Los rostros de los asesinos de Lorca: así era la 'escuadra negra' que mató al poeta en 1936

Jaén

Ni él mismo se imaginaba tanto éxito. "Sabía que quizás podría tener repercusión pero no tanta, estoy un poco sobrepasado", admite. Es Fernando Bayona, el artista jiennense que ha puesto rostro a los asesinos de Federico García Lorca, a los integrantes de la famosa escuadra negra, 88 años después de aquel fatídico 1936. Lo ha hecho ayudado por la Inteligencia Artificial y con una obra que forma parte de una exposición que se puede ver hasta el domingo 14 de abril en Granada, en el Palacio de los Condes de Gabia, y que está cosechando en Granada un importante éxito de visitas y curiosos, además de una notable repercusión en los medios de comunicación.

"El proyecto surge un poco por casualidad. Los comisarios de la exposición me proponen participar y la única premisa es que usásemos la Inteligencia Artificial para generar la propuesta artística. Mi director de tesis iba a trabajar sobre los fusilamientos del 2 de mayo, otro sobre la Guerra Mundial, y a mi, que llevo en mis dos últimas series investigando sobre memoria histórica, se me ocurrió investigar en algo que me queda cerca porque vivo en Granada, la muerte de Federico. Y esto me empezó a cautivar y me llevó a plantearme la posibilidad de dar rostro a aquellas personas que habían formado parte de la denominada escuadra negra, los integrantes de ese pelotón de fusilamiento", explica Bayona en el programa 'Hoy por Hoy Jaén'.

Con ese planteamiento, Bayona trabajó en la posibilidad de conseguir una imagen que nunca se habían mostrado. "La única vez que se publica algo fue en 2011, en un libro de Caballero Pérez, en la que se ve una imagen pequeñísima de cada uno de ellos, tamaño carnet, pero a una edad ya bastante tardía, 50-60 años y de muy baja calidad. Pero esto me permitía la posibilidad de poder reconstruir qué imagen tendrían en 1936", asegura el artista.

El proyecto le ha requerido a Fernando una importante labor de investigación, a nivel de documentación teórica, "para no meter la pata porque estamos tocando temas bastantes sensibles, dando nombres y apellidos". Por otro lado, ha sido necesario conseguir esas pequeñas imágenes y entrenar a la inteligencia artificial para que consiguiera los rasgos faciales y después, a partir de ahí establecer esos rasgos a cuerpos. "He utilizado otros cuerpos, partiendo de otro antropólogo, que fue el primero que instauró los cuerpos de personas violentas o delincuentes, en París a finales del siglo XIX, y a partir de ahí pongo ese tipo de cuerpos a las caras que integran el pelotón de fusilamiento. De tal manera que lo que intento es recrear una fotografía del primer tercio del siglo XIX para dar un poco veracidad a esa tipología de imagen. No he intentado reconstruir una imagen fidedigna de cómo deberían ser ahora si no una fotografía de hace 100 años, aproximadamente, con esa estética", aclara Bayona.

"No me quedan muchos años de vida, pero ya cierro heridas"

Sobre la repercusión que está teniendo la muestra, Bayona reconoce que en el inicio pensaba más en la crítica pero ha sido todo lo contrario. "El segundo día después de la inauguración, se me acercó un anciano de unos ochenta y tantos años que había leído en el periódico la noticia. Yo le expliqué la obra, no le dije que era el autor, y se puso a llorar, porque me reconoció que había venido a la exposición a propósito para ver a los causantes de la desaparición de sus familiares. Era una de las víctimas indirectas de ese momento de alzamiento militar que se produjo en el 36 y claro, él no tenía imagen, de las personas que habían matado a sus familiares, era una especie de ente abstracto, un pelotón de fusilamiento, los nacionales, pero no había una imagen y era la primera vez que podía ver físicamente, en una fotografía, la imagen de aquellas personas que habían causado la desaparición de sus familiares. Me dijo que para él era una forma de cerrar heridas", explica Fernando Bayona.

El artista detalla que este hombre le dijo: "No me quedan muchos años de vida pero ya puedo poner cara a los que asesinaron a mis familiares, ya puedo cerrar heridas". Por esto, Bayona destaca que a muchos granadinos, esta muestra, "le puede servir como bálsamo".

El jiennense, que llevaba un tiempo centrado en lo académico y sin producir arte de forma tan intensa, ha avanzado también que está teniendo importantes ofrecimientos para llevar la exposición a otros puntos de incluso fuera de nuestro país.