ de Jódar rinde memoria y recuerdo por los fallecidos en el accidente de tráfico del 8 de junio de 1974 en su 50 Aniversario

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Jódar

Este miércoles, esta mañana, el C.P. ‘Maestros Arroquia – Martínez’ ha celebrado los actos conmemorativos en memoria por los fallecidos en el accidente de tráfico, 50 aniversario 1974 – 2024, el 8 de junio de ese año.

El acto central ha tenido lugar en el Salón de Actos del centro con masiva presencia, además del alumnado de 5 º y 6 º, representación del Ayuntamiento de Jódar, encabezada por la alcaldesa Juana Cazorla y el primer teniente de alcalde, Juan Ruiz, y otros miembros del equipo de gobierno, representación de todos los centros escolares de la ciudad, y supervivientes del trágico accidente.

La presentación ha corrido a cargo del director, Francisco Ortiz, que en su intervención que recordaba que se trataba de un acto, “… Esto es un humilde acto escolar, si lo queremos plantear nosotros, porque no es un acto de celebración, no hay nada que celebrar, evidentemente, es un acto de recuerdo, de memoria, de honrar a las víctimas de lo que ocurrió el 8 de junio de 1974… Este colegio toma su nombre con los apellidos de los dos maestros fallecidos en ese día, José María Arroquia y Catalina Martínez…”.

Momento de la presentación del acto por el director Francisco Ortiz

Momento de la presentación del acto por el director Francisco Ortiz / Antonio Plaza

Tras esas primeras palabras, procedía a la presentación del cronista oficial de la ciudad, Ildefonso Alcalá, que ha impartido una conferencia sobre las publicaciones e investigaciones propias del accidente en aquellas fechas, a pesar de haber tenido acceso al sumario de la justicia, conocía detalles del mismo, que no desvelaba al permanecer el secreto de sumario.

A continuación, el director también presentaba al autor del cuadro conmemorativo, Antonio Martínez ‘Al-Rhamiz’, que ha adelantado el contenido y descripción del cuadro, “… Yo pensé tiene que ser algo alegre, tiene que ser algo que los niños de este centro todos los días van a estar viendo ese cuadro, y los que venís a trabajar, cuando paséis por delante, el cuadro tiene que ser algo que te recuerde ese día, pero no de una manera triste… La imagen central es el colegio. El colegio me gusta como está por los colores, esos colores de tolerancia, solidaridad, igualdad de género… Lo primero que te llama la atención, cuando entras por el centro, es la alegría, el colorido que tiene. Esa es la imagen que yo quería que quedará reflejada, con sus colores y sus significados… Luego sobrevolando está la clásica paloma de la paz, pero la paloma tiene su historia y su simbología… Es un mensaje de Paz pero también de Amor. Yo siempre he dicho que la paloma representa la libertad… Y esa paloma no solo está ahí, con la ramita de olivo, a parte de la Paz representa Esperanza y, sobre todo, en este caso, la Paz de esas personas que ese día perdieron la vida y dejaron de estar con nosotros… El centro del cuadro, no podía ser de otra manera, un libro. El libro es la imagen, el símbolo de la institución educativa, ahí están todas las áreas del conocimiento, todo el saber. Un libro abierto, no son solo palabras, son ideas, pensamientos, emoción… Cada día de nuestra existencia escribimos una página, páginas de amor, de alegría, de tristezas, de triunfos, de fracasos… Estas personas, había cuatro mayores de edad, pero había tres niñas, apenas habían empezado a escribir las páginas en ese libro de la vida… Del libro ascienden siete estrellas, por los siete fallecidos (de Jódar), que yo me he permitido poner, dentro de cada estrellita, la inicial de su nombre… Están ascendiendo, la estrella representa la luz en la oscuridad, es la esperanza, porque la luz siempre está al final del camino… Siete estrellas de forma ascendente, porque han dejado de estar con nosotros, para subir, para seguir brillando allá donde estén, y sigan brillando después de 50 años…”.

Presentación del cuadro conmemorativo por su autor &#039;Al-Rhamiz&#039;

Presentación del cuadro conmemorativo por su autor 'Al-Rhamiz' / Antonio Plaza

Al terminar las presentaciones, se procedió a una foto de familia con algunas de las supervivientes del accidente, incluso una de ellas, Lucia Herrera, entregaba recortes de artículos de prensa, objetos y prendas de su hermana, donados para el Museo de Jódar.

Momento de la interpretación de unas marchas por la A.M. &#039;Arroquia Martínez&#039;

Momento de la interpretación de unas marchas por la A.M. 'Arroquia Martínez' / Antonio Plaza

Ya en el patio del colegio, ya con todo el alumnado, se ha procedido a la interpretación de tres marchas a cargo de la Agrupación Musical ‘Arroquia-Martínez’, ‘5 Llagas’, ‘Silencio’ y ‘¡Oh Pecador!’.

Momento del descubrimiento del cuadro conmemorativo

Momento del descubrimiento del cuadro conmemorativo / Antonio Plaza

Descubrimiento del cuadro-homenaje conmemorativo, realizado por Antonio Martínez Ramírez (Al-Rhamiz).

EL acto se ha completado con la Ofrenda Floral por todos/as los/as alumnos/as del centro.

Momento de la ofrenda floral por los alumnos/as del centro

Momento de la ofrenda floral por los alumnos/as del centro / Antonio Plaza

Previamente, el pasado sábado, 8 de junio, en la Iglesia de la Asunción tenía lugar una Santa Misa en recuerdo de los fallecidos.

“… Vuestro recuerdo encamina nuestro trabajo…”.

Texto íntegro de la conferencia de Ildefonso Alcalá Moreno

En el 50 aniversario

EL TRÁGICO ACCIDENTE ESCOLAR DE JÓDAR DEL AÑO 1974. Un suceso que conmocionó a España.

En primer lugar, agradecer al director del colegio ‘Arroquia-Martínez’ el que me haya invitado para estar hoy con vosotros para conmemorar el 50 aniversario del trágico suceso, que da nombre a este colegio, en un acto que sirva para recordar a quienes fallecieron, y también para valorar la pérdida de maestros, trabajadores y alumnos en acto de servicio. Cuando se creó este centro de enseñanza, seguía llamándose Colegio “General Fresneda”, con la división de ambos centros, surgió del entonces concejal don Sebastián Góngora, el que se llamase ‘Maestros Arroquia-Martínez’ en homenaje a estos docentes, siendo su primer director el desaparecido don Francisco Moreno Latorre. También dos de las víctimas tienen dedicadas calles en la ciudad: Andrés Vargas y Pedro Mesa.

Para los jóvenes este suceso, que conmovió a toda España, es algo lejano, y quizás muchos de vosotros lo ignoran. En sentido de esta conferencia es recordarlo para las nuevas generaciones. La consulta del famoso ejemplar de la revista parroquial ‘Galduria’ nº 48 de la segunda quincena de junio de 1974, es fuente fundamental para este suceso, sin duda hubiese merecido en su época a su director don Manuel Agudo Gimena, una distinción periodística por la calidad y precisión de su edición.

Sábado, 8 de junio de 1974. Un autobús, matrícula de Jaén, J-45.096, de la empresa ‘Gámez’ de Jódar, se llena a primeras horas de la mañana, con la alegría de un nutrido grupo de 46 jóvenes, en su mayoría mujeres, que formaban parte del equipo de baloncesto del colegio ‘General Fresneda’, iban a disputar dos partidos clasificatorios en la ciudad de Baeza, las acompañaban dos profesores, un monitor deportivo, y el chófer de la empresa. Entre esa alegría, una gran pancarta que decía: “XODARI SE COME A TODOS. Y al lado había pintado Angelita Cascales una calavera con los huesos cruzados, como esas banderas de piratas que se ven en las películas”.

En Baeza el resultado de los partidos de baloncesto fue: “el primero con las chicas de Beas de Segura, que lo ganamos, y el segundo con las alumnas del colegio de las Carmelitas de Úbeda, que lo perdimos por tres puntos de diferencia”. Después una merienda, visita a la iglesia de San Pablo a rezar, y de nuevo al autobús. En el momento del accidente cantaban:

«Queremos ir a noventa

queremos ir a noventa

queremos ir a noventa

y si es posible a cien ...».

En ese momento se produce el trágico accidente, una colisión con un camión de materiales de construcción, eran las 13.45 horas de la tarde. El balance: nueve muertos, once heridos graves y nueve de carácter leve.

Era el kilómetro 2/800 de la carretera N-321, de Úbeda a Málaga, término de Úbeda, chocó frontalmente en un tramo de curva visible el autobús, con un camión, matrícula de Badajoz, que iba cargado con materiales de construcción.

A las 2,20 llegó la noticia a la centralita de Jódar, comentaban las operadoras Amparo Rodríguez Molina y Dolores del Jesús Molina, siendo desde entonces miles las llamadas, hasta desde el periódico “Pueblo” se propuso el concederle a Dolores, la “Medalla al Trabajo”, por sus impagables servicios en esos dos días. Finalmente, el encargado de los centros de servicios de la compañía Telefónica, Julián Jara, entregó un premio de 5.000 pesetas a Dolores del Jesús Molina, las cuales repartió entre sus hermanas Amparo y María.

LISTA DE FALLECIDOS

Los fallecidos son los siguientes: Blas González Quesada, de 42 años, y Juan Bustos Fernández, de 63, conductor y usuario, respectivamente, del camión, ambos vecinos de Begíjar; Andrés Vargas López, de 46 años, conductor del autocar, y los usuarios de dicho vehículo Pedro Mesa Gómez, de 18 años; Enriqueta González Sánchez, de 14; el maestro José María Arroquia Fernández, de 52; la maestra Catalina Martínez Blanco, de 36; Aurora Solozábal Herrera, de 13, y María Isabel Arroquia Gómez, de 14, todos ellos vecinos de Jódar.

LOS HERIDOS GRAVES

Los heridos graves son los siguientes: Lucía Herrera López, de 11 años; María Dolores Herrera Ramírez, de 13; Matilde Loríte García, de 13; María del Carmen Alonso Ródenas, de 14; Paula Vargas Pozas, de 14; Rafaela del Jesús Molina, de 13; Paula Gámez Melero, de 13; Patrocinio Montávez León, de 12; María Luisa del Río Fernández, de 13; María Herrera López, de 13. Además, resultaron con heridas leves nueve personas más.

Los heridos graves quedaron ingresados en el Hospital de Santiago de Úbeda, y en la Clínica de la 'Virgen de Guadalupe', de dicha ciudad. Dos de las chicas heridas fueron trasladadas urgentemente a Madrid para ser internadas en el centro sanitario 'La Paz', dado que sus lesiones requerían una atención especial.

EL GOBIERNO CIVIL DISPUSO LOS AUXILIOS SANITARIOS

Al tenerse noticias del accidente, desde el Gobierno Civil, fueron organizados equipos sanitarios que se enviaron, con toda rapidez y urgencia, al lugar del suceso. Concretamente se enviaron: dos ambulancias de la Jefatura Provincial de Sanidad, con dos practicantes, y otras dos ambulancias de la Residencia Sanitaria 'Capitán Cortés', de la Seguridad Social, que, además, desplazó a un equipo transfusor y plasma sanguíneo.

Decían las crónicas que: “...Es de destacar que todos los médicos de Úbeda se ofrecieron a prestar servicio en el Hospital y, asimismo, los alumnos de la Academia de la Guardia Civil, que se presentaron como donantes de sangre...”.

La Guardia Civil de Tráfico, al mando del capitán del subsector, se personó en el lugar del accidente, así como el juez de 1ª Instancia e Instrucción, de Úbeda, el primer teniente de Alcalde en funciones de Alcalde y el Alcalde de Jódar.

El secretario general del Gobierno Civil en funciones de gobernador civil accidental, don Vicente Merino Soriano, tan pronto tuvo conocimiento del accidente, dispuso los auxilios sanitarios antes mencionados y, seguidamente, se trasladó a Úbeda; acompañado del jefe provincial de Tráfico, don Hipólito Marín Matut, visitando a los heridos en los centros sanitarios y dando el pésame a los familiares de las víctimas.

TRASLADO DE LOS CADAVERES

Alrededor de las seis de la tarde, fueron trasladados los cadáveres a las localidades de Jódar y Begíjar. Por las autoridades se dispuso el traslado de siete muertos a Jódar y dos a Begíjar, acompañando a los furgones diversas representaciones en numerosísimos coches y produciéndose escenas de profundo dolor, tanto en el momento de iniciarse dicho traslado como en la llegada a las distintas localidades. En ambas caravanas formaban varios centenares de vehículos dentro de un ambiente impresionante.

El corresponsal del diario ‘Jaén’ Constancio Cortés García, escribía: “Ha asistido con profunda emoción al trágico accidente ocurrido esta tarde cerca de la ciudad. Desde que se tuvo conocimiento del suceso puede decirse que millares de personas se interesaron vivamente por el estado de los que viajaban en los vehículos que protagonizaron el accidente.

Al conocerse el accidente, el alcalde accidental, don Rafael Fuentes, acompañado de don Antonio Cuenca y de don Antonio Vico, se personaron en el lugar del suceso para interesarse por las víctimas. Asimismo, se personó el delegado en funciones de la Organización Sindical Provincial, don José Enrique Moreno Pasquau, que, de una manera especial se interesó por los conductores falle­cidos en este accidente.

Como es sabido, numerosas autoridades provinciales se encontraban ayer en Torremolinos asistiendo a las Jornadas Técnicas de Planificación de Andalucía y Badajoz. A últimas horas de la tarde, fueron llegando diversas autoridades y personalidades. El gobernador civil de la provincia, don Pascual Calderón Ostos, llegó directamente, desde Málaga, acompañándole el alcalde de Jaén, don Antonio Herrera García, y posteriormente el alcalde de Úbeda, don Manuel Fernández Peña. El gobernador civil y demás personalidades visitaron a los heridos en el Hospital de Santiago y en la Clínica de Nuestra Señora de Guadalupe, y tuvieron palabras de consuelo para todos los heridos y familiares.

El obispo de la diócesis, doctor don Miguel Peinado Peinado, que se encontraba en visita a Peal de Becerro, se trasladó rápidamente a Úbeda, coincidiendo allí con el gobernador civil y demás personalidades, visitando igualmente a los heridos. El alcalde de la ciudad de Úbeda dispuso todo lo necesario para que fueran debidamente atendidos, durante la noche, los familiares de los heridos”.

HONDA EMOCION EN JODAR. CAPILLA ARDIENTE EN LA PARROQUIA

El corresponsal de dicho diario en Jódar, Juan José Soriano López, escribía: “...La muerte de siete personas de este pueblo, en el trágico accidente ocurrido cerca de Úbeda, donde perdieron la vida nueve personas en total, ha producido honda impresión entre todos los galdurienses. Al tenerse conocimiento de las primeras noticias, todos los vehículos existentes en la localidad se pusieron en marcha hacia Úbeda con la natural alarma en todos los expedicionarios.

Luego, al conocerse el trágico resultado, el pueblo entero se lanzó a la calle, expresando sus sentimientos. La emoción se hizo inenarrable cuando llegaron, en siete furgones, los siete cadáveres. Venían desde Úbeda, al frente de la trágica embajada, el alcalde, don José María Serrano Mejías; el cura párroco, don Manuel Agudo Gimena, y el comandante de puesto de la Guardia Civil, don Alfonso Cuadros Jiménez, y otras personalidades.

Los siete cadáveres fueron trasladados directamente a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, donde fue instalada la capilla ardiente, siendo incesante el desfile de personas ante los féretros. El obispo de la diócesis doctor don Miguel Peinado Peinado, llegó, procedente de Peal de Becerro, y se dirigió, directamente, a la parroquia. Oró durante unos momentos ante los cadáveres y luego rezó un responso pronunciando unas emocionadas palabras de consuelo a los familiares y al pueblo de Jódar. Más tarde, el cura párroco, don Manuel Agudo Gimena, ofició una misa y pronunció una sentida homilía para pedir a Dios por las almas de los fallecidos.

Hacia la medianoche, llegó, procedente de Úbeda, el gobernador civil de la provincia, don Pascual Calderón Ostos. Le acompañaba el alcalde de Jaén, don Antonio Herrera García. Posteriormente llegaría el alcalde de Úbeda, don Manuel Fernández Peña.

El señor Calderón Ostos y demás personalidades que le acompañaban fue recibido por el alcalde, cura párroco y demás autoridades. El gobernador civil se dirigió al templo parroquial orando unos momentos ante los cadáveres y expresando su emocionado pésame a los familiares de los fallecidos. Posteriormente el gobernador civil regresó a la capital, acompañado del señor Herrera García”.

El corresponsal seguía informando que: “... Desde los primeros momentos, por parte del Gobierno Civil de la provincia, se tuvo informado al Ministerio de la Gobernación del trágico accidente. El subsecretario del Ministerio, ilustre giennense, don León Herrera y Esteban, envió un telegrama expresando su pésame y el sentimiento del Ministerio por la catástrofe...”.

El accidente causó igual consternación en Begíjar y en la ciudad de Baeza.

FUNERALES

A las doce y media de la mañana del día 9 de junio, en la iglesia parroquial de la Asunción, se celebraron los solemnes funerales por los fallecidos. La misa fue oficiada por el obispo de la diócesis, doctor don Miguel Peinado Peinado, concelebrando con el párroco y otros sacerdotes. En nombre y representación del vicepresidente primero del Gobierno y ministro de la Gobernación asistió el gobernador civil de la provincia, don Pascual Calderón Ostos, y se unieron todas las autoridades provinciales y diversas representaciones.

Qué mejor que recoger la crónica que escribió Juan José Soriano sobre estos hechos: “El sábado y domingo, 8 y 9 de junio, pasarán a la historia como los días más tristes de la vida galduriense, como consecuencia del trágico accidente de circulación del que ya dimos cuenta en el que perdieron la vida tres personas mayores y cuatro niños. Jódar ha vivido los días de mayor dolor colectivo que ha conocido desde las siete de la tarde del sábado, en que llegaron a esta ciudad los féretros y se instaló la capilla ardiente en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que se vio totalmente repleta de público, hasta la una y media del domingo, hora en que se inició el entierro de las víctimas. Durante toda la noche se realizó de hora en hora el rezo del santo rosario y, a las diez del domingo, se celebró la primera misa. A las doce y media el funeral de «corpore insepulto», oficiado por el obispo de la diócesis, doctor don Miguel Peinado Peinado, concelebrando los párrocos de Jódar, don Manuel Agudo Gimena, don Juan Maldonado Hervás, Padre Lorenzo Ortiz, S. J., el director de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Úbeda, don Manuel Segura S. J.; el padre de la SAFA, don Fernando Morales, S. J.; párroco de San Pablo, de Baeza, don Vicente Moreno; de Torres, don Antonio Balboa, y de Huesa, don Manuel Andreu. Ayudó a los celebrantes el párroco de Larva, don Joaquín Tuñón”.

Presidieron el funeral con los familiares de las víctimas, los gobernadores civil y militar, don Pascual Calderón Ostos y don Enrique León Gallo; alcalde de Jódar don José María Serrano Mejías; presidente de la Diputación, presidente de la Audiencia, alcalde de Jaén, delegados provinciales de los Ministerios de Hacienda, Industria, Obras Públicas, Agricultura, Educación y Ciencia, inspector jefe de E.G.B., sindicatos, representado por don Enrique Moreno Pasquau; subjefe provincial del Movimiento, teniente coronel de la Guardia Civil, don José Sansón Merino, y capitán ayudante; capitán de la Guardia Civil de la Comandancia, don Francisco Rueda Ruiz; delegada provincial de la Sección Femenina y un nutrido grupo de mandos de la misma; delegado provincial de la Juventud y mandos provinciales de la Juventud; delegado provincial de Educación Física y Deportes, y miembros de dicho organismo; juez de instrucción de Úbeda; comisario jefe provincial del Cuerpo General de Policía, de Jaén; director provincial del Instituto Nacional de Previsión, Alcalde de Úbeda y Corporación Municipal en pleno; delegado comarcal de Sindicatos de Úbeda, alcaldes de Andújar, Baeza, Mancha Real, Bedmar, Bélmez de la Moraleda y Larva, acompañados de miembros de sus Corporaciones en pleno; autoridades locales de Jódar, Ayuntamiento, Movimiento, Sindicatos, Guardia Civil, directores de Agrupaciones escolares, de Jódar y de otras poblaciones, así como innumerables maestros de Jódar llegados a este acto y otras personalidades. Dice la crónica que “la emoción de estos actos fue indescriptible por la tristeza que a todos embargaba”.

El corresponsal Soriano seguía diciendo: “Terminada la ceremonia religiosa, se inició el traslado de los féretros, abriendo paso la cruz parroquial, a la que seguía el obispo revestido de pontifical y los sacerdotes concelebrantes y asistentes al funeral y de los gobernadores civil y militar, alcalde de Jódar y demás autoridades. A continuación, seguían los féretros a hombros de familiares acompañados de sus deudos, produciéndose escenas estremecedoras de dolor. En la calle de Juan Martín, a la altura del número 22, se detuvo el cortejo que abría la cruz parroquial seguida del obispo, donde se rezó un responso y se despidió el duelo oficial. Las autoridades acompañaron al prelado a la parroquia y los féretros continuaron hacia el Campo Santo, acompañados de familiares y amigos, donde se renovaron las escenas de dolor asistiendo más de diez mil personas, que recorrieron a pie el camino que separa la localidad del cementerio en una distancia de dos kilómetros. Que Dios no quiera deparar escenas tan tristes y dolorosas como las de los días 8 y 9 de junio para esta localidad, que serán imposibles de olvidar para los que las hemos presenciado”.

TRISTE ANECDOTARIO

Son numerosos los hechos curiosos que se pueden relatar por su humanidad y que han acaecido durante estos días. Los corresponsales hablan que: desde que se conoció la primera noticia, el parque de automóvil particular, que no es pequeño, fue insuficiente con los coches del servicio público para recorrer los 24 kilómetros que nos separaban de la vecina localidad de Úbeda, para adquirir informes, realizar ofrecimientos de sangre, recoger los heridos que autorizaban desplazarse a sus domicilios, y llevar a los familiares para visitar sus víctimas. Ha de destacarse, por haberlo presenciado, la solidaridad de los ubetenses en esta tragedia, pues fueron innumerables los ofrecimientos de sangre que realizaron, y las personas que estuvieron en espera de poder prestar alguna ayuda, así como los guardias jóvenes de la Academia de la Guardia Civil, que estuvieron esperando dispuestos a hacer sus donaciones de sangre.

Cuando se inició el traslado de los féretros a Jódar, vista desde las cuestas de Úbeda, impresionaba la caravana que cubría una distancia superior a los tres kilómetros.

Hubo coches que en menos de tres horas hicieron hasta cinco veces el recorrido de Úbeda-Jódar y viceversa, trasladando familiares o heridos. El Magisterio ha vivido los días de dolor más grandes de su vida por la pérdida de dos compañeros entrañables, por sus virtudes y honradez profesional, y porque, además, se daba la circunstancia que no eran precisamente los que debían de acompañar a los niños, sino otros que, por motivos profesionales, hubieron de cambiar con los fallecidos.

También las heridas contaban que algunos coches que pasaron inmediatamente después del accidente, no prestaron los debidos auxilios “para no manchar las tapicerías de sangre”. Igualmente se vivió el sensacionalismo de algunos periódicos al dar la noticia y recoger los testimonios.

En definitiva, un suceso que marcó desde entonces a las familias y ciudadanos, hasta el punto de que, desde los centros de enseñanza, se tuvo que informar a la delegación provincial de que desde entonces los padres eran reacios a que sus hijos participasen en actividades extraescolares.

Han pasado 50 años, y Jódar y las nuevas generaciones deben de seguir recordando el sacrificio de estos maestros, alumnos, y profesionales en aras de la cultura y el deporte, en un Jódar que nacía a este tipo de actividades y al conocimiento del medio. Descansen en paz estos vecinos nuestros. Muchas gracias.

ANEXO DOCUMENTAL

El día 10 de junio el alcalde de Úbeda, Manuel Fernández Peña, lanzó un bando a la ciudadanía: “¡Ubetenses! Ante el luctuoso y trágico accidente ocurrido el pasado sábado, día 8, en la carretera de Baeza a Úbeda, que ha llenado de inmenso e inconsolable dolor a tantas familias de los pueblos de Jódar y Begíjar, especialmente del primero por el mayor número de víctimas, desgracia cuya magnitud ha afectado y conmovido intensamente a nuestra ciudad, que, por su proximidad al lugar del suceso, hubo de acoger a los muertos y curar a los heridos, esta Alcaldía desea reconocer públicamente no sólo los profundos y nobles sentimientos de que han dado palpables muestras todos los ubetenses, sino también expresarles su más cordial y honda gratitud por la unánime y excepcional solidaridad humana y cristiana que han tenido para con los heridos y las familias de las víctimas.

Esta mi gratitud como alcalde y como representante de nuestro gobernador civil, la hago más significativa, en primer lugar, a todos los señor es médicos, auxiliares, técnico-sanitarios y personal de Sanidad en general de Úbeda, y al de toda clase y condición de los dos centros donde fueron llevados los heridos -Hospital de Santiago y Sanatorio de Nuestra Señora de Guadalupe-, autoridades y a cuantas personas ofrecieron su sangre para las necesarias transfusiones -Academia de la Guardia Civil, jóvenes ubetenses, etc.-, por la abnegación, rapidez, eficacia y amor al prójimo con que actuaron desde el primer momento para salvar las vidas de nuestros hermanos, dando con ello un alto ejemplo de profesionalidad médico-sanitaria y de humanidad, que los honra en sumo grado y repercute en honor de Úbeda.

La desgracia acaecida, cuya tristeza se ha acentuado más íntima y angustiosamente por la presencia tan acusada de adolescentes y niñas entre los muertos y heridos, Úbeda la ha hecho suya por su hermandad con la villa de Jódar, que, por su cercanía y relaciones con nosotros, es como una prolongación de la ciudad ubetense y que con ella pide al Altísimo el descanso para los que han perdido sus vidas y la curación total para los que hoy sufren el dolor en su cuerpo y en su espíritu. A todos vosotros, ubetenses, gracias”.

El 14 de junio el Alcalde de Jódar, José María Serrano Megías, lanza un bando: “Jódar ha vivido unas trágicas y angustiadas jornadas de dolor. El luctuoso accidente que segó la vida de unos profesionales honestísimos, de un adolescente entusiasta y generoso, y de unas niñas que, por su inocencia, aún hicieron la muerte más odiosa, además de herir gravemente a otras muchas, constituyó un brutal zarpazo en mitad del alma de nuestro pueblo. Pero no nos vimos solos en tan duro trance, sino que estuvimos rodeados de conmovedoras pruebas de solidaridad general. Y ahora, cuando el dolor ya no es grito, sino llanto más sereno, esta Alcaldía siente el deber de expresar, en nombre de todos los galdurienses y en especial de las familias más dolidas, un largo testimonio de gratitudes.

Gratitud, primero, hacia el Gobierno de la nación, cuyos ministros de la Gobernación y de Educación y Ciencia quisieron hacerse representar en el sepelio de las víctimas; y cuyos subsecretarios de Gobernación y Trabajo, además del vicesecretario general del Movimiento, enviaron emocionados telegramas de pesar. Gratitud igualmente profunda a nuestro gobernador civil y al señor obispo de la diócesis, que relegando obligaciones apremiantes, no sólo se apresuraron a desplazarse para testimoniar su condolencia a los familiares de los fallecidos y a las autoridades locales, y a visitar y consolar a los heridos, sino que al día siguiente presidieron el funeral y sepelio de aquéllos. Gratitud, también, a las demás autoridades y jerarquías provinciales que, sin excepción, vinieron a acompañarnos en tan tristes momentos; y a los incontables alcaldes, sacerdotes y personas ele otros pueblos que nos dieron el calor de su presencia. Son tan numerosos, y de tan variados y distintos puntos, los telegramas, las llamadas telefónicas y las cartas recibidas, que nuestra aflicción (puede afirmarse sin exageraciones y para consuelo nuestro) se ha convertido en duelo nacional.

Mención especialísima merece la ciudad de Úbeda, la más próxima al lugar del accidente, que de modo unánime, encabezada por su ilustre alcalde, se volcó materialmente, con todos sus hombres, todos sus médicos y demás personal sanitario, sus sacerdotes, sus jueces y los alumnos -beneméritos ya por generosa disposición- de la Academia de la Guardia Civil, en acoger a los muertos, en asistir a los heridos y en consolar fraternalmente a los familiares de unos y otros. Dicha ciudad, prócer por tantos títulos, ha unido uno más y nobilísimo, el de la caridad cristiana, a su bien nutrido acervo colectivo. Los galdurienses la sentimos, ahora más que nunca, cabeza y hermana. Jódar, anonadada por el dolor, pero también por el agradecimiento, sólo puede decir de lo más hondo: GRACIAS A TODOS.”

La directora del Colegio Nacional “General Fresneda” doña Filomena García Vílchez, escribió unas palabras en la revista ‘Galduria’ que decían. “Con lágrimas en los ojos y el corazón deshecho de dolor, me dirijo a vosotros, mis queridos maestros y niños, ¡y cómo no!, a todos los lectores ele Galduria, puesto que don Manuel me ha brindado la oportunidad de poder hacerlo.

Me dirijo a vosotros, repito, para deciros sencillamente que sois estupendos. Así, como suena. En las penas y contrariedades es donde verdaderamente se manifiesta el amor, y Dios ha querido enviarnos esta prueba, en la que hemos tenido ocasión de comprobar cómo nos queremos y nos ayudamos. Sería interminable narrar la cantidad de detalles y sacrificios que todos habéis hecho mutuamente, han sido muchas lecciones y muy provechosas las que hemos recibido. ¡Cuándo se nos va a olvidar aquella jornada del 8 de junio, que todos soñábamos con triunfos y alegría para nuestro Colegio y se trocó en luto y dolor! Recuerdo ahora, con insistencia, mi último contacto con cada una de nuestras niñas y maestros desaparecidos, con alguno de ellos muy pocas horas antes de morir.

Aquel “hasta la vuelta” que me dijo doña Catalina, sin sospechar, que ésta no llegaría.

Pepe Arroquia (como familiarmente le llamábamos), me comentaba la contrariedad que tenían por no haber hecho su hijo la primera comunión con todos los niños, al tener que ausentarse su señora por razones familiares.

María Isabel, en estas circunstancias, tuvo que alternar la escuela con sus obligaciones de ama de casa, y me dijo un día el menú que puso y la forma de hacerlo.

Con Aurora, aquella rubilla inquieta y vivaracha, charlé con motivo de las solicitudes de beca, pues todos conocéis que era huérfana de padre.

A Enriqueta, cuando le pregunté por qué tenía algunas faltas a clase, me las justificó diciendo que era la mayor de los hermanos y su madre la dejaba al cuidado de ellos.

De todos, tanto vosotros corno yo, guardamos muchos y muy buenos recuerdos y el buen ejemplo que en todo momento supieron darnos lo tendremos como lema en nueva vida. Además, conservaremos con cariño la última lección que quedó escrita en la pizarra de la escuela de don José y la estampa de la Virgen que presidía la mesa de doña Catalina y que su madre generosamente nos ha dejado.

Sírvanos de consuelo en estos momentos, saber que las niñas que sufren heridas en sus cuerpos van mejorando, y que todos los niños y maestros de España lloran y rezan con nosotros, como decían muchos de ellos en las innumerables muestras de pesar que hemos recibido. Y termino transcribiendo las últimas frases de plegaria que contiene la estampa a que aludo anteriormente, por creer que se hizo realidad en los que murieron, y deseando sea un acicate para nuestras vidas. ¡¡ten valor y pelea con brío que el premio es eterno ... !!”.

El 16 de junio, se daba la noticia del estado de las heridas: “Franca mejoría en todas ellas y ninguna con peligro mortal, gracias a Dios. Fracturas de toda índole y que llevan consigo el cuidado constante, y bastante tiempo para su total curación. De las de Madrid ya informamos en página distinta. Hoy quedan en el Hospital de Santiago de Úbeda: María Luisa del Río Fernández, María Dolores Herrera Ramírez, Lucía Herrera López y Patrocinio Montávez León; también queda en la Clínica de Nuestra Señora de Guadalupe de esta ciudad vecina, María Torres Valenzuela. Fueron trasladadas a nuestra ciudad y mejoran en sus domicilios: Paula Vargas Pozas, Paula Gámez Melero, Francisca Hidalgo Jiménez, Rosa María González Beltrán, Francisca Gómez Herrera, María Herrera López, Adoración Mengíbar de la Torre y Rafaela del Jesús Molina. Todas ellas con diversas heridas y fracturas, como hemos dicho. Las demás chicas heridas y que no revestían canta gravedad hacen vida normal desde hace unos días, aunque aún se les note externamente alguna manifestación del accidente del día ocho”.

También el párroco de la Asunción, fue entrevistado para diario “Jaén”: “Al filo de la madrugada, hablábamos por teléfono con el párroco de la Asunción, de Jódar. El buen sacerdote lloraba de emoción al otro lado del hilo telefónico. Don Manuel Agudo Gimena había oficiado la misa ante los cadáveres y rezado varios responsos. Se sentía, como siempre, padre de la comunidad religiosa que preside.

- ¿Qué pasa, don Manuel?

- Esto ha sido terrible. Todo el pueblo está en la parroquia. Llorando y rezando. Ha sido un duro golpe. No se puede describir todo lo que hemos vivido en estas últimas horas.

- Díganos usted su palabra para ahora mismo.

- Lo que he dicho en la homilía de la misa. No, no es una palabra lo que yo puedo decir ahora. Cabe el silencio ante los muertos. La oración callada. Y, aunque no lo entendamos ahora mismo, cabe la conformidad. Cabe el «hágase tu voluntad» del Padrenuestro que rezamos muchas veces con rutina y sin darnos cuenta.

- ¿Cómo ha respondido la población?

- Está respondiendo como hay que hacerlo en una desgracia como ésta. El pueblo siente el dolor en su propia carne.

- ¿Y qué le ha dicho usted a los feligreses?

- Unas palabras de consuelo. Hay que vivir. Vivir como tienen que hacerlo los cristianos. Con fe y con esperanza. Dios ha querido probarnos y se ha llevado a siete de los nuestros. Esto ocurre todos los días fuera de nuestros ambientes. Y debemos meditar sobre lo que es el mundo, la carretera, esta hora que vivimos de prisas. Le he pedido al pueblo que la oración se eleve al cielo en sufragio de las almas de los fallecidos”.

Según las crónicas, de distintos medios de comunicación, de esas fechas, “… Junio de 1974 fue uno de los meses más trágicos y tristes de la historia local, el 8 de junio un trágico accidente de autobús ponía fin a varios galdurienses:

- Andrés Vargas López de 46 años, el conductor del autobús,

- Maestro José María Arroquia Fernández de 52 años,

- Maestra Catalina Martínez Blanco de 36 años,

- Pedro Mesa Gómez de 18 años, monitor de baloncesto,

- Enriqueta González Sánchez de 14 años, alumna

- Aurora Solozábal Herrera de 13 años, alumna, y

- María Isabel Arroquia Gómez de 14 años, alumna.

Así como el conductor y acompañante del camión de Begíjar estrellado al autobús.

Además de los nueve muertos, hubo once heridos graves y nueve de carácter leve, los alumnos y profesores habían viajado a Baeza a unas competiciones deportivas.

El accidente puso a Jódar en las noticias nacionales y llegaron muestras de dolor de toda España de pesar, siendo su funeral todo un acontecimiento en la ciudad, asistiendo personalidades de la vida pública y educativa, así como el Obispo.

La procesión del Corpus no se celebró ese año por el tema del accidente, siendo junio un mes relativamente frio...”.

 
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