Jaén

Ir al videoclub en los años 80 y 90 era casi una rutina semanal para elegir una película, o más, para pasar el fin de semana, sobre todo cuando los inviernos eran todavía fríos y apetecía menos salir. Fue la época en la que empezaron a llegar los vídeos a los hogares jienenses que se convertían en pequeñas salas de cine cuando seguía abierto el Asuán, Avenida, Cervantes y Alkázar. Poco a poco fueron cerrando los cines y los vídeos VHS fueron sustituidos por los DVDs y luego los blu-ray y más tarde, las plataformas de streaming. Todo cambiaba pero el Videoclub García seguía abierto... hasta ahora.

El propietario, Juan Antonio García, adelanta a Radio Jaén que cerrará las puertas esta misma semana aunque todavía no sabe si será el viernes o el sábado y en las próximas se convertirá en una academia de exámenes. Asegura este lunes se ha levantado "regular" y que "por un parte estoy muy contento, por haber vivido de esto, es un hobby, no un trabajo, pero no sé que hacer sin estar detrás del mostrador y recomendando películas".

Era 1981 cuando García inició lo que se ha convertido en su forma de vida. Lo hacía en un pequeño local situado en la calle Manuel Montoya aunque luego "nos fuimos a un bajo de 200 metros en la calle Mesa", más tarde, compraron un bajo aledaño a la primera ubicación que es la tiene ahora, poco antes de la conocida como Cuesta de la Alcantarilla. Desde entonces, han pasado casi unos 16.000 jienenses, "el 12-15% de las familias de la capital".

La elección de una película era objeto de debate cuando se entraba al establecimiento. Allí, García ha confesado que "sabía de que palo cojeaba cada miembro de la familia" por lo que "hacía de juez o de psicólogo y un día aconsejaba algo para él y otro día, algo para ella". Caso aparte eran las películas eróticas las que muchas veces se daban "bajo cuerda". Este género se encontraba subiendo unas escaleras y muchas veces "el padre venía con el hijo y me decía el padre: 'Juan dame una de acción (que se la daba al niño) y otra de ciencia ficción (la erótica) y le daba esta película en una bolsa diferente".

Si el cliente que venía era nuevo, García le decía que le dijera 2-3 películas que le hubieran gustado para poder aconsejarle bien y no pasaba nada si las cintas venían sin rebobinar porque "tenía 4-5 rebobinadores y cuando venían sin rebobinar, no decía nada porque sé que molestaba". Además, se ha mostrado agradecido porque la inmensa mayoría de los abonados cumplía con el tiempo de alquiler que solía ser de 24 horas, algo más los fines de semana.

El cierre

El cierre de Videoclub García llega debido a la "ausencia de novedades que es lo que me ha echado para atrás". Antes "sacaban 20-30 novedades a la semana y de ellas, 2-3 muy buenas" sin embargo, "ahora sacan 2-3 títulos al mes y con eso no se puede seguir". A todo ello se suma la generalización de las diferentes plataformas de streaming así como el pirateo. Al fin y al cabo, "la evolución de los tiempos, sabía que tenía los días contados desde el primer día".

Hasta que llegue el momento de la bajada final de la persiana, todavía se pueden comprar algunos de los más de 4.000 títulos que tiene ya que "los estoy vendiendo a un euro". Luego, se quedará con los 200 que más le gusten y el resto los venderá a un amigo, "hay cosillas muy interesantes" ha remarcado. Así pondrá punto y final a su profesión y a un negocio que desaparecerá de la ciudad de Jaén.

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