Toda la belleza y la tristeza de María Blanchard están en el Museo Picasso de Málaga

Málaga

La historia del arte está llena de grandes mujeres artistas olvidadas de forma incomprensible. Mujeres cuyas obras y lugar en la historia se están recuperando para fortuna de todos y vergüenza de los que las quisieron borrar de los libros. Y una de las más interesantes es sin lugar a dudas la santanderina Maria Blanchard. Una artista que nació con una importante discapacidad que no la paró para convertirse en artista y llegar a ocupar un lugar muy destacado en el desarrollo del cubismo sintético en París.

Junto a Juan Gris desarrolló un estilo cubista, el sintético, que aunque fue reconocida durante años, los marchantes pensaron que era buena idea borrar el nombre de Maria Blanchard de algunos cuadros y sustituirlo por el de otros cubistas hombres "mas fácil de vender y que alcanzaban más precio". Quizás fue por eso o porque el dinero no llegaba para muchas vanguardias, Maria Blanchard cuando estaba en el punto más alto de su trayectoria cubista decidió abandonarla y volver al realismo que los burgueses podían entender y comprar. Pero el camino de la revolución tiene poca vuelta atrás y Maria Blanchard terminó sus años con un estilo muy especial lleno de bello color que llenaba de tristes sombras negras. Belleza y tristeza de una pintora que amaba la vida y la sufría, posiblemente a partes iguales, hasta su fallecimiento a los poco más de cincuenta años de una tuberculosis.

Durante años su obra y nombre estuvo olvidado, o en cajones de los que solo los coleccionistas más listos sabían sacarla para hacer negocio. Hasta que en los años ochenta el Museo Reina Sofía realizó una gran retrospectiva que le devolvió el foco que nunca debió haberse retirado. Y si esa exposición fue importante por lo histórico, no menos a va a ser la exposición "Maria Blanchard, pintora a pesar del cubismo" que acaba de inaugurar el Museo Picasso de Málaga y que estará visitable hasta finales de septiembre. Una exposición que recorre toda la trayectoria vital y artística de una pintora excepcional, rompedora y luchadora por avanzar en medio de un mundo de vanguardias parisino tan maravillosos como complicado. Una exposición que ha sido capaz de reunir 95 obras de Maria Blanchard, el mayor número hasta la fecha por lo que ha hecho falta recurrir a 50 prestadores de todas partes del mundo. Una auténtica locura ha tenido que ser organizarla, un auténtico lujo el recorrerla y que la tengamos en Málaga como nos cuenta en su crónica Jose mateos, nuestro médico más cultural que esta semana nos receta comprimidos para la memoria. Para que no olvidemos a grandes artistas solo por haber nacido mujer.