Escucha el Paso Cambiado de Julián Granado

Morón de la Frontera

Estoy convencido de que, golpes de Estado aparte, las naciones tienen los dirigentes que se merecen, y a los que han elegido a su imagen y semejanza. De hecho, ese fantoche en guerra perpetua contra la calvicie, de morrito enfadado y que saluda en los mítines con pasitos de rockero anquilosado…, ese tóxico esperpento se identifica con una buena parte del norteamericano medio. Que está dispuesto a llevarlo de vuelta y en volandas a la Casa Blanca, aunque sea vestido de presidiario después de su anterior tentativa golpista, que protagonizó con tal de no abandonarla. Y contagiado de ese infantilismo ideológico y ese simplismo moral marca de la casa, el electorado republicano se muestra decidido a repetir la mala experiencia presidencial, con tintes de pesadilla internacional para los que tendremos que sufrirla.

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