Los detalles almerienses del vestuario del Athletic de Bilbao

El pasado domingo, Iker Muniain jugaba su último partido como capitán del Athletic Club en esa Catedral del fútbol que es San Mamés. Tras entregar su brazalete en el minuto 63 tras haberle hecho un gol al Sevilla, el navarro se despedía del terreno de juego y terminaba su participación en el estadio bilbaíno en su lugar predilecto: su rincón sagrado dentro del vestuario rojiblanco, tal y como compartía el propio club al día siguiente a través de su cuenta de Instagram.

Y lo de 'sagrado' no es una forma de hablar. Junto a su sitio en el vestuario, Muniain dispone de una amplia 'capilla', una esquina del vestuario repleta de estampas de santos, cristos y vírgenes de muy diversos lugares. Así, se mezclan imágenes del Gran Poder sevillano con un par de estampas del popular Fray Leopoldo de Alpandeire o el aún más famoso San Pancracio.

Y es ahí donde se cuela Almería (y de qué manera). Entre imágenes de todos los rincones del país hay varias referencias a algunas de las principales devociones de Almería.

Una de ellas es la del Cautivo de Medinaceli que recibe culto en la Catedral y que congrega a miles de personas en su tradicional besapiés del primer viernes de marzo (además de en su salida procesional de cada Miércoles Santo). Concretamente, Muniain tiene en su rincón sagrado una estampa en la que se representa el cartel realizado por el artista David Payán para anunciar aquella procesión extraordinaria del pasado mes de junio con la que la cofradía celebraba su 75 aniversario fundacional.

Pero la del Cautivo no es la única imagen almeriense presente en el vestuario del Athletic de Bilbao. Tal y como se identificó en otras instantáneas previas del mismo rincón, también hay presencia de los patrones de Adra: la Virgen del Mar y San Nicolás de Tolentino.

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Y ahí, entre tanta devoción almeriense (y de otros muchos lugares), Muniain se hizo su última foto en el vestuario de San Mamés antes de dejar el club con el que ha logrado, en esta última temporada, ser campeón de la Copa del Rey.

Cabe recordar que, mientras Muniain ha sido capitán del club vasco, el navarro ha sido el encargado de mantener viva la tradición de rezar el Padrenuestro en los instantes previos a jugar un encuentro. "Es una tradición de carga simbólica que se ha ido trasmitiendo y perpetuando generación tras generación, aunque hoy somos pocos los creyentes en el vestuario. Antes la gente era más religiosa de lo que lo son los chavales hoy en día", explicaba el propio jugador.

Ahora, toca que otro jugador del Athletic de Bilbao recoja el testigo de esa oración previa a cada partido. Y quizás lo haga manteniendo esa presencia devocional almeriense: la del Cautivo y la de los patrones de Adra.