El Arvia un enorme crucero ecológico propulsado por gas natural atraca en Cádiz con 5.000 pasajeros y 1762 tripulantes
Arvia significa "de la orilla del mar" y es el hermano gemelo del Iona fue construido en 2022 en los astilleros de Papenburg. Junto a su hermano gemelo marcan la nueva tendencia en barcos de cruceros ecológicos con menor impacto ambiental. El crucero tiene 20 cubiertas.
Cádiz
El gran crucero Arvia de la británica naviera P&O ha vuelto esta mañana imponentemente a la Bahía de Cádiz. A la hora del amanecer atracaba el buque en el muelle de Cádiz confundiéndose su magna silueta con los primeros rayos de Sol. La estampa del enorme buque con una eslora de 344 metros, con 5.200 pasajeros y 1762 tripulantes con sus 20 cubiertas ha resultado espléndida para quienes lo contemplaban. Este es el segundo barco de P&O, construido en los astilleros Meyer propiedad de la familia de igual apellido desde hace seis generaciones en Papenburg (Alemania) está propulsado por Gas Natural (LNG) del tipo Excel, como ejemplo de buque mas ecológico y por tanto con menor impacto ambiental. Este coloso de los mares se unió a la flota en Diciembre 2022 y ofrece la calidad del servicio y el ambiente británico que caracteriza a la flota de esta compañía.
Como referencia de los que supone la presencia de este buque y sus mas de 5.000 pasajeros hay que señalar que el pasado martes, en otro gran día de cruceros en el muelle, en tres buques viajaban 4.200 turistas, en una jornada portuaria de mucho movimiento. Eran los barcos Ventura, procedente del Reino Unido, con una capacidad de 2.956 pasajeros, el Seven Seas Splendor, con bandera de los Estados Unidos, con 717 pasajeros a bordo. Este lujoso crucero atracaba en el Muelle Ciudad y el Crystal Symphony, también de bandera estadounidense, completó la terna. Con 594 pasajeros a bordo.
La presencia del buque, que confirma el papel atractivo del Puerto de Cádiz como referente en el tráfico de cruceros, se ha notado desde primeras horas de la mañana en Cádiz. Una vez atracado el buque la mayoría del pasaje se ha dedicado a recorrer la ciudad, disfrutar de su hostelería, de sus paisajes y monumentos (grandes colas a la hora de acceder a la Catedral, a tope los buses turísticos, llenas las terrazas...) y también de realizar compras en los comercios de la ciudad, preferentemente las tiendas de souvenirs, zapaterías y textiles. Aún así habrá algunos que se quejen con las consabidas frases "los cruceristas no gastan nada " o "no se puede pasear por la cantidad de turistas que hay".