Escucha «Una de Cal y otra de Vizcaína», de Marcos Martínez
Como cada jueves, la opinión de nuestro colaborador

Marcos Martínez / Radio Morón

Morón de la Frontera
Cuando me desperté, las manecillas del reloj indicaban que faltaban diez minutos para las cuatro de la mañana. Lo de las manecillas es un decir, porque el reloj que tengo en la mesilla de noche solo muestra números. El caso es que me desvelé y comencé a divagar sobre varios asuntos. Todo estaba oscuro, y pensé si todas las oscuridades serían iguales, o habrá una clasificación que diferencie diversos tipos. No es lo mismo la lobreguez que yo soporto que la que tenga que sufrir un crío sepultado entre escombros de un edificio destruido, ya sea por terremotos o por un misil israelita. Me sentí afortunado. Mi oscuridad daría paso a un nuevo día, mientras que la oscuridad de otros no era más que el preludio de una nueva jornada de incertidumbre y sufrimiento.
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La opinión de Marcos Martínez