Escucha a Lola Fernández hablando sobre Antonio Vega
«Qué bien viene oír las canciones que siempre serán recordadas y que los jóvenes músicos reeditan sabedores de que son éxitos seguros, no como algunas de las canciones que nos tocan oír últimamente»
La opinión de Lola Fernández
Morón de la Frontera
Escribir un comentario es como si vieras el mundo construirse cada mañana, analizamos lo que nos sorprende, nos gusta o divierte, lo que nos resulta tierno y lo que nos repele.
Porque es difícil dejar de ser lo que somos, con nuestros desastres, nuestra ternura y nuestras equivocaciones.
Detrás de mi ordenador se encuentra una pared inmaculadamente blanca, que me devuelve la mirada divagada en un puzle de noticias que se dibujan en un collage que solo ve mi imaginación, lo acompaño de música que es descanso para el corazón y la cabeza, mientras intento poner orden y decido de qué hablarles el lunes.
Mayo resulta un hiriente recordatorio cuando ves pasar los días, de fondo suena la “La chica de ayer” y es Antonio Vega el que pasa a ser uno de los protagonistas de mi comentario de hoy, fue uno de los íconos de la movida madrileña, autor de himnos generacionales como La chica de ayer, Se dejaba llevar, Lucha de Gigantes, El sitio de mi recreo o Una décima de segundo, la música pop que marcó la historia musical de mucho de nosotros, cuando las canciones te envolvían y dejaban melodías que repetías una y otra vez, son melodías atemporales que han perdurado a lo largo de los años.
Antonio Vega desarrolló una especial sensibilidad para hacer partícipe al oyente de una historia personal con una delicada visión poética del mundo.
Ayer se cumplieron 15 años desde aquella mañana triste del 12 de mayo de 2009 cuando el cantante y compositor nos dejó.
Su última composición y actuación fue con una canción titulada “Antes de haber nacido” y su última estrofa dice así:
Hasta aquí he llegado
Desde aquí he partido
Un camino sin descanso
que buscó donde nacer
Antes de haber nacido.
Que bien viene oír las canciones que siempre serán recordadas y que los jóvenes músicos reeditan sabedores de que son éxitos seguros, no como algunas de las canciones que nos tocan oír últimamente y que reflejan el vacío que dejaran en su paso por la historia musical.
Este fin de semana nos ha tocado ver el festival de Eurovisión y el deterioro que últimamente lo está devorando por la política de algunos de los países participantes, atrás quedaron aquellos festivales que lanzaron al estrellato a grandes cantantes y sus canciones.
En mi opinión, ya no se busca la calidad sino el espectáculo y mientras más extravagante, mejor.
España llevaba a Nebulosa y su “Zorra” según algunos, pasamos de un insulto vulgar hacia las mujeres a un empoderamiento par la mujer, su libertad y el control de sus vidas.
A mi que me perdonen, pero yo me quedo mejor con “A quien le importa” de Alaska, que tiene más mensajes reivindicativos y que hace que bailemos todos al grito del estribillo de esta canción.
Este año y ya van dos, el debate de los lunes después del festival no tendrá la opinión de uno de los mejores seguidores de Eurovisión, porque mayo y en estos días de nuevo se revolverá el corazón y la memoria, en fin, creo.
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